Cachemira
El conflicto de Cachemira parece estar una vez m¨¢s en el origen del triple atentado ocurrido el pasado s¨¢bado en Nueva Delhi, que arroj¨® un saldo de cerca de 60 muertos, en el acto m¨¢s sangriento desde hace cuatro a?os, cuando un grupo separatista cachemir atac¨® el Parlamento federal y estuvo a punto de desatar una nueva guerra entre Pakist¨¢n e India. Un oscuro grupo islamista ligado a una conocida organizaci¨®n armada independentista se ha responsabilizado de la autor¨ªa. Un portavoz de los terroristas anunci¨® que las acciones continuar¨¢n hasta que el Gobierno indio retire sus tropas de la bella y dividida regi¨®n himalaya, epicentro del devastador terremoto ocurrido en Pakist¨¢n el pasado d¨ªa 8 y que cost¨® la vida a m¨¢s de 50.000 personas, y por la que pelean desde hace casi seis d¨¦cadas ambos pa¨ªses.
El sangriento episodio, acaecido en v¨ªsperas de una famosa fiesta religiosa familiar hind¨² y del final del Ramad¨¢n, se produjo mientras los dos pa¨ªses cerraban un acuerdo para abrir por vez primera su disputada frontera por razones humanitarias a causa del se¨ªsmo. El acuerdo permitir¨¢ la apertura de al menos tres puestos fronterizos del lado indio, para hacer llegar la ayuda m¨¦dica a los supervivientes del terremoto, y otros cinco, del lado paquistan¨ª, para facilitar la visita de familiares. Por peque?o que sea el compromiso, los dos Gobiernos deber¨ªan aprovecharlo para desarrollar mucho m¨¢s las negociaciones de paz iniciadas en febrero de 2004. Resulta loable que India haya ofrecido 25 millones de euros a Pakist¨¢n en asistencia para aliviar las consecuencias de la cat¨¢strofe. Y tambi¨¦n es positivo, por otra parte, que Islamabad se haya apresurado a condenar el atentado de Nueva Delhi.
India y Pakist¨¢n poseen la bomba at¨®mica. Su principal contencioso, Cachemira, no es sencillo de resolver. Sin embargo, es imperativo que las dos partes reduzcan su contingente militar en la frontera y contribuyan a desactivar a organizaciones terroristas independentistas que continuar¨¢n luchando para dificultar las negociaciones de paz. Entretanto, la ONU, y sobre todo Estados Unidos, deben contribuir mucho m¨¢s para devolver la estabilidad a la zona.
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