Prevenci¨®n
Apenas ha empezado el oto?o y ya se nos echan encima dos pandemias contra las que no parece haber vacuna de probada eficacia, por lo que habr¨¢ que confiar en la capacidad de resistencia de cada cual, en la suerte y en las consabidas medidas preventivas.
La primera pandemia es, naturalmente, la gripe aviar. A¨²n no ha llegado, pero ya hay quien difunde augurios catastr¨®ficos y evoca tragedias medievales de terrible recuerdo: el c¨®lera y la peste. En muchas de estas ocasiones, ante la inutilidad de los remedios al uso, por desconfianza en la ciencia, por ignorancia y por superstici¨®n, la imaginaci¨®n popular recurri¨® a todo tipo de ceremonias donde se mezclaban la religi¨®n y el ocultismo: Rogativas, procesiones, flagelaciones y otras formas de expiaci¨®n y penitencia colectiva, sin olvidar la caza de brujas y la quema de herejes. Se?ore¨® la Inquisici¨®n y proliferaron los falsos profetas, las c¨¢balas, los charlatanes; muchos estafadores medraron a costa del dolor, el miedo y la credulidad. La literatura nos ha dejado de estos tiempos confusos im¨¢genes terribles y desoladoras. Bocaccio me viene a la memoria; tambi¨¦n Goethe y Edgar Alan Poe, pero sobre todo la extraordinaria cr¨®nica ficticia de Daniel Defoe titulada Diario del a?o de la peste.
En todos estos casos, fue peor el remedio que la enfermedad. Los aquelarres y las ciencias ocultas no sirvieron para nada, el p¨¢nico y la confusi¨®n entorpecieron la labor de los profesionales, y las aglomeraciones en los templos y en los actos colectivos favorecieron la propagaci¨®n del mal que trataban de combatir.
De modo que en esta ocasi¨®n, lo mejor es conservar la calma y hacer lo que dicen los m¨¦dicos y el sentido com¨²n: llevar la vida ordinaria, seguir una dieta sana, respirar aire puro y evitar los excesos.
La segunda pandemia que nos amenaza es el debate sobre el Estatuto catal¨¢n. Tampoco aqu¨ª sabemos si la cosa saldr¨¢ bien o mal o si al final se quedar¨¢ en nada. Pero si el virus muta y afecta a la comunidad, todo lo dicho en los p¨¢rrafos anteriores se aplica punto por punto en este caso. Con la recomendaci¨®n adicional de que las opiniones de hondo arraigo, la indignaci¨®n y el patriotismo de cualquier color y denominaci¨®n, deben administrarse en dosis homeop¨¢ticas.
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