La ventana de la c¨¢rcel
'Libertad bajo palabra', programa que Radio 5 emite desde Valencia y C¨®rdoba, trata de la vida en prisi¨®n
Antonio Valera habla de chinazos, autolesiones que se producen los presos, cortes en las venas de las mu?ecas, en los brazos, con la frialdad de quien ha pasado 20 a?os entre rejas. Autor del libro Volando en la c¨¢rcel (editorial Tandem), que repasa su estancia en prisi¨®n, Valera colabora ahora junto con su novia en el programa radiof¨®nico Libertad bajo palabra, todos los jueves en Radio 5 de 23.00 a 24.00.
Libertad bajo palabra se emite simult¨¢neamente desde los estudios de Radio Nacional en C¨®rdoba y Valencia. El programa trata de acercar al oyente la vida en las prisiones, lo que ocurre tras los muros de las c¨¢rceles espa?olas y, en algunos casos, extranjeras. Escuchando Libertad bajo palabra es inevitable recordar La ley de la calle, el espacio dirigido por Arturo P¨¦rez-Reverte en Radio Nacional y que gan¨® el Premio Ondas en 1993.
"Hace un tiempo", cuenta el periodista valenciano Jos¨¦ Miragall, "propuse a la emisora recuperar de alguna manera La ley de la calle. La idea qued¨® ah¨ª. Hasta que en C¨®rdoba propusieron un programa similar y la emisora dio luz verde al proyecto".
"En la c¨¢rcel todo tiene un precio", asegura Valera, "la tranquilidad, la serenidad...". Valera llega a los estudios de la radio en Valencia desde Moncofa (Castell¨®n), donde vive y trabaja. Frente a ¨¦l se sienta su novia, Lid¨®n, que lleva ce?ido al tobillo el dispositivo 86.4, un mecanismo de control y vigilancia que permite al preso pernoctar en casa. Este sistema ha sido probado en varios pa¨ªses, entre ellos el Reino Unido. Se aplica a los reclusos que ya han cumplido gran parte de su condena.
"Me da corte ense?arlo", afirma Lid¨®n, "por eso lo llevo en el tobillo". En Espa?a hay casi 600 presos con el 86.4, cuyos objetivos, seg¨²n Instituciones Penitenciarias, son descongestionar las c¨¢rceles y facilitar la reinserci¨®n. "Lo que peor me sabe es que con este trasto en el tobillo no puedo llevar falda", lamenta Lid¨®n; "deber¨ªan inventar otra cosa".
En el Libertad bajo palabra del pasado jueves una de las invitadas es Julia Bonavila, la presidenta de Asochofer, asociaci¨®n que defiende a los camioneros espa?oles arrestados en el extranjero por supuesto tr¨¢fico de estupefacientes. Su marido fue detenido en la frontera franco-italiana. Bonavila cuenta las penalidades de los transportistas presos en c¨¢rceles marroqu¨ªes. Habla de palizas, tortura y condiciones infrahumanas. Antonio Valera interviene: "Yo he conocido gente que ha estado en prisiones marroqu¨ªes y cuentan horrores. Me han contado incluso que hay celdas bajo tierra, sin luz".
En la mesa de Jos¨¦ Miragall descansa Historias desde la c¨¢rcel, el libro de relatos escrito por Andr¨¦s Rabad¨¢n, quien asesin¨® a su padre en 1994 a flechazos. Rabad¨¢n lleva 11 a?os en prisi¨®n. "El libro est¨¢ fenomenal", asevera Miragall, quien gestion¨® la participaci¨®n del preso en el programa. En vano. La Generalitat deneg¨® el permiso por considerarlo un "preso medi¨¢tico". Su novia, Mari Carmen, s¨ª intervino
Libertad bajo palabra ha realizado reportajes en las prisiones de C¨®rdoba, Sevilla, Oca?a y Madrid VI Aranjuez. Todas las semanas, la direcci¨®n cuenta con un reportaje central (la pena de muerte, las c¨¢rceles de Marruecos, las pulseras telem¨¢ticas...). El programa tambi¨¦n ha lanzado un concurso de relatos cortos para reclusos.
"Nadie se acostumbra a vivir en la c¨¢rcel", asegura Valera, protagonista del arranque de Libertad bajo palabra junto con Mercedes Gallizo, directora general de Instituciones Penitenciarias. Volando en la c¨¢rcel es un crudo testimonio sobre la vida en prisi¨®n de alguien que estuvo preso 20 a?os. Ahora cuenta desde fuera lo que vivi¨® dentro.
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