De triunfador a gestor de equipos en crisis
Javier Clemente, ¨²ltimamente, se dedicaba a jugar al golf y a sus negocios. Entre ambas cosas, participaba en tertulias radiof¨®nicas o televisivas, pero se aburr¨ªa. Clemente es un profesional del f¨²tbol, pero sobre todo, de la actualidad, y ya se sabe que la actualidad no es la misma seg¨²n en qu¨¦ lado del micr¨®fono se est¨¦.
Clemente gan¨® dos Ligas con el Athletic cuando no era nadie. Lleg¨® al primer equipo cuando todos daban por hecho que seguir¨ªa I?aki S¨¢ez. Y la arm¨®. Gan¨® y adem¨¢s cautiv¨® a una grada siempre dispuesta a celebrar ocurrencias o peque?as fanfarronadas. Clemente, que iba para grand¨ªsimo jugador, se qued¨® cortado por una lesi¨®n y hay quien piensa que nunca lo super¨®.
En el Athletic lo tuvo todo, pero confundi¨® el poder y la gloria y en 1986 se enfrent¨® a la directiva de su gran amigo Pedro Aurtenetxe por un conflicto con Sarabia. Gan¨® el jugador y empez¨® a trotar por el mundo. Fue al Espanyol y toc¨® la gloria en una final de la UEFA absurdamente perdida. Ah¨ª alarg¨® su sombra por sus conflictos con los futbolistas m¨¢s creativos. En la selecci¨®n espa?ola recuper¨® el vuelo y nadie ha mejorado sus resultados. Lo malo es que la conflictividad aument¨® exponencialmente y ¨¦l decidi¨® guarecerse en sus guardias pretorianos. Su pasi¨®n por la pol¨¦mica y los medios de comunicaci¨®n lleg¨® por momentos a superar su pasi¨®n por el f¨²tbol. Antes y despu¨¦s le toc¨® acudir en auxilio de equipos en crisis: Tenerife, Betis, Real Sociedad, Espanyol y Marsella. Antes vivi¨® una experiencia extra?a en el Atl¨¦tico, donde Gil le destituy¨® con el equipo muy arriba.
No se sabe si la pol¨¦mica ha perseguido a Clemente o Clemente persigue la pol¨¦mica. "O le quieres o le matas", dice un fiel admirador, reconociendo la dificultad de admitir una personalidad tan compleja. Ciertamente, Clemente no se hace querer. No es muy educado, salvo con los amigos, y tiene una relaci¨®n de amor-odio con los medios, a los que envidia su poder. A lo sumo "con ¨¦l se puede lograr un empate. Jam¨¢s te dar¨¢ toda la raz¨®n", dice otro amigo fiel.
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