Situaci¨®n desesperada
Situaci¨®n desesperada era el t¨ªtulo de una pel¨ªcula de aqu¨¦llas que ve¨ªamos con pantal¨®n corto. En una isla donde desembarcan los americanos, los japoneses les disparan unos cohetes desde un lugar desconocido que no sabe nuestro h¨¦roe descubrir. Al final lo consigue, pero un amigo m¨ªo, cr¨ªtico desde la ni?ez -casi todos mis amigos han sido cr¨ªticos-, me dec¨ªa que la situaci¨®n desesperada era para los japoneses. Dejemos a un lado esta divagaci¨®n.
Aprovech¨¢ndome del t¨ªtulo, no voy a escribir del Estatut, ni de la huelga del transporte, ni de la de los pescadores, ni del bloqueo de los puertos, ni de la huelga que vendr¨¢, visto c¨®mo el precio del gas¨®leo moviliza a unos detr¨¢s de otros -falta la de los agricultores-, ni de la inmigraci¨®n en Ceuta y Melilla, ni de la anulaci¨®n del impuesto de sociedades dictada por el Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco, ni de los procesamientos de Atutxa y sus compa?eros, ni siquiera de do?a Leonor. Voy a hablar de la aut¨¦ntica desesperaci¨®n que me embarga: ver al Athletic de farolillo rojo.
Cre¨ªa haberlo visto todo en mi vida menos esto. Si la situaci¨®n de los leones es un s¨ªntoma de c¨®mo anda mi pa¨ªs, significar¨ªa que no puede ir peor, porque la crisis del Athletic no es ajena a la manera como se est¨¢n haciendo las cosas por aqu¨ª desde hace mucho tiempo. Pens¨¦ hace a?os que mi equipo padec¨ªa un problema de endogamia, enfermedad casi generalizada en el seno de nuestra sociedad, y no fundamentalmente porque los jugadores sean todos de aqu¨ª, que desde hace tiempo lo han dejado de ser, con una gran aportaci¨®n de riojanos y navarros que nos han ido salvando. Es porque todo se guisa por los de siempre con un complejo de superioridad llamativo, alrededor del partido-familia, que re¨²ne a su Bizkai Buru Batzar para indicar a qui¨¦n se vota a la presidencia del Athletic, hasta llegar al final por dar libertad de voto porque las candidaturas que se presentan ya son suyas. O controlarlo, demostr¨¢ndolo hasta el punto de retrasar un encuentro, el del Racing -total, para un empate en casa- porque los afiliados del PNV est¨¢n celebrando la concentraci¨®n del Alderdi Eguna. Esto es lo que le ha ido matando al Athletic, y posiblemente sin darnos cuenta vaya matando todo lo nuestro. La falta de pluralidad y de cr¨ªtica, la inexistencia de autocr¨ªtica, pobre del que la haga, y la autosatisfacci¨®n nos hacen fracasar.
Se dir¨¢ que el Real Madrid tampoco anda muy bien, despu¨¦s de todo lo que se gasta. Madrid es la excusa de nuestros embotellamientos de circulaci¨®n -?los de Madrid si son embotellamientos!- o de las molestias por las obras, que ha convertido circular por ciertas partes de Bilbao en una carrera de obst¨¢culos, y sin recordar ahora lo que supuso la famosa carrera de coches -?lo de Madrid si que son molestias por obras!- Pero lo del Real Madrid no es tan desesperado ni su supeditaci¨®n al partidismo pol¨ªtico, que lo tendr¨¢, no es tan descarada. Adem¨¢s, no va el ¨²ltimo.
Y todo eso a pesar de la enorme adhesi¨®n que los aficionados demostraron en el partido ante el Celta. Lo vi porque ETB-2 ofrec¨ªa una pel¨ªcula de terror en la celebraci¨®n de Halloween, y aunque me tem¨ªa que lo iba a pesar peor, con la esperanza poco fundamentada de que el Athletic levantara la cabeza, con una ansiedad casi infatil, me pas¨¦ a ver el partido desde sus proleg¨®menos en ETB-1. La afici¨®n estaba volcada, llenaba el grader¨ªo. Se not¨® ese apoyo en los primeros compases del encuentro hasta el gol de Gurpegi, pero nuestro equipo se iba desinflando poco a poco mientras los gallegos, siendo un equipo modesto, controlaban el juego e iban creando ocasiones de gol hasta llegar lo inevitable. Y menos mal que s¨®lo alcanzaron el empate.
Y la adhesi¨®n al equipo no desaparec¨ªa a pesar del desastre que observaba la hinchada. Hasta me enter¨¦ al d¨ªa siguiente por la prensa de que el entrenador y el presidente tuvieron que salir al campo media hora despu¨¦s a saludar a los de Herri Norte porque no abandonaban el campo siguiendo con sus vivas. Salieron, lo agradecieron, pero...
En ocasiones, en el quehacer humano las adhesiones acr¨ªticas, el aplauso hasta el dolor de las palmas de las manos, el regodeo en la autosatisfacci¨®n, no solucionan los problemas, sino que los engolfan. La adhesi¨®n de los de Herri Norte nunca va sacarnos del atolladero. Por el contrario, tales adhesiones y aplausos se pueden convertir en el pr¨®logo del fracaso, porque son incapaces de apreciar las razones de esta situaci¨®n desesperada. Espero que Javier Clemente, buen conocedor del club y muy viajado, sepa sacarnos de agujero.
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