Richard Smalley, Nobel de Qu¨ªmica y padre de la nanotecnolog¨ªa
Richard Smalley, qu¨ªmico ganador de un premio Nobel, cocreador de las esferas de carbono en miniatura llamadas buckyballs y considerado por muchos el padre de la nanotecnolog¨ªa, muri¨® el viernes 28 de octubre en el Centro contra el C¨¢ncer M. D. Anderson, en Houston, Estados Unidos. Ten¨ªa 62 a?os y llevaba varios a?os luchando contra la leucemia.
Smalley utiliz¨® la fama generada por la creaci¨®n de las esferas de carbono con 60 ¨¢tomos para realizar una amplia campa?a a favor del desarrollo de la nanotecnolog¨ªa, que permitir¨ªa a los cient¨ªficos producir m¨¢quinas del tama?o de una mol¨¦cula, capaces de llevar a cabo tareas que antes resultaban inimaginables.
"Estos peque?¨ªsimos objetos, as¨ª como la tecnolog¨ªa que los crea y las manipula -la nanotecnolog¨ªa-, revolucionar¨¢ nuestras industrias y nuestras vidas", declar¨® ante la C¨¢mara de Representantes de Estados Unidos en 1999 en su defensa de la creaci¨®n de la iniciativa de Nanotecnolog¨ªa Nacional en apoyo de estas investigaciones.
"Rick fue sin duda el gran protagonista de aquel d¨ªa", comentaba el qu¨ªmico del Instituto de Tecnolog¨ªa de California James Heath, antiguo alumno de Smalley. "Se sent¨® all¨ª delante del Congreso, sin pelo como resultado de la quimioterapia, y habl¨® de las promesas de la nanotecnolog¨ªa en la lucha contra el c¨¢ncer y otras enfermedades, y de c¨®mo sus hijos se beneficiar¨ªan de ese esfuerzo. Fue absolutamente cautivador".
William Barnett, antiguo presidente de la junta de gobierno de la Universidad de Rice, a?ad¨ªa: "Considero a Rick el padre de la nanotecnolog¨ªa en el sentido de que ¨¦l, mejor que ning¨²n otro, expres¨® la fe en su futuro y en el impacto que tendr¨ªa sobre el mundo, y lo hizo en una especie de lenguaje universal que resultaba comprensible y serv¨ªa de inspiraci¨®n a todos". El trabajo de Smalley se desarroll¨® a partir de los estudios que realiz¨® durante la d¨¦cada de 1970 utilizando los entonces nuevos aparatos de l¨¢ser de tintes variables para analizar la estructura de mol¨¦culas simples. Como los an¨¢lisis eran muy dificultosos con mol¨¦culas que giraban a gran velocidad a temperatura ambiente, utilizaron una t¨¦cnica llamada expansi¨®n supers¨®nica a reacci¨®n para enfriarlas, ralentizando o deteniendo su rotaci¨®n. Esa t¨¦cnica, que es una versi¨®n sofisticada del m¨¦todo utilizado para enfriar el fre¨®n en los aparatos de aire acondicionado, permit¨ªa que un gas se expandiera a grandes velocidades hasta crear un cuasi-vac¨ªo, produciendo un efecto de enfriamiento y ralentizando las rotaciones moleculares para permitir el an¨¢lisis del l¨¢ser.
Al fin, el equipo, que inclu¨ªa al qu¨ªmico de Rice Robert F. Curl, descubri¨® que pod¨ªan utilizar las pulsaciones de un segundo nivel para volatilizar s¨®lidos a la entrada de la c¨¢mara de expansi¨®n, permitiendo, seg¨²n Smalley, "que por primera vez los ¨¢tomos de cualquier elemento de la tabla peri¨®dica se produjeran en fr¨ªo en un haz supers¨®nico".
Cuando lo intentaron con carbono en 1985, los resultados fueron sorprendentes: observaron una variedad de racimos con un n¨²mero par de ¨¢tomos de carbono. Los m¨¢s frecuentes eran aquellos con 60 ¨¢tomos.
Despu¨¦s de mucho tiempo intentando descifrar la estructura de estos racimos, a Smalley le lleg¨® la inspiraci¨®n una tarde, encorvado sobre la mesa de la cocina. Concluy¨® que las mol¨¦culas deb¨ªan de parecerse a un bal¨®n de f¨²tbol, con 12 pent¨¢gonos y 20 hex¨¢gonos en forma de esfera.
Como la estructura le recordaba a las c¨²pulas geod¨¦sicas dise?adas por el arquitecto Buckminster Fuller, bautiz¨® las mol¨¦culas con el nombre de buckminsterfullerenos, que se tradujeron en el lenguaje corriente en buckyballs.
Estas estructuras fueron una sorpresa para los qu¨ªmicos, que anteriormente hab¨ªan visto el carbono puro s¨®lo en forma de grafito o de diamante. Pero las estructuras ofrec¨ªan muchas oportunidades. Como eran redondas y por tanto se mov¨ªan f¨¢cilmente cruz¨¢ndose entre ellas, resultaron ser lubricantes eficaces. Como eran huecas, pod¨ªan almacenar y trasladar otras mol¨¦culas y ¨¢tomos, especialmente ¨¢tomos de metales, protegi¨¦ndolos del medio ambiente. Sin embargo, en 1991, los investigadores de NEC Corp, en Jap¨®n, descubrieron un fullereno mucho m¨¢s ¨²til en el que los ¨¢tomos de carb¨®n estaban organizados en forma de tubos huecos, llamados nanotubos de carbono. Adem¨¢s de estimular una ingente cantidad de trabajos sobre la nanotecnolog¨ªa en Rice, y de desempe?ar un papel fundamental en la creaci¨®n de la iniciativa de la nanotecnolog¨ªa, en 2000 Smalley contribuy¨® a la fundaci¨®n de Carbon Nanotechnologies Inc y se convirti¨® en su presidente.
Su proyecto m¨¢s ambicioso, llamado el Cable Cu¨¢ntico de Sill¨®n, comenz¨® en abril con 11 millones de d¨®lares donados por la National Aeronautics and Space Administration. Su objetivo es utilizar los nanotubos en el cableado el¨¦ctrico. El cable propuesto, declar¨® en mayo de este a?o, ser¨¢ "un cable continuo de buckytubos que esperamos conduzca la electricidad 10 veces mejor que el cobre, pero que tenga tan s¨®lo un sexto de su peso, un coeficiente cero de expansi¨®n t¨¦rmica y una resistencia a la tensi¨®n mayor que la del acero. Si tenemos ¨¦xito, podremos recablear el mundo... permitiendo un enorme incremento de la capacidad de la red el¨¦ctrica del pa¨ªs".
Richard Errett Smalley naci¨® en Akron, Ohio, el 6 de junio de 1943, el peque?o de cuatro hermanos. Pas¨® la mayor parte de su infancia en Kansas City, Misuri. Estudi¨® Qu¨ªmica en la Universidad de Michigan y en Princeton y pas¨® tres a?os como investigador posdoctoral en la Universidad de Chicago antes de unirse al claustro de Rice, donde permanecer¨ªa el resto de su vida.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.