L¨¢stima
Tropezamos tantas veces en la misma piedra porque no escuchamos la voz de la experiencia. Hag¨¢moslo por una vez y concluiremos que el PP adorar¨¢ en tres o cuatro a?os el Estatuto tanto como ahora lo detesta. ?No estuvieron en su d¨ªa en contra de la Constituci¨®n, a la que m¨¢s tarde convirtieron en un texto sagrado? Tambi¨¦n se opusieron a la Ley del Divorcio, que Cascos, entre otros cabecillas de ese partido, ha utilizado luego de forma compulsiva. Eso, por no hablar de las firmas que recogieron contra la Ley del Aborto, a la que no tocaron una coma cuando llegaron al poder. Podr¨ªamos llenar siete p¨¢ginas con ejemplos como los se?alados, aunque el m¨¢s conmovedor es que reclamen la vuelta de Gonz¨¢lez y Guerra, a quienes en su d¨ªa dibujaban con rabo y cuernos. No lo duden, amigos, antes de diez a?os pedir¨¢n la beatificaci¨®n de Zapatero.
Sabiendo que llegan tarde a todo, parecer¨ªa in¨²til discutir. Pero hay que hacerlo, porque se detecta en muchos de sus dirigentes el deseo de tropezar en la misma piedra dos veces, que es lo normal, y no 14 o 15 como vienen haciendo. Es verdad que presentaron ante el Constitucional un recurso contra los matrimonios entre homosexuales, pero lo hicieron de forma clandestina, a la hora de la siesta, para que no trascendiera. Y hasta Esperanza Aguirre cree que fue un error. Esperen a que vuelvan al poder y ver¨¢n c¨®mo no alteran ni una l¨ªnea de esa Ley, de la que por entonces muchos de sus militantes habr¨¢n abusado tanto como ?lvarez Cascos de la del divorcio. No podemos decir qui¨¦n se casar¨¢ con qui¨¦n, porque ni los interesados lo saben. Tal es la ceguera que tienen sobre s¨ª mismos.
Lo malo es que entretanto el pobre Rajoy no puede hablar de vinos sin declarar que brinda con cava en la intimidad; ni de Barcelona sin a?adir que no es anticatalanista; ni de sexo sin especificar que no es hom¨®fobo; ni de cine sin matizar que no odia a los actores; ni de ¨¢rabes sin apostillar que no es racista; ni de religi¨®n sin jurar que respeta a los agn¨®sticos. A este paso no podr¨¢ hablar de ciclismo sin jurar que no aborrece la Vuelta. Y todo por negarse a repasar no ya la historia de Espa?a, que, de acuerdo, es muy larga, sino la de PP, que se resume en un par de folios. L¨¢stima.
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