Tolerancia cero y botell¨®n en Granada

Los pol¨ªticos hablan mucho de tolerancia, pero suele ser para propugnar la "tolerancia cero". Es tambi¨¦n la consigna para afrontar los desmanes que la juventud comete en los fines de semana. En Granada, ?no hay modo de meter en cintura a los menores que se emborrachan y arman jaleo en la calle? Las administraciones decretan "tolerancia cero" con los adictos al "botell¨®n": prohibida la venta de bebidas alcoh¨®licas a los menores de 18 a?os y vetado el consumo callejero cuando se altere la tranquilidad ciudadana. Parece que no est¨¢ dando resultado. Lo mejor es consultar a los vecinos de la calle Neptuno, donde m¨¢s de 500 j¨®venes practicaron el botell¨®n hasta las seis de la madrugada del domingo 23 de octubre.

Hace una d¨¦cada celebr¨¢bamos el A?o de la Tolerancia. Entonces daba la impresi¨®n de que lo ¨²nico intolerable era ser intolerante. Pero entonces y ahora es obligado distinguir. Una cosa es la tolerancia positiva, que lleva a admitir en los dem¨¢s un modo de ser y de comportarse distinto al m¨ªo. Y otra la tolerancia negativa, que supone sobrellevar algo que no se tiene por l¨ªcito, sin aprobarlo. Y aunque uno crea que una sociedad tolerante resulta m¨¢s enriquecedora y atractiva, es inevitable la prohibici¨®n de lo intolerable.

El recurso a la "tolerancia cero" revela el fracaso del indispensable esfuerzo educativo. Cuando ha faltado claridad de ideas y decisi¨®n para mantener e inculcar unos valores, al final siempre se acaba recurriendo al C¨®digo Penal. Pero aunque la cirug¨ªa sea a veces indispensable, nunca podr¨¢ sustituir a la medicina preventiva.