"El cuento tradicional era un asunto casi desde?ado en Espa?a"
El escritor Antonio Rodr¨ªguez Almod¨®var (Alcal¨¢ de Guada¨ªra, Sevilla, 1941) acaba de obtener el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por El bosque de los sue?os (Anaya). El libro contiene cuatro narraciones ya publicadas en los a?os noventa a las que se a?ade Hija del Sol y las Tinieblas. El libro es, adem¨¢s, una joya bibliogr¨¢fica con portada de Javier Serrano e ilustraciones de Pablo Auladell, Carmen Segovia y Javier Zabala. Rodr¨ªguez Almod¨®var ha estudiado durante a?os el mundo de los cuentos populares.
Pregunta. ?Cree que la literatura infantil y juvenil se valora en Espa?a tanto como en otros pa¨ªses?
Respuesta. Desde luego que no. En este pa¨ªs nos queda mucho recorrido para ponernos a la altura de Francia, Alemania o Dinamarca. Pero estamos en el camino. En los ¨²ltimos a?os se ha avanzado bastante. Han avanzado m¨¢s las editoriales espa?olas que las instituciones, pero ¨¦stas tambi¨¦n lo han hecho. En Andaluc¨ªa hay iniciativas muy interesantes de bibliotecas, cursos de animaci¨®n lectora, circuitos literarios para ni?os...
"Propp descubre que los cuentos maravillosos tienen la misma estructura"
"La buena literatura acaba incorpor¨¢ndose al patrimonio infantil y juvenil"
P. ?La buena literatura trasciende los adjetivos o sigue siendo necesario hablar de literatura infantil y juvenil?
R. Desde el punto de vista de lo que ser¨ªa la comunicaci¨®n o el mercado, es necesario poner adjetivos; pero, desde el punto de vista de la literatura, esto no es necesario. La buena literatura acaba incorpor¨¢ndose al patrimonio infantil y juvenil. Grandes libros que no se escribieron con voluntad infantil y juvenil acaban perteneciendo a esa categor¨ªa: es el caso de La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson; de Las aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain; y de Moby Dick, de Herman Melville. En cambio, poca literatura escrita para ni?os acaba incorpor¨¢ndose al patrimonio de la literatura en general. Son casos excepcionales, como ocurre con Alicia en el Pa¨ªs de las Maravillas, de Lewis Carroll.
P. ?C¨®mo se introdujo en los a?os setenta en el estudio de los cuentos populares?
R. Por un seguro azar. Andaba en mis cavilaciones sobre la estructura de la novela para hacer mi tesis doctoral. Comprend¨ª que hab¨ªa un vac¨ªo muy extra?o en el cuento tradicional. En otros pa¨ªses el cuento ocupaba mucho a los literatos. En cambio, el cuento tradicional era un asunto casi desde?ado en Espa?a. No hab¨ªa una bibliograf¨ªa medianamente interesante. Hab¨ªa un decaimiento en los estudios desde los a?os treinta. La Guerra Civil represent¨® un abismo. En los a?os setenta encontr¨¦ un paisaje casi virgen, un panorama tentador y dif¨ªcil. En esos a?os el estructuralismo estaba muy en boga. Me fij¨¦ en la aportaci¨®n de Vladimir Propp, que es el Cop¨¦rnico de este asunto.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque Propp descubre que los cuentos maravillosos est¨¢n hechos con la misma estructura. Intent¨¦ ver si los cuentos maravillosos espa?oles se adaptaban a esta estructura. Cuando vi que el cuento de Juan el Oso se adaptaba a la estructura de Propp, me di cuenta de que hab¨ªamos tocado lo esencial. Yo hago arquetipos, que defino como la versi¨®n m¨¢s completa posible en el momento de mayor esplendor del cuento en una zona determinada.
P. Los cuentos de El bosque de los sue?os parten de narraciones antiguas.
R. Me centro en cinco historias de tipo maravilloso y hago mi recreaci¨®n personal.
P. ?En que consiste el proceso?
R. Unos cuentos me interesan m¨¢s que otros. Lo que tienen en com¨²n son su rareza y arca¨ªsmo. Son o bien cuentos antiqu¨ªsimos que no han merecido la atenci¨®n de escritores y estudiosos o bien temas muy conocidos pero no en la versi¨®n que yo utilizo.
P. Es el caso de La bella y la bestia.
R. Lo tomo a partir de la tradici¨®n oral andaluza incontaminada, de campesinos que no saben leer ni escribir. Me encuentro con una aut¨¦ntica joya, el tema de La bella y la bestia, que en Andaluc¨ªa y Espa?a se llama La nuez de oro y que es una versi¨®n mucho m¨¢s dram¨¢tica, con perfiles m¨¢s radicales y al mismo tiempo m¨¢s tiernos. La tradici¨®n oral popular ha sabido administrar esos componentes: el inter¨¦s por la trama, el dramatismo y el final maravilloso. La hija del mercader se entrega al monstruo para salvar la vida de su padre. Lo hace por verdadero amor al padre. El encuentro con el monstruo se transforma en encuentro con el amor como fen¨®meno inesperado. El encuentro de la ni?a, de la doncella, con el monstruo es una cosa extraordinaria. Desde la repugnancia pasa al afecto hasta que consigue liberar al pr¨ªncipe que hay dentro del monstruo.
P. Uno de los relatos es el que ha decidido el premio.
R. El premio realmente se ha otorgado al ¨²ltimo cuento, Hija del Sol y las Tinieblas, que es un relato en contrapunto de dos personajes, Medea y Blancaflor. Medea es la versi¨®n culta del drama de Blancaflor. Trenzo las dos historias sin mezclarlas nunca. Hago una recreaci¨®n de la historia de Medea sobre el fondo de los argonautas, un mito fundacional de la cultura occidental. Blancaflor es un mito de la cultura popular. Pero tanto Blancaflor como Medea tratan la misma materia. El argumento es pr¨¢cticamente el mismo. Uno con final tr¨¢gico: Medea; otro con final feliz: Blancaflor.
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