Osasuna rompe moldes en Anoeta

Ni las maldiciones ni las estad¨ªsticas hacen temblar a Osasuna, otrora equipo medroso y conformista. En Anoeta, adem¨¢s de no haber ganado jam¨¢s y no haber logrado ni tan siquiera un tanto en las tres visitas con Aguirre como entrenador, el equipo navarro se enfrentaba contra s¨ª mismo, contra sus desgracias y sus desatinos, sus nervios por el liderato inesperado y la presi¨®n que se respira por encima de los ocho mil metros, en la estratosfera de la Liga.

Y sali¨® adelante, con muchos m¨¦ritos y r¨ªgida disciplina, ese condimento que convierte a los equipos simples en potentes m¨¢quinas de ataque y defensa. Osasuna es l¨ªder por convencimiento. La Real Sociedad, en una tarde muy emotiva, no pudo aguantar el pulso de fuerza bruta ofrecido por los rojillos. El choque result¨® otro d¨¦j¨¤ vu, a lo antes visto, de los navarros: abierto, con ritmo de ida y vuelta, escasez de f¨²tbol y m¨¢s amor propio para afrontar las adversidades que definici¨®n.

Los locales salieron motivados y con enormes ganas de agradar, tal vez espoleados por el esp¨ªritu de su fallecido ex t¨¦cnico Alberto Ormaetxea, pero se encontraron sin aceite en el medio del campo, lo que hizo chirriar su desarrollo ofensivo. Osasuna tambi¨¦n salt¨® respond¨®n y el encuentro se movi¨® a impulsos el¨¦ctricos, con una enorme oportunidad de Web¨® que no consigui¨® definir ante la meta de Riesgo. La Real dominaba el cuero pero s¨®lo Nihat sembr¨® dudas durante el primer tercio del duelo.

Con el paso de los minutos, los jugadores perdieron tensi¨®n paulatinamente y el ritmo se redujo. Milosevic, general en mando de los rojillos, luch¨® otra pelota m¨¢s en la medular, la abri¨® a la banda izquierda para buscar el recorrido de Delporte, bastante incisivo, y ¨¦ste la puso en la frontal del ¨¢rea peque?a. Milosevic trat¨® de contactar el bal¨®n con un potente salto, pero Ra¨²l Garc¨ªa, firme, aguant¨® el empuj¨®n de su compa?ero y conect¨® un cabezazo imparable ante la pasividad de la defensa local. La cantera volv¨ªa a ofrecer resultados tangibles.

La actuaci¨®n de Savo Milosevic motiv¨® a su amigo y compatriota Kovacevic. Cuando los jugadores rojillos a¨²n no hab¨ªan retomado sus posiciones tras la celebraci¨®n del tanto, el nueve blanquiazul envi¨® el bal¨®n al larguero defendido por Ricardo. El rechace trat¨® de olisquearlo Nihat, con su habitual velocidad, pero el golpeo result¨® muy flojo. Tras un par¨®n de cinco minutos, otra vez alto voltaje. La Real empez¨® el asedio: apertura a las bandas, saques de esquina y balones jugados al pie hasta marear a los navarros.

El resultado lleg¨® hasta el borde del descanso. Entonces, Valdo cometi¨® el t¨ªpico error de un jugador de ataque que defiende. Entr¨® en el ¨¢rea desmadejado para cubrir a su par y el pase lateral le golpe¨® en el brazo involuntariamente, pero impidi¨® que Nihat conectase el remate. Velasco Carballo se lanz¨® al punto de penalti y Xabi Prieto consigui¨® su cuarto tanto en Liga, tres de ellos de pena m¨¢xima, con un lanzamiento muy ajustado al palo derecho que roz¨® en el guante de Ricardo.

Descanso y a empezar a montar el puzzle de nuevo. En a?os anteriores, Osasuna habr¨ªa vuelto al campo a temporizar, aguantar y tratar de aprovecharse de los errores. Pero en esta campa?a ocurre todo lo contrario. Como a los equipos campeones, las desgracias agrandan a los futbolistas y les convierten en temibles. No es calidad sino f¨²tbol de manual, de intenci¨®n y persistencia. El viejo truco de estar m¨¢s concentrado que el rival y no desenchufarse en los 90 minutos es lo que mantiene a los de Aguirre en cabeza.

El partido vivi¨® bajo el dominio realista, aunque sin ocasiones rese?ables mientras Osasuna se inflaba poco a poco. Aguant¨® golpes y se mantuvo en pie. Paso siguiente, comenzar el ataque. Milosevic, en un doble y espectacular remate, primero con la cabeza y luego con el pie, oblig¨® a lucirse a Riesgo dos veces en s¨®lo un segundo. Tres minutos despu¨¦s, en el 68, Pu?al botaba una falta desde el extremo diestro del ataque navarro y Cu¨¦llar, tras adelantarse a dos marcadores, remataba de cabeza en boca de gol. El tiempo que quedaba ya fue m¨¢s una partida de ajedrez que un duelo futbol¨ªstico. Aguirre ech¨® a su equipo un poco m¨¢s atr¨¢s para buscar los contragolpes y Amorrortu busc¨® a De Paula en el banquillo para llevar el juego al ¨¢rea de Ricardo.