Las ventas de cajetillas de tabaco baratas se triplican y suponen ya el 28% del total
Los expertos alertan de que los precios bajos dificultan la lucha contra el tabaquismo
Los cigarrillos baratos -entre 1 y 1,7 euros por cajetilla- est¨¢n haciendo furor en Espa?a, y precisamente entre los dos sectores que centran las pol¨ªticas preventivas del Ministerio de Sanidad: los j¨®venes y los segmentos sociales con menos ingresos. Las marcas baratas s¨®lo alcanzaban el 9,5% de las ventas totales de cigarrillos en 2004, pero esa cuota se ha triplicado hasta el 28% en lo que va de a?o. Esta proliferaci¨®n estimula el consumo y reduce los ingresos del Estado. Una directiva europea permite al Gobierno subir el precio a m¨¢s de dos euros, pero Hacienda descarta recurrir a esa medida.
La fiebre de los gen¨¦ricos del tabaco amenaza el principal objetivo de las pol¨ªticas preventivas de Sanidad, que es evitar que los j¨®venes adquieran el h¨¢bito de consumirlo. La principal arma del Gobierno, la Ley de Medidas Sanitarias contra el Tabaquismo, entrar¨¢ en vigor en enero. Prohibir¨¢ fumar en el puesto de trabajo y limitar¨¢ este consumo en los establecimientos de hosteler¨ªa de m¨¢s de 100 metros cuadrados.
"Seg¨²n el estudio reciente m¨¢s riguroso ( The Price of Smoking, MIT Press, 2004), cuando un individuo t¨ªpico de 24 a?os decide empezar a fumar, genera un coste a lo largo de su vida equivalente a una hipoteca de 143.000 euros", explica el economista de la salud ?ngel L¨®pez Nicol¨¢s, de las universidades Pompeu Fabra y Polit¨¦cnica de Cartagena. "De esa hipoteca, el fumador paga 118.000 euros. No s¨®lo por lo que gasta en cigarrillos (11.000 euros), sino tambi¨¦n por a?os de vida perdidos, a?os de vida con limitaciones de salud, p¨¦rdida de ingresos laborales, gastos m¨¦dicos y, muy importante, un balance negativo entre contribuciones y prestaciones a la Seguridad Social, planes de pensiones y seguros de vida", prosigue L¨®pez Nicol¨¢s.
Si el fumador vive en compa?¨ªa, hay que a?adir los efectos nocivos del tabaquismo pasivo en la pareja (otros 20.000 euros). El resto de la hipoteca, 5.000 euros, la paga toda la sociedad. "Ello es as¨ª", explica el economista, "porque, a pesar de que los cigarrillos soportan una carga fiscal importante y, a pesar de que los fumadores mueren antes y tienden a contribuir a las pensiones m¨¢s de lo que reciben, la sociedad soporta las bajas laborales y parte de los gastos m¨¦dicos. En Espa?a, donde los gastos m¨¦dicos son financiados por el sistema p¨²blico en mayor medida que en EE UU, la cifra puede ser m¨¢s elevada".
Menos ingresos, m¨¢s costes
Las marcas baratas s¨®lo pueden empeorar el balance para las arcas p¨²blicas, por dos razones: "Primero, no aumentan la recaudaci¨®n del Estado. Segundo, incentivan el consumo, tanto en los que ya fuman como en los que no fumar¨ªan si los precios fueran m¨¢s altos, y a largo plazo eso implica m¨¢s costes, tanto privados como sociales".
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) y el Comit¨¦ Nacional de Prevenci¨®n del Tabaquismo (CNPT), que agrupa a 40 sociedades cient¨ªficas y sanitarias espa?olas, consideran que encarecer el tabaco es una de las medidas fundamentales para reducir su consumo, sobre todo entre los j¨®venes y adolescentes".
"Hay evidencias clar¨ªsimas de que subir el precio del tabaco es una de las medidas m¨¢s eficaces", asegura Teresa Salvador, psic¨®loga de la junta directiva de la CNPT. "Para las econom¨ªas similares a la espa?ola, la OMS recomienda subir el precio medio de las cajetillas un 10% para reducir un 4% el tabaquismo".
"En Espa?a partimos de un nivel de precios muy bajo. El tabaco se ha encarecido aparentemente en las ¨²ltimas d¨¦cadas, pero el poder adquisivo ha aumentado mucho m¨¢s. Y, pese a las subidas impuestas por las directivas comunitarias, seguimos siendo uno de los pa¨ªses europeos con unos precios del tabaco m¨¢s bajos, y la proliferaci¨®n de marcas baratas es la puntilla".
La ministra de Sanidad, Elena Salgado, reconoci¨® el martes desde Pek¨ªn que los gen¨¦ricos del cigarrillo no le hacen "ninguna gracia", pero a?adi¨®: "El ministerio no puede hacer nada contra la libre competencia". ?Qui¨¦n puede hacerlo, entonces?
"Las tabaqueras son libres de competir en precios", explica L¨®pez Nicol¨¢s. "Sin embargo, Hacienda tiene la potestad de modificar el r¨¦gimen fiscal de los cigarrillos, y saben que una manera de poner freno a la proliferaci¨®n de marcas baratas es aplicar un nivel de recaudaci¨®n fiscal m¨ªnimo por cajetilla, de acuerdo con lo previsto en la directiva 10/2002/EC".
M¨¢s impuestos
Esa directiva fija el impuesto especial del tabaco en un 57% de su precio de venta. Para una cajetilla de 2,8 euros (la clase de precios m¨¢s vendida), el impuesto es de 1,6 euros. Para una marca barata, ronda los 80 c¨¦ntimos. Pero la directiva permite subirlo: "Los Estados miembros podr¨¢n recaudar un impuesto especial m¨ªnimo sobre los cigarrillos vendidos a precio inferior [...] siempre que dicho impuesto no sea superior" al que se aplica a las cajetillas de precio normal (art¨ªculo 3.2).
Esto quiere decir que el Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda puede aplicar hoy mismo un impuesto de 1,6 euros a las nuevas cajetillas de bajo coste y eliminar el problema. "Es cierto que el precio de las marcas baratas se puede subir", confirma una portavoz de Econom¨ªa. Pero no hay ninguna iniciativa para hacerlo. Las autoridades fiscales suelen ser refractarias a cualquier medida contra el h¨¢bito de fumar. Los impuestos sobre el tabaco aportaron 7.400 millones de euros a las arcas p¨²blicas el a?o pasado.
Este tipo de argumentos no funcionan con las marcas baratas. Si se venden menos cajetillas caras (que pagan m¨¢s impuestos por cajetilla) y m¨¢s cajetillas baratas (que pagan menos), Hacienda ingresa menos. Y ello ser¨ªa as¨ª incluso si aumentaran las ventas totales, tal y como explica L¨®pez Nicol¨¢s: "Se estima que un descenso en precios del 10% aumenta la demanda de tabaco un 4%, por lo que el aumento de cajetillas vendidas no compensa el menor ingreso por cajetilla. En general, desde el punto de vista de la recaudaci¨®n p¨²blica, lo ideal ser¨ªa que el precio fuese mayor".
Rebajas en el estanco
La compa?¨ªa Altadis, la tabacalera hispanofrancesa que domina el mercado espa?ol, not¨® en el primer trimestre de este a?o que su cuota de ventas de tabaco rubio hab¨ªa ca¨ªdo 2,4 puntos, y no tard¨® en identificar la causa: las marcas baratas que otras empresas, como Philip Morris, hab¨ªan venido introduciendo desde el a?o anterior. Altadis reaccion¨® en el mes de julio sacando al mercado el Ducados Rubio, a 1,35 euros la cajetilla.
Hasta entonces, las cajetillas baratas ten¨ªan nombres desconocidos. Ducados Rubio fue la primera en lucir una marca consolidada, y los competidores no tardaron en hacer lo mismo con las suyas. Por eso, hay ahora marcas, como Pall Mall, que han bajado de precio, para sorpresa de sus consumidores habituales.
La cuota de ventas de las marcas baratas est¨¢ tan disparada que tiene estupefacta a la propia industria: 9,5% en 2004, 13% hasta abril de este a?o, 19% hasta septiembre y 28% hasta octubre, seg¨²n fuentes del sector.
Las ocho marcas de cigarrillos m¨¢s vendidas, sin embargo, siguen siendo de precio convencional, en general m¨¢s alto que el de las presentaciones baratas, aunque ¨¦stas ganen cuota en el mostrador del estanco.
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