T¨¢cticas para reducir las listas de espera
Andaluc¨ªa y Castilla-La Mancha aplican medidas para limitar el tiempo de demora
La atenci¨®n primaria es la clave de las listas de espera. Desde este nivel asistencial, m¨¢s de 20 millones de espa?oles acuden por primera vez al especialista, y de ellos 12 millones requieren alguna prueba diagn¨®stica. Estas cifras no incluyen las segundas visitas ni las nuevas pruebas complementarias. Esta desorbitada demanda, la descoordinaci¨®n entre m¨¦dicos de familia y especialistas, y otras carencias antiguas, como el descontrol en la agenda profesional de los facultativos, han situado al Sistema Nacional de Salud en una encrucijada conflictiva: la percepci¨®n de la calidad profesional y t¨¦cnica es buena, pero el excesivo tiempo de espera sigue siendo el principal motivo de queja de los usuarios.
Algunas ¨¢reas de primaria han reducido un 35% las derivaciones al especialista
Hasta ahora, ninguna comunidad aut¨®noma ha dado con la f¨®rmula para acabar con las listas de espera, aunque algunas han avanzado m¨¢s que otras. Castilla-La Mancha y Andaluc¨ªa, por ejemplo, disponen, desde hace dos a?os, de leyes y decretos que garantizan unos plazos m¨¢ximos de espera, tanto para las citas con los especialistas (15 d¨ªas en el caso manchego y 60 en Andaluc¨ªa) como para hacerse una prueba diagn¨®stica (7 y 30 d¨ªas, respectivamente).
Otras comunidades, como Catalu?a y Navarra, han establecido medidas especiales en algunas patolog¨ªas y prioridades para las demandas m¨¢s urgentes, y Madrid ha creado una comisi¨®n para que "a partir de un registro ¨²nico, podamos abordar las listas de espera diagn¨®stica con garant¨ªas antes de que acabe esta legislatura", seg¨²n su Consejer¨ªa de Salud. El Ministerio de Sanidad, por su parte, est¨¢ trabajando "para reunir una base de datos de toda Espa?a que permita acometer, con un programa com¨²n, la reducci¨®n de las listas de espera diagn¨®stica".
Pero, en general, a las autonom¨ªas les cuesta comprometerse a acortar los tiempos de espera. S¨®lo Castilla-La Mancha y Andaluc¨ªa est¨¢n obligadas por ley. En ambos casos, si se sobrepasan los plazos, los respectivos gobiernos deber¨¢n abonar las consultas realizadas en centros privados.
En Andaluc¨ªa, el Decreto de Garant¨ªa de Plazos entr¨® en vigor el 30 de marzo de 2004. En ¨¦l le daba un a?o de plazo al Servicio Andaluz de Salud (SAS) para adoptar las medidas correctoras, entre otras, evitar que 86.047 usuarios con esperas superiores a dos meses tuvieran que acudir a la sanidad privada. Un a?o despu¨¦s el objetivo estaba cumplido: del total de consultas solicitadas al SAS en 2004, m¨¢s de 9,5 millones, s¨®lo el 4,8% tuvo lugar en la sanidad privada. Hoy, un registro ¨²nico oficial y p¨²blico garantiza al usuario los plazos que la sanidad andaluza promete.
Con "el reloj puesto a cero", el SAS anunci¨® que ning¨²n andaluz iba a esperar m¨¢s de un mes para una prueba diagn¨®stica, ni m¨¢s de dos para acudir a una cita con el especialista, a no ser que la cita fuese para una revisi¨®n o solicitada por otro especialista. El citado decreto garantiza estos plazos para 20 especialidades y m¨¢s de 300 pruebas diagn¨®sticas. "Con el Decreto de Garant¨ªa asumimos el compromiso de acabar con las listas de espera y el atasco que ¨¦stas generan en el paso de la atenci¨®n primaria a la especializada. Porque ya nadie duda de que la calidad de un sistema sanitario se mide por la facilidad en el acceso que el usuario tiene a sus m¨¦dicos", explica Joaqu¨ªn Carmona, director general de Asistencia Sanitaria del SAS. Y a?ade: "Est¨¢ claro que los recursos sanitarios p¨²blicos son de todos y la obligaci¨®n del gestor es conseguir que m¨¦dicos y usuarios hagan el mejor uso de ellos".
En el terreno de la mejor utilizaci¨®n de los recursos es donde se ha librado la batalla m¨¢s dura en el ¨²ltimo a?o. Las reuniones entre los dos niveles asistenciales eran diarias. "Pero ha merecido la pena. En primaria hemos aumentado nuestra capacidad de resoluci¨®n y participamos m¨¢s en la gesti¨®n del enfermo. Podr¨ªa decirse que estamos contribuyendo a crear una nueva cultura sanitaria y a que nuestra actividad asistencial se una definitivamente a la del especialista", asegura Jos¨¦ Mar¨ªa P¨¢ez, m¨¦dico de familia.
En Andaluc¨ªa, poner a 8.000 m¨¦dicos de familia y a 5.000 especialistas de acuerdo no ha sido f¨¢cil. "Porque lo que se propone es un cambio de mentalidad y de m¨¦todo de trabajo. Hoy ya no puede gestionarse la medicina como compartimentos estancos, en el que cada profesional es aut¨®nomo", explica Remedios Mart¨ªnez, directora regional en la Direcci¨®n General de Asistencia Sanitaria del SAS. Y a?ade: "Hemos discutido cada nuevo concepto de este proyecto, cada palabra; qu¨¦ se le ped¨ªa a los m¨¦dicos de familia y qu¨¦ a los especialistas. Tuvimos que aclarar con ellos las competencias que correspond¨ªan a cada nivel asistencial para que nadie pensase que hab¨ªa intromisiones ajenas ni usurpaci¨®n de funciones".
Siete meses m¨¢s tarde de la entrada en vigor del decreto, el 45% de los profesionales m¨¦dicos est¨¢n directamente implicados, el 30% m¨¢s lo acepta y trabaja de acuerdo con ¨¦l, y s¨®lo el 25% es reticente o lo niega. En algunos distritos de atenci¨®n primaria se ha reducido la derivaci¨®n de pacientes al especialista el 35%; y entre las m¨¢s de 5.000 agendas sujetas al decreto de Garant¨ªa de Plazos, han aflorado varias agendas ocultas de m¨¦dicos que apenas ve¨ªan a cuatro o cinco pacientes al d¨ªa. La consecuencia ha sido que la productividad ha aumentado en el ¨²ltimo a?o el 18% en pruebas diagn¨®sticas y el 5% en consultas especializadas. Y eso que coordinar 32 hospitales p¨²blicos con la actividad que generan 1.500 centros de salud no resulta f¨¢cil. En total, la comunidad andaluza, con 7,3 millones de habitantes, genera al mes 240.000 citas para el especialista y 150.000 solicitudes de pruebas diagn¨®sticas.
Los m¨¦dicos de familia dejan de ser instrumentos que s¨®lo sirven para canalizar la demanda, y pasan a participar en el proceso terap¨¦utico. Ahora forman parte de las comisiones de evaluaci¨®n e intervienen en la armonizaci¨®n de la demanda y la oferta. "Nuestros m¨¦dicos de primaria, a los que hemos dotado de m¨¢s recursos, tienen ahora m¨¢s competencias en el seguimiento de los enfermos, evitando, en muchos casos, las citas", explica Mart¨ªnez. La consecuencia inmediata ha sido que el paciente est¨¢ mejor atendido: el especialista puede dedicarle m¨¢s tiempo.
En Andaluc¨ªa, como en Castilla-La Mancha, el c¨ªrculo vicioso que hasta ahora generaban las listas de espera diagn¨®sticas se quiebra por fin. Tanto el SAS como el SESCAM (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha) disponen de una red de informaci¨®n centralizada que permite controlar en todo momento las agendas de los m¨¦dicos. "El Registro ?nico que tenemos lo actualizamos cada d¨ªa y eso nos permite programar, de acuerdo con la demanda, la actividad. Lo m¨¢s importante, quiz¨¢, es que estamos obligados por ley a ser transparentes y a informar en el Parlamento", afirma Javier Gil, responsable de Atenci¨®n Especializada en el SESCAM.
El modelo manchego
Para los 1.836.000 habitantes de Castilla-La Mancha, las pruebas diagn¨®sticas y las citas con el especialista ya no son motivo de preocupaci¨®n. El decreto publicado en enero de 2005, que incorpora un nuevo desarrollo de la Ley 18/2002, establece que ning¨²n habitante de la comunidad deber¨¢ esperar m¨¢s de siete d¨ªas para que le hagan una radiograf¨ªa por ejemplo, ni m¨¢s de 15 para que le vea el especialista por primera vez.
Como en Andaluc¨ªa, un sistema inform¨¢tico ¨²nico permite controlar diariamente las agendas de los 2.497 especialistas a las que tienen acceso a su vez los 2.263 m¨¦dicos de primaria. Aqu¨ª empieza el recorrido del paciente, que sale ya de la consulta con un volante en el que figura su cita hospitalaria. El tiempo corre a partir de entonces, y si los plazos fijados se sobrepasan, tras la correspondiente certificaci¨®n de que esto es as¨ª, el usuario podr¨¢ acudir, por cuenta de la Administraci¨®n, a un centro privado. En Castilla-La Mancha, el volumen de primeras consultas asciende cada a?o a 950.000, con m¨¢s de 476.000 pruebas diagn¨®sticas. "Es cierto que no llegamos a los dos millones de habitantes, pero el m¨¦todo, supongo, sirve para todos. Y aunque ¨¦ste puede ser el camino, no es la soluci¨®n definitiva. Lo ideal ser¨ªa no tener que legislar para controlar las listas de espera", afirma Javier San Gil, responsable de Atenci¨®n Especializada.
Problema europeo com¨²n
A los 5,2 millones de finlandeses, el Estado les garantiza una cita de atenci¨®n primaria en tres d¨ªas y de especializada en 15; los datos aparecen en una lista de espera, aunque no existe ning¨²n decreto que garantice los plazos. En Suecia, con 9 millones de habitantes, hay un registro nacional para quienes desean acudir al m¨¦dico; el Estado garantiza la cita en 90 d¨ªas para 12 procesos terap¨¦uticos. Lo mismo ocurre en Dinamarca (5,5 millones de habitantes), donde el plazo es tambi¨¦n de 90 d¨ªas, pero la garant¨ªa se reduce a un par de patolog¨ªas, que var¨ªan con la demanda; las listas de espera tambi¨¦n son p¨²blicas.
En Irlanda y Reino Unido existe un plan de choque (Waiting List Initiative) que garantiza la atenci¨®n especializada en 12 meses a los adultos y en 6 a los ni?os, aunque hay prioridades y se tiene en cuenta la situaci¨®n de los enfermos. En ambos pa¨ªses los datos son p¨²blicos. Italia s¨®lo da prioridad a las intervenciones cardiacas y Holanda cuenta con un plan de choque general; tambi¨¦n promueve pol¨ªticas integradoras a medio y largo plazo para la asistencia especializada. Alemania s¨®lo desarrolla pol¨ªticas a largo plazo.
En pa¨ªses como Australia, Canad¨¢ o Nueva Zelanda la atenci¨®n especializada da prioridad a ciertas patolog¨ªas y pacientes y s¨®lo se elaboran planes de choque en circunstancias especiales.
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