Al Zarqaui ya no es querido en Jordania
El l¨ªder de Al Qaeda en Irak pierde el apoyo de sus compatriotas tras llevar el terror al coraz¨®n de Amm¨¢n
Al Qaeda ha logrado abrir, tras dos atentados frustrados y a?os de empe?o, el frente de Jordania, pero la matanza de 57 civiles, v¨ªctimas de los ataques que el jueves sacudieron tres hoteles de Amm¨¢n, ha creado tambi¨¦n un corte abrupto en el caudal de simpat¨ªa y admiraci¨®n de que gozaba en el reino hachem¨ª Ahmed Fadil Nazzal al Jalaliye, alias Abu Musab al Zarqaui, el terrorista m¨¢s buscado del planeta. En Zarqa, la segunda ciudad de Jordania, todos echaban pestes ayer del hombre que comenz¨® sus andanzas en la guerra santa de Afganist¨¢n despu¨¦s de que salieran los sovi¨¦ticos, a comienzos de los d¨¦cada de los noventa.
Delante de la vivienda en la que creci¨® Zarqaui, en el barrio de Masum, la coincidencia de opiniones hace sospechar en la difusi¨®n de consignas. Fadi, un joven de 23 a?os, admite que s¨®lo la carnicer¨ªa de los hoteles Radisson, Hyatt y Days Inn de Amm¨¢n le ha hecho cambiar de parecer. "Hasta el jueves me parec¨ªa muy bien lo que hac¨ªa, pero ahora es diferente. Ojal¨¢ lo capturen y lo castiguen". Como otros lugare?os, recuerda a un joven Zarqaui convertido en "el jefe del barrio, al que acud¨ªan otros chavales para arreglar sus disputas". "Yo estaba orgulloso de ¨¦l. Pero ahora creo que cualquiera le entregar¨ªa a la polic¨ªa", dice Fadi. Un coro de amigos asiente.
"En Irak nace una generaci¨®n de expertos en guerrilla urbana listos para exportarla", dice un diplom¨¢tico
Uno de los primos hermanos de Zarqaui regenta un peque?o local de alquiler de sillas y mesas para bodas y banquetes. Reniega de su pariente desde hace s¨®lo tres d¨ªas. Y como todos, suelta su letan¨ªa: "Este tipo de atentados contra civiles no son aceptados por el islam". Lo mismo que opina una residente de ?qaba, al sur de Jordania, que visita a unos familiares en Zarqa. Tiene 55 a?os y desaprueba la carnicer¨ªa de inocentes. "Incluso durante la guerra no est¨¢ permitido matar a civiles, sean musulmanes, cristianos o jud¨ªos". "Todos esper¨¢bamos esto, pero cre¨ªamos que ocurrir¨ªa en embajadas, en comisar¨ªas. Tengo miedo. Ahora", a?ade, "no podr¨¦ ir tranquila a los mercados, a los hoteles...". Es un temor compartido. Como es com¨²n la opini¨®n de que los atentados contra polic¨ªas y militares en Irak son harina de otro costal.
Fadi y la vecina de ?qaba -ciudad donde en agosto Al Qaeda lanz¨® dos cohetes artesanales contra buques de guerra estadounidenses-, pero tambi¨¦n Uhmaya, otra ama de casa de 43 a?os, y Kemal, un funcionario del Ministerio de Vivienda, coinciden: los atentados suicidas contra soldados y polic¨ªas en Irak son leg¨ªtimos. "Soy un pac¨ªfico, pero si alguien invade mi casa, tengo que reaccionar", sostiene Kemal.
A las puertas de la mezquita de Al Fal¨¢, en el campo de refugiados palestino de la ciudad, menores de 10 a?os reciben al extranjero, nada m¨¢s descender del coche, con unas pocas pedradas. A diferencia de lo sucedido en el barrio de Masum, es m¨¢s dif¨ªcil encontrar a alguien dispuesto a hablar de Zarqaui, que reclutaba en este templo musulm¨¢n a adeptos prestos al suicidio. La inmensa mayor¨ªa de las mujeres portan la abaya, que las cubre de pies a cabeza. Yihad, un desempleado de 37 a?os, accede a contestar. Y su opini¨®n es id¨¦ntica. "No es justo lo que ha sucedido. Eran civiles. ?En Irak?, S¨ª. Es leg¨ªtimo matar a los soldados". "Yo estudi¨¦", prosigue, "en la misma escuela que Zarqaui. Cr¨¦eme, no iba a la mezquita".
Y es que el hombre por el que EE UU ofrece una recompensa de 25 millones de d¨®lares se convirti¨® a una m¨¢s profunda fe religiosa en prisi¨®n. Zarqaui fue detenido en marzo de 1994 -tras sus primeros escarceos terroristas a comienzos de los noventa- y sentenciado en 1996 a 15 a?os de c¨¢rcel. Sin embargo, sali¨® por la amplia amnist¨ªa concedida por la ascensi¨®n al trono del rey Abdal¨¢ II. Se fue a Pakist¨¢n y tambi¨¦n fue detenido durante dos semanas.
Zarqaui comenz¨® a deambular por Pakist¨¢n, el Kurdist¨¢n iraqu¨ª y Afganist¨¢n, donde colabora con los talib¨¢n tras los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington. En los primeros a?os del milenio funda varias organizaciones islamistas radicales y consigue aproximarse a Al Qaeda, con la que mantendr¨¢ desavenencias y reconciliaciones.
A partir de ah¨ª, Jordania -que hab¨ªa sido objetivo de Al Qaeda en 1999, cuando trat¨® de ejecutar tres atentados simult¨¢neos: en un paso fronterizo con Israel, en el r¨ªo Jord¨¢n y contra el mismo hotel Radisson de Amm¨¢n- no se aparta del punto de mira de Zarqaui. El hoy l¨ªder de Al Qaeda en Irak prepar¨® el asesinato del diplom¨¢tico estadounidense Lawrence Foley, en octubre de 2002. Y en abril del a?o pasado, la polic¨ªa abort¨® un atentado con explosivos qu¨ªmicos contra la sede de los servicios secretos. Este a?o tambi¨¦n se frustraron media docena de ataques. En los hoteles de capital norteamericano la polic¨ªa no pudo evitarlos.
"Jordania ha perdido una batalla, pero no la guerra. Los servicios de seguridad han demostrado una profesionalidad tremenda. Y esto hace pensar que continuar¨¢ siendo un baluarte crucial contra el terrorismo internacional. Este pa¨ªs no va a convertirse en un segundo Irak", asegura convencido una fuente diplom¨¢tica europea. "Los grupos salafistas jordanos", a?ade, "est¨¢n muy controlados. Y es complicado que puedan transformarse en terroristas. El problema es que Irak se ha convertido en un segundo Afganist¨¢n, donde est¨¢ naciendo una generaci¨®n de expertos en guerrilla urbana listos para exportar la guerra santa a pa¨ªses vecinos". Precisamente ayer, el primer ministro jordano, Maruan Muasher, certific¨® la responsabilidad de la organizaci¨®n Al Qaeda en Irak en el triple atentado, y dijo que los terroristas eran "no jordanos". "La preocupaci¨®n de las autoridades es que Zarqaui se ha recuperado de los golpes recibidos con mucha rapidez", comenta el diplom¨¢tico.
Lo ¨²nico que no admite duda es que la pol¨ªtica de Abdal¨¢ II -tal como anunci¨® en un mensaje dirigido el viernes a la naci¨®n, en el que emple¨® un tono especialmente duro- no se va a desviar un ¨¢pice de la estrategia que emprendi¨® su padre, el rey Hussein, hace d¨¦cadas. Pieza clave de la lucha antiterrorista, fiel aliado de Washington en la regi¨®n -Jordania es junto a Egipto el ¨²nico Estado que ha firmado un acuerdo de paz con Israel- Amm¨¢n se implica en el entrenamiento de polic¨ªas y militares iraqu¨ªes, y el monarca hachem¨ª se afana por desacreditar una idea extendida en amplias capas de las poblaciones ¨¢rabes, la de que Al Qaeda lucha por la liberaci¨®n de Irak y de Palestina.
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