Con la fe de la se?ora Douglas
Orantes, campe¨®n en 1976, y Corretja, ganador en 1998, recuerdan sus victorias y sostienen que Nadal puede vencer pese a la rapidez de la pista
La historia explica que ganar el Masters resulta dif¨ªcil para los tenistas espa?oles. S¨®lo dos lo han conseguido y ambos tuvieron que superar situaciones l¨ªmite. Manuel Orantes lo logr¨® en 1976, en una superficie r¨¢pida interior en Houston (Estados Unidos), despu¨¦s de ir perdiendo por una manga a dos y 1-4 ante el polaco Wojtek Fibak en la final. Y ?lex Corretja se convirti¨® en maestro en 1998, pero en su camino salv¨® tres bolas de partido ante el norteamericano Pete Sampras en las semifinales y en la final super¨® a Carlos Moy¨¤ en una remontada a cinco sets.
No fue f¨¢cil. Ambos rompieron moldes porque jugaron y ganaron en una pista cubierta cuando se les tildaba de jugadores de tierra. Ahora, los dos est¨¢n convencidos de que Rafael Nadal, el n¨²mero dos mundial, es capaz de romperlos tambi¨¦n en la de Shanghai, la que menos favorece sus intereses por la velocidad que imprime al juego, y que puede convertirse en el tercer campe¨®n espa?ol.
Corretja se vio obligado a superar tres pelotas de partido frente al estadounidense Sampras en su semifinal
Orantes perd¨ªa por una manga a dos y 1-4 ante el polaco Fibak cuando recibi¨® desde el palco un est¨ªmulo especial
"La mayor¨ªa no comprende lo que ha hecho Rafa", asegura Corretja; "es muy grande. Ninguno lo hab¨ªamos conseguido: 11 t¨ªtulos, con un grand slam (Roland Garros) y cuatro masters series (Roma, Montreal, Montecarlo y Madrid) incluidos. Creo que no hay otro que haya hecho todo eso con s¨®lo 19 a?os".
Orantes agrega que ha tenido suerte en el sorteo porque su grupo s¨®lo tiene jugadores de sus caracter¨ªsticas. "Sabe que puede ganar en este tipo de canchas. Ya lo ha hecho en Montreal y Madrid. La de Shanghai es m¨¢s r¨¢pida, pero cuenta con su mentalidad y con la confianza que ha atesorado a lo largo del a?o. No va a jugar con saque-volea, eso lo sabemos. Pero en la primera fase puede ir cogiendo el ritmo de juego para desplegar despu¨¦s todas sus armas, especialmente su fortaleza mental, en las semifinales. Todos saben que el suizo Roger Federer y ¨¦l dominan en todas las superficies".
Para Orantes, Nadal mejora cada d¨ªa: "Cada vez que le veo jugar hay algo que hace mejor. Es ambicioso y trabajador. No se pone l¨ªmites. No tiene techo. No tiene miedo. Conoce sus limitaciones y toca con los pies en el suelo. Le queda mucho por aprender y tiene la mentalidad correcta. Pero no hay que cambiarle los esquemas al ciento por ciento. Dif¨ªcilmente ser¨¢ un gran voleador y un sacador nato. Su fuerza est¨¢ en el fondo. Nunca he visto cambiar radicalmente a ning¨²n jugador. Si lo intentara, podr¨ªa salir muy perjudicado".
"Para m¨ª", prosigue Corretja, "lo m¨¢s importante es su base mental y f¨ªsica y la solidez de sus golpes. Juega con muy poco margen de riesgo. No falla. Rompe barreras o, mejor, las destroza. Y todo, teniendo a¨²n mucho margen de mejora, especialmente en su juego de red".
Pero tanto Corretja como Orantes saben las dificultades que debe superar Nadal para ser campe¨®n. "La mayor es Federer, un fen¨®meno. No es comparable con ning¨²n otro del circuito. Ya es uno de los mejores de la historia", puntualiza Corretja.
Cuando Orantes se clasific¨® para el Masters en 1976 fue como un premio a su constancia tras una temporada marcada por sus lesiones en un codo y que s¨®lo pudo enderezar en la parte final. Hab¨ªa ganado el Open de Estados Unidos en 1975, superando al local Jimmy Connors en tierra batida, pero pocos contaban con ¨¦l en la pista interior de Houston. Cuando Fibak le dominaba por dos mangas a una y 4-1, se le daba ya por enterrado. Pero entonces, el animador de pista acudi¨® al palco para entrevistar a famosos y se dirigi¨® al actor Kirk Douglas. Apareci¨® en las pantallas gigantes diciendo que Orantes lo ten¨ªa muy complicado. Pero su esposa estaba haciendo que no desde atr¨¢s. Cuando el locutor le pregunt¨® por qu¨¦, ella contest¨®: "Vi a Manolo remontar a Vilas [Guillermo, argentino] un partido perdido en las semifinales del Open, el a?o pasado, y estoy segura de que va a ganar". El p¨²blico estall¨® en una gran ovaci¨®n. "Fue un momento clave", recuerda Orantes; "yo levant¨¦ un dedo en se?al de victoria. Y todo cambi¨®. A?os despu¨¦s, en Palm Springs, los Douglas me invitaron a su casa y Kirk confes¨® que el tenis era su profesi¨®n frustrada".
Tambi¨¦n Corretja pas¨® por momentos dif¨ªciles en el camino hacia el triunfo en Hannover (Alemania) en 1998. "Cuando Sampras tuvo los tres match-balls en las semifinales, lo l¨®gico habr¨ªa sido que perdiera. Pero yo ten¨ªa mucha confianza. Antes de empezar, Javier Duarte, mi entrenador de entonces, me dijo que, si hac¨ªa las cosas bien, podr¨ªa dar un gran golpe y vivir mis mejores momentos. Me sent¨ªa fuerte f¨ªsica y mentalmente. En la final, contra Moy¨¤, no quer¨ªa perder, no quer¨ªa que se repitiera lo de la de Roland Garros, lo de la amistad... Creo que, al cabo, el tenis me restituy¨® algo que me deb¨ªa. Como si me devolviera retos que ten¨ªa pendientes. Igual que Nadal ahora. Puede ganar en la peor pista para ¨¦l. Pero, si no lo logra, no habr¨¢ nada que reprocharle. Su a?o habr¨¢ sido, de todos modos, incre¨ªble".
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