Cynthia DeLores Tucker, pol¨¦mica activista negra
Cynthia DeLores Tucker, una de las m¨¢s discutidas activistas de la comunidad afroamericana, falleci¨® el 12 de octubre en un centro de rehabilitaci¨®n de Filadelfia, a los 78 a?os.
La noticia ha tardado casi un mes en difundirse, un dato que revela la ambig¨¹edad del papel pol¨ªtico de la se?ora Tucker, que logr¨® gran relevancia en sus ¨²ltimos a?os como oponente de las letras y las actitudes de los raperos, a los que acusaba de misoginia y glorificaci¨®n de la violencia.
Cynthia DeLores Nottage hab¨ªa nacido en Filadelfia, el 4 de octubre de 1927. Era la d¨¦cima hija de un reverendo estricto, que prohib¨ªa el baile y la m¨²sica profana en su hogar.
Todav¨ªa menor de edad, Cynthia organiz¨® manifestaciones contra un hotel de su ciudad natal que se negaba a alojar a negros. En los a?os cincuenta y sesenta, abandonados sus estudios universitarios, se implic¨® en las campa?as de Martin Luther King contra la discriminaci¨®n racial. Simult¨¢neamente, se integr¨® en la maquinaria del Partido Dem¨®crata, donde demostr¨® su capacidad para cosechar votos y dinero, especialmente si se trataba de candidatos negros.
Tras desempe?ar funciones municipales en Filadelfia, fue nombrada en 1971 secretaria de Estado de Pensilvania, entonces el puesto m¨¢s alto alcanzado por una mujer negra en Estados Unidos.
Su carrera pol¨ªtica parec¨ªa imparable pero dej¨® demasiados flancos al descubierto, que fueron aprovechados por sus enemigos: hab¨ªa heredado la propiedad de edificios que se hab¨ªan deteriorado, ante la ira de sus inquilinos, que denunciaron la disonancia entre la realidad y su postura p¨²blica.
En 1977, tuvo que dimitir cuando se supo que cobraba por escribir unos discursos que, en realidad, eran redactados por sus subordinados.
Tras fracasar como candidata al Congreso y al Senado, Tucker desarroll¨® su actividad dentro del Partido Dem¨®crata y en organizaciones de defensa de las mujeres y las minor¨ªas.
Inesperadamente, en los a?os noventa se hizo famosa cuando se puso al frente del movimiento que deploraba la popularidad del agresivo gangsta rap, y que le llev¨® a aliarse incluso con personalidades del Partido Republicano. A pesar de su ret¨®rica chirriante, sus argumentos ten¨ªan peso: as¨ª, exig¨ªa responsabilidad social a unos artistas que se escudaban en su papel de cronistas del gueto.
Su energ¨ªa caus¨® muchos dolores de cabeza a los raperos y a las empresas que les acog¨ªan: invirti¨® en Time-Warner para acudir a las juntas de accionistas y afear a los directivos el lanzamiento de discos con contenidos pornogr¨¢ficos y violentos; boicote¨® a organizaciones negras en las que anteriormente se hab¨ªa integrado por cometer el pecado de premiar a figuras controvertidas como Tupac Shakur.
Su enfrentamiento con Shakur suger¨ªa una prolongaci¨®n de los agrios conflictos internos de la comunidad afroamericana durante los a?os sesenta: el rapero era hijo de una integrante de los Panteras Negras. Shakur grab¨® letras insultantes contra Tucker y ¨¦sta, cuando el rapero fue asesinado, demand¨® a su madre. Fue uno de los muchos juicios que perdi¨® Tucker en su guerra contra el rap.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.