Expertos analizan la persistencia de barreras f¨ªsicas y de comunicaci¨®n en las universidades andaluzas
A Mercedes Alc¨¢ntara, de 25 a?os, la conocen casi todos en la Facultad de Empresariales de C¨¢diz. Y no s¨®lo porque sea la ¨²nica estudiante que vaya en silla de ruedas. Tambi¨¦n porque, a pesar de una confesada timidez, no ha dudado en reivindicar la eliminaci¨®n de las barreras que persisten en su centro de estudios. Seg¨²n relata, gracias a esas quejas, el enorme escal¨®n de entrada, una frontera infranqueable para su silla, fue sustituido en el primer curso por una rampa. Pero las barreras persisten.
Una rampa demasiado empinada le impide acceder por s¨ª sola al edificio de las clases. Y en la Facultad de Filosof¨ªa y Letras, donde estudia una asignatura de libre configuraci¨®n, las mesas no est¨¢n adecuadas para ella.
Mercedes es una de las 67 alumnas discapacitadas matriculadas en la Universidad de C¨¢diz (UCA). En las nueve universidades andaluzas hay actualmente 750 estudiantes con alg¨²n tipo de minusval¨ªa. Su discapacidad es muy variada: paraplejia, tetraplejia, sordera, ceguera. Cada una requiere una atenci¨®n espec¨ªfica y las barreras, de momento, siguen siendo demasiadas, seg¨²n pusieron de manifiesto los expertos reunidos en C¨¢diz en unas jornadas sobre la atenci¨®n a universitarios discapacitados.
Responsables de varias universidades, expertos en leyes y asociaciones de discapacitados participaron en la primera sesi¨®n de Universidad y Compromiso, con la que la UCA quiere poner sobre la mesa los programas solidarios y las demandas de los colectivos m¨¢s necesitados. "Hay mucho por hacer", reconoce la directora del Servicio de Atenci¨®n a la Discapacidad de la Universidad de C¨¢diz, Teresa Lozano. Aunque defiende el esfuerzo que se ha hecho por eliminar barreras de todo tipo. "Es cierto que se ha trabajado por eliminar las escaleras, adaptar las instalaciones, implantar el lenguaje de signos o facilitar medios t¨¦cnicos para los ciegos. Pero hay m¨¢s barreras, las invisibles, las de los prejuicios. Y esas contin¨²an", confiesa.
Este servicio de atenci¨®n especializado se ha extendido a la mayor¨ªa de centros universitarios andaluces. Coordinan ayudas econ¨®micas, asesoran a los alumnos, elaboran planes de eliminaci¨®n de barreras. En eso est¨¢ ahora el equipo que coordina en C¨¢diz Teresa Lozano: "Estamos haciendo un estudio sobre barreras arquitect¨®nicas, cuyos resultados elevaremos al rectorado". Sin embargo, Mercedes no se ha puesto en contacto con este servicio para canalizar sus quejas. "Ni siquiera sab¨ªa que exist¨ªa", afirma la alumna.
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