Dios los cr¨ªa...
Lector impenitente, y cat¨®lico por predeterminaci¨®n y obligaci¨®n, aprovech¨¦ la media infancia que pas¨¦ en capillas y templos, misas, viacrucis, rosarios, sabatinas y novenas para leer misales, breviarios y martirologios, libros de c¨¢nticos, oraciones y jaculatorias, y cuantos textos, siempre piadosos, quedaran al alcance de mi mano en bancos y reclinatorios.
Pero mis lecturas eclesiales favoritas, las m¨¢s amenas entre las permitidas, fueron las "hojas parroquiales" y dominicales, germen, g¨¦rmenes, de mi temprano inter¨¦s por el periodismo, porque inclu¨ªan informaciones y noticias de actualidad, actualidad apost¨®lica, catequ¨¦tica y eclesi¨¢stica, pero actualidad.
En una hoja dominical que hab¨ªa que pagar, voluntaria y religiosamente, a la entrada de la parroquia le¨ª las primeras noticias sobre John Fitzgerald Kennedy, candidato cat¨®lico a la Casa Blanca que, seg¨²n el entusiasta redactor, devolver¨ªa los Estados Unidos a la fe verdadera y acabar¨ªa con la hegemon¨ªa protestante.
No iban por ah¨ª los tiros; el presunto ¨¢ngel tiroteado en Dallas no hab¨ªa sido precisamente un modelo de virtudes cristianas, a no ser que incluyamos en ellas el anticomunismo. Nada que ver, herej¨ªas aparte, con el cristian¨ªsimo comportamiento del presidente George W. Bush, uno de cuyos ¨²ltimos logros en materia educativa ha sido desterrar a Charles Darwin de las aulas y sustituir el evolucionismo por la peregrina teor¨ªa, apor¨ªa, del "dise?o inteligente". Lo ¨²nico inteligente de esta nueva envoltura de la sinraz¨®n fundamentalista cristiana es eso, la envoltura, la denominaci¨®n de origen. La invenci¨®n de un dios dise?ador, del gran dise?ador del universo, es, desde luego, un original, impactante, reclamo de marketing que entroniza a la deidad suprema en las pasarelas por encima de sus profetas Giorgio Armani y Calvin Klein. Pero a ese dios ergon¨®mico que est¨¢ en todas partes no se le ve por ning¨²n lado y la inteligencia de su dise?o global s¨®lo parecen percibirla los m¨¢s tontos: "Bienaventurados los pobres de esp¨ªritu porque de ellos ser¨¢ el reino de los cielos".
Pienso en el dise?o inteligente mientras veo en el televisor im¨¢genes de la manifestaci¨®n de cat¨®licos militantes espa?oles por las calles de Madrid con sus seis obispos al frente y una ex miss mundo, arrepentida, leyendo el manifiesto por la libertad de ense?anza que cita, entre otros temas de punzante actualidad, el de la ense?anza de la asignatura de religi¨®n, de una religi¨®n, la suya, como una materia m¨¢s de estudios, al mismo nivel de la lengua o las matem¨¢ticas, las ciencias naturales.
El creacionismo, aunque sea en su ¨²ltima edici¨®n de "dise?o inteligente", que se imparte en las clases de religi¨®n cat¨®lica choca frontalmente con lo que se afirma desde bases cient¨ªficas en una clase de biolog¨ªa, de f¨ªsica o de historia, una contradicci¨®n que, desde el punto de vista de la Iglesia, debe resolverse siempre religiosamente. Las matem¨¢ticas nunca resolver¨¢n el misterio de la Trinidad. ?Por qu¨¦? Precisamente porque es un misterio, me explicaron un d¨ªa en clase de religi¨®n: de qu¨¦ te vale salvar tu mente si pierdes tu alma.
A la misma pregunta sobre los or¨ªgenes del universo, planteada en dos clases distintas, religi¨®n y ciencias, el alumno concertado y desconcertado tendr¨¢ que dar dos respuestas "correctas" completamente diferentes e incompatibles entre s¨ª y protegerse luego de posibles brotes esquizofr¨¦nicos. La soluci¨®n reside en no hacerse demasiadas preguntas al respecto, como la mayor parte de los manifestantes entrevistados ante las c¨¢maras amigas de Telemadrid, que no sab¨ªan muy bien de qu¨¦ iba la ley contra la que se manifestaban, pero estaban absolutamente seguros de que la culpa de todo era del Gobierno de Zapatero.
Aunque la asignatura de religi¨®n fuera una de las crestas de ola de la manifestaci¨®n, en el mar de fondo se ventilaban asuntos de mayor calado, como el de los privilegios y subvenciones estatales a los colegios concertados con la Iglesia, sin cupo de inmigrantes y con derecho a tener otras fuentes de financiaci¨®n, los padres de los alumnos sin ir m¨¢s lejos. Cualquier cosa menos la aplicaci¨®n a rajatabla del precepto evang¨¦lico de dar al c¨¦sar lo que es del c¨¦sar.
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