El destape de Woodward
El testimonio judicial del periodista de 'The Washington Post' complica el 'caso Plame'
Que el periodista del diario The Washington Post Bob Woodward haya revelado que un alto funcionario de la Administraci¨®n de George W. Bush le dijo hace m¨¢s de dos a?os que Valerie Plame, la mujer de un ex embajador de EE UU cr¨ªtico con la guerra de Irak, era una agente de la CIA, amenaza con complicar un caso hasta ahora ya bastante enrevesado. Si la Casa Blanca cre¨ªa que ten¨ªa los da?os controlados, la revelaci¨®n de Woodward alargar¨¢ a¨²n m¨¢s la agon¨ªa pol¨ªtica en la que est¨¢ sumida por el caso Plame, entre otros.
Eso sin mencionar el lugar en que queda el fiscal especial Patrick Fitzgerald. Tras dos a?os de investigaciones, el jurista de feroz reputaci¨®n como investigador, que dedica semanas a bucear en el m¨¢s peque?o de los detalles antes de dictar un procesamiento, ha sido tocado en su l¨ªnea de flotaci¨®n. Por sorpresa aparece una misteriosa fuente que ¨¦l desconoc¨ªa y que podr¨ªa prolongar la investigaci¨®n e incluso afectar al procesamiento de la hasta ahora ¨²nica persona encausada: el ex jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney, Lewis Libby. La revelaci¨®n da nuevas pruebas a los abogados de Libby para apoyar su defensa.
La nueva revelaci¨®n pone en duda las tesis de la fiscal¨ªa sobre Lewis Libby
De la declaraci¨®n de Woodward ante Fitzgerald -de la que inform¨® The Washington Post- parece quedar claro que ¨¦l fue el primer periodista que supo de la relaci¨®n con la CIA de Valerie Plame, cuyo marido, el ex embajador Joe Wilson, critic¨® la manera en la que la Administraci¨®n Bush llev¨® al pa¨ªs a la guerra en Irak. Woodward, director adjunto del Post, testific¨® el pasado lunes bajo juramento que un alto funcionario del Gobierno habl¨® con ¨¦l sobre Plame y su posici¨®n en la Agencia Central de Inteligencia como "analista" en temas de armas de destrucci¨®n masiva a mediados de junio de 2003, casi un mes antes de que su nombre apareciera publicado en la prensa. Woodward, el periodista con may¨²sculas, aseguraba en su peri¨®dico que testific¨® ante Fitzgerald s¨®lo despu¨¦s de que su fuente fuera al fiscal especial para contar la conversaci¨®n que ambos mantuvieron hace m¨¢s de dos a?os.
A un caso plagado de inc¨®gnitas se le a?ade una m¨¢s: no est¨¢ claro qu¨¦ llev¨® a la fuente original de Woodward a acudir al fiscal Fitzgerald y contar lo que sab¨ªa, o incluso si esa fuente ha testificado con anterioridad en el caso, ya que quienes testifican ante el Gran Jurado tienen garantizado el anonimato, a no ser que ellos mismos decidan renunciar a ¨¦l. Si existieran inconsistencias entre el relato de Woodward y lo que haya contado con anterioridad su fuente, el fiscal especial podr¨ªa verse obligado a considerar nuevas implicaciones legales.
El mi¨¦rcoles, Theodore Wells, uno de los dos abogados de Lewis Libby -n¨²mero dos de Cheney procesado por perjurio, falso testimonio y obstrucci¨®n a la justicia en el caso Plame-, manifest¨® que la revelaci¨®n de Woodward era una "bomba", ya que contradec¨ªa la aseveraci¨®n del fiscal Fitzgerald de que su cliente fue el primer cargo del Gobierno en discutir la conexi¨®n con la CIA de Plame con un periodista, en este caso Judith Miller -hoy en d¨ªa ya ex redactora de The New York Times-, el 23 de junio de 2003. Abogados citados por The New York Times aseguran que aunque la aparici¨®n en escena de lo revelado por Woodward no cambie el grueso del caso contra Libby, s¨ª abre serias dudas sobre la causa al minar la tesis de la fiscal¨ªa: que Libby minti¨® cuando asegur¨® ante el Gran Jurado que la identidad de la mujer de Wilson era de sobra conocida entre los reporteros.
Su propia aportaci¨®n de un nuevo dato a la investigaci¨®n sit¨²a al veterano Woodward en un inc¨®modo papel. Woodward nunca escribi¨® sobre el caso Plame, incluso cuando se convirti¨® en la mayor historia period¨ªstica y pol¨ªtica de Washington. Tan s¨®lo inform¨® al director de su peri¨®dico, Leonard Downie, de lo que sab¨ªa el mes pasado, justo antes de que Fitzgerald procesara a Libby. El mi¨¦rcoles, el periodista ped¨ªa perd¨®n al director del diario para el que lleva trabajando m¨¢s de 34 a?os.
En una conversaci¨®n telef¨®nica con The New York Times que recog¨ªa ayer el diario, Woodward aseguraba que su ¨²nico fin fue siempre proteger a su fuente. "Los t¨¦rminos del compromiso cambian cuando los periodistas est¨¢n siendo citados a comparecer ante un juez, cuando acceden a testificar, cuando son forzados a testificar o son encarcelados". "Este es el nuevo elemento", relata en el Times Woodward, "lo que me ha hecho ser incluso m¨¢s reservado respecto a las fuentes, y protegerlas". "No podr¨ªa hacer mi trabajo si no pudiera proteger a mis fuentes".
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