Un segundo premio reservado a la justicia
EL QUE ha seguido un consejo de don Quijote ha sido Jaime Bayly. Estando en casa de don Diego de Miranda, don Quijote se enter¨® de que el hijo de su anfitri¨®n era aficionado a la literatura y le recomend¨® que en las justas literarias procurase ganar el segundo premio, porque el primero se lo lleva "el favor o la gran calidad de la persona", mientras que el segundo es el reservado a la mera justicia.
Y de repente, un ¨¢ngel es una f¨¢bula moral en la que el protagonista, Juli¨¢n Beltr¨¢n, da cuerpo a la voz autobiogr¨¢fica que Bayly ha ido desarrollando desde sus primeras novelas. Juli¨¢n, un escritor hura?o, nocturno y tirando a poco aseado, toma criada presionado por las quejas de su novia, que le amenaza con no visitarle hasta que limpie su casa. Entonces contrata a Mercedes Navarro, una mujer de casi sesenta a?os a la que su madre vendi¨® por cien soles cuando ten¨ªa s¨®lo once. Al enterarse de esto, Juli¨¢n se empe?a en que Mercedes encuentre a su madre, averig¨¹e por qu¨¦ la vendi¨® y se reconcilie con ella. La criada no entiende muy bien qu¨¦ inter¨¦s puede tener su patrono en esta empresa, cuando por una parte han pasado ya casi cincuenta a?os desde la venta y, por otra parte, el mismo Juli¨¢n lleva ya diez sin hablarse con sus padres. Pero las cosas han de hacerse como dice el escritor y, a la zaga de Truman Capote en Jornada laboral, Juli¨¢n Beltr¨¢n y Mercedes se van de viaje a Caraz en busca de la madre que vendi¨® a su hija.
No hace falta decir que este viaje es un delirio tierno y muy divertido. Surge el genio de la agilidad narrativa que hay en Bayly, con di¨¢logos trepidantes y el recurso al esperpento y a la caricatura para desdramatizar escenas que de otro modo resultar¨ªan de una ?o?er¨ªa insoportable. Una vez en Caraz, todo sucede como quer¨ªa Juli¨¢n, hasta el punto de que Mercedes decide quedarse a vivir con Petronila, que as¨ª se llama la madre esclavista y adicta a las telenovelas.
Al final, esta aventura hace que Juli¨¢n se pare a reflexionar sobre las relaciones -inexistentes- que mantiene con sus padres. ?stos no son ejemplares, como no lo es Petronila; Juli¨¢n no se convertir¨¢ en un Eneas, pero gracias a Mercedes se dar¨¢ cuenta de que tiene un conflicto pendiente de resolver y procurar¨¢ arrostrarlo a su manera. Con todos los recursos del arte, Bayly logra que parezca sencillo y que sea agradable el relato de un pleito complejo y doloroso, como suelen hacer los grandes escritores.
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