Treinta a?os sin Franco
La dictadura perdura en unos pocos nost¨¢lgicos, cientos de monumentos y cierto desapego por la pol¨ªtica
"Pese a quien pese, Franco cabalga a¨²n en la historia espa?ola. Somos ya minor¨ªas los que nos atrevemos a defenderlo, pero estamos dispuestos hasta el ¨²ltimo momento de nuestra vida a ser leales", escrib¨ªa un enfurecido Jos¨¦ Utrera Molina, ex ministro franquista, en marzo, pocos d¨ªas despu¨¦s de la retirada discreta, nocturna, de la estatua del dictador a caballo que hab¨ªa resistido 27 a?os de democracia en el centro de Madrid.
Efectivamente, como reconoce el veterano pol¨ªtico, 30 a?os despu¨¦s de la muerte de Franco los nost¨¢lgicos del franquismo son una minor¨ªa, que se re¨²ne en torno a la fundaci¨®n Francisco Franco -presidida por su hija, Carmen- y su gran acto, la celebraci¨®n de la muerte del general. Siempre es igual, primero, cada 19 de noviembre, una misa en el Valle de los Ca¨ªdos y al d¨ªa siguiente, hoy, una concentraci¨®n en la plaza de Oriente con el discurso, un a?o m¨¢s aunque cada vez con la voz menos en¨¦rgica, de Blas Pi?ar.
Un tercio de los espa?oles no hab¨ªa nacido el d¨ªa que muri¨® Franco
Incluso esta gran fiesta anual languidece poco a poco, en n¨²mero de asistentes y en entusiasmo. 430.000 personas visitan la tumba de Franco cada a?o, pero en su mayor¨ªa son turistas interesados por el ¨²nico gran monumento fascista que ha sobrevivido a una democracia.
Los 40 grup¨²sculos realmente franquistas, pese a su gran capacidad para multiplicar la oferta de p¨¢ginas en Internet, s¨®lo logran reunir, en el mejor de los casos, a unos pocos miles de personas, y no tienen un l¨ªder claro. Los m¨¢s activos, apenas adolescentes, trataron de atacar a Santiago Carrillo dos veces, y se colocaron frente al Congreso el d¨ªa que se admit¨ªa a tr¨¢mite el Estatuto catal¨¢n al cl¨¢sico grito de "Espa?a, una, y no 51". No llegaban al medio centenar. "Son neofranquistas, no son nost¨¢lgicos. Para ellos Franco es el personaje que salv¨® la unidad nacional y la raza, pero s¨®lo les sirve como excusa. Ellos son, sobre todo, racistas, como los grupos nazis, van contra el islam", explica Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia.
Mucha m¨¢s presencia real, sobre todo para los que sufrieron la represi¨®n, tiene la memoria de Franco tallada en piedra. Estatuas, l¨¢pidas en los laterales de las iglesias, y centenares de calles por toda Espa?a recuerdan a la dictadura. Los ayuntamientos de izquierdas retiraron muchas cuando llegaron al poder, en 1979, pero los de derechas las dejaron. Muchas siguen ah¨ª, como recuerdo permanente de las dos Espa?as.
En el ¨²ltimo a?o se han quitado estatuas en Madrid, Guadalajara y La Pobla de Vallbona (Valencia). "Las llevan a cuarteles, y eso es un error grav¨ªsimo, porque el Ej¨¦rcito se convierte en depositario de la memoria del franquismo", se queja Jes¨²s de Andr¨¦s, profesor de la UNED experto en esas estatuas.
M¨¢s dif¨ªcil resulta quitarlas en ciudades con larga tradici¨®n conservadora, como Santander, donde la retirada es s¨®lo un proyecto, y Melilla, donde se quit¨® y se repuso a la semana. Hay miles de restos. Nadie los ha catalogado, aunque una p¨¢gina web del PCE (www.nodo50.org/foroporlamemoria/simbolos_franquistas.htm) los identifica poco a poco con fotos.
A¨²n hay ocho pueblos en Espa?a que se llaman "del Caudillo", porque fueron creados por el franquismo. Y, sobre todo, miles de calles dedicadas, en la propia capital, al general Mill¨¢n Astray, famoso porque le espet¨® a Unamuno "?Muera la inteligencia, viva la muerte!".
Pero entonces, si los grupos franquistas son tan minoritarios -menos de 60.000 votos en total-, ?por qu¨¦ hace s¨®lo cinco a?os, cuando el CIS hizo el ¨²ltimo estudio en profundidad, el 10% de los espa?oles se?alaron el franquismo como un periodo positivo para Espa?a, el 46% hablaba de "cosas buenas y cosas malas" y s¨®lo el 37% lo calificaba de periodo negativo? ?Por qu¨¦ en el Puls¨®metro de la SER el 52,8% de los encuestados afirma que en la sociedad espa?ola queda alguna huella del franquismo y el 19,2% sostiene que esa huella es mucha? ?Por qu¨¦ casi el 25% de los encuestados este mismo mes, casi 70 a?os despu¨¦s de la Guerra Civil, cree que no deber¨ªa hacerse ning¨²n reconocimiento a las v¨ªctimas de la contienda? ?Qu¨¦ queda del franquismo en la sociedad, cuyos actuales integrantes, en una tercera parte, no hab¨ªan nacido el 20 de noviembre de 1975?
Joaqu¨ªn Arango, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense, explica que, comparado con otros pa¨ªses como Italia o Alemania, que tambi¨¦n han sufrido dictaduras fascistas, la visi¨®n negativa en Espa?a no es para nada acusada. "Se han suavizado las actitudes, pero las dos Espa?as no han desaparecido del todo. Las l¨ªneas partidistas est¨¢n muy marcadas, mucho m¨¢s que en otros pa¨ªses de Europa, e influyen en todo. Muchos de los que estaban a gusto con el franquismo se adaptaron a la democracia porque era el signo de los tiempos, y no reivindican el pasado, pero no llegaron a romper. Si se les pregunta, usar¨¢n el t¨¦rmino trasnochado para definir al franquismo, pero no criminal ni terror¨ªfico", explica.
El director del CIS, Fernando Vallesp¨ªn, cree que, en realidad, el franquismo est¨¢ superado para la inmensa mayor¨ªa. "M¨¢s bien influye en otra cosa: con respecto a otros pa¨ªses europeos, Espa?a punt¨²a muy bajo en apego a las instituciones y a la pol¨ªtica, tenemos un nivel bajo de asociacionismo y afiliaci¨®n. Eso tiene que ver seguramente con la herencia del franquismo, con la escasa cultura pol¨ªtica que dej¨®. No hay inter¨¦s por lo p¨²blico, no nos implicamos en la vida c¨ªvica, aunque eso tiene una consecuencia positiva: somos muy tolerantes en lo privado, as¨ª se explica el apoyo masivo al matrimonio homosexual". Vallesp¨ªn cree que el franquismo sociol¨®gico "se ha diluido mucho, sobre todo por el paso del tiempo, por el cambio generacional". De hecho, siempre seg¨²n datos del CIS, esa valoraci¨®n del franquismo baj¨® del 18% en 1985 al 10% en 2000, y entre los menores de 45 a?os se quedaba en el 7%.
Lo cierto es que en los ¨²ltimos a?os, en el te¨®ricamente minoritario mundo de la visi¨®n amable de la dictadura, ha aparecido con fuerza el fen¨®meno del revisionismo sin contemplaciones, liderado por P¨ªo Moa, un ex miembro del grupo terrorista GRAPO que ha logrado vender 200.000 ejemplares, seg¨²n la editorial, de las 34 ediciones de Mitos de la Guerra Civil, un libro que hasta el propio Aznar asegur¨® haber le¨ªdo en el verano de 2003, que rompe sin apenas datos comprobables toda la historiograf¨ªa de los ¨²ltimos 50 a?os.
El historiador Francisco Espinosa, que ha "perdido tiempo" intentando contestar a Moa en su libro El Fen¨®meno revisionista, protesta: "Escribe lo que alguna gente quiere leer. Es inasumible. Parece experto en todo. En unos meses escribe un libro sobre Franco, pero esa gente prefiere leer eso que un trabajo de a?os de investigaci¨®n de Paul Preston. Hay poco que hacer, pero al lado de Moa, Ricardo de la Cierva (otro hagi¨®grafo de Franco) era un historiador serio". El propio Manuel Fraga, fundador del PP y ex ministro franquista, que normalmente reh¨²sa hablar del pasado, ha declarado estos d¨ªas al Corriere della Sera: "Al final, el juicio sobre Franco ser¨¢ positivo. Del franquismo naci¨® la democracia. Zapatero comete un error al no respetar el pacto de olvido, quiz¨¢ porque su abuelo era capit¨¢n de la Rep¨²blica. Borrar a Franco ser¨ªa como hacer desaparecer a Isabel la Cat¨®lica porque conquist¨® Granada".
?Por qu¨¦ ahora, 30 a?os despu¨¦s? Espinosa lo tiene claro: "Es ahora cuando se estaba recuperando la memoria de los vencidos, algo que la derecha lleva muy mal. Los homenajes a Santiago Carrillo, la reapertura de las fosas comunes de republicanos y la retirada de los s¨ªmbolos les han reagrupado".
Los franquistas, para justificar su ira, no dudan en apelar a su propio concepto de la transici¨®n: el d¨ªa de la retirada de la estatua de Franco, en la p¨¢gina de su fundaci¨®n se escrib¨ªa: "Ha sido un ejercicio de cinismo pol¨ªtico que no ha dudado en ejercer el atropello, sin sonrojarse, con el olvido -cosa que no hizo Felipe Gonz¨¢lez- del pacto de respeto a los albaceas del franquismo en el que se bas¨® la Transici¨®n".
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