El poder de los obispos espa?oles
La Iglesia cat¨®lica sigue siendo una potencia econ¨®mica, cultural, educativa e incluso inmobiliaria
?Qu¨¦ queda del nacionalcatolicismo consagrado por el Concordato de 1953 entre Espa?a y el Estado vaticano? ?Es todav¨ªa un "poder f¨¢ctico" la Iglesia cat¨®lica, como sol¨ªa pensarse durante la larga dictadura franquista? Los enfrentamientos entre la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica y el Gobierno socialista en las ¨²ltimas semanas suenan a ruido de sotanas, como si la Iglesia cat¨®lica a?orase los tiempos en que su poder de intervenci¨®n sobre la vida y costumbres de los espa?oles era absoluto. La legislaci¨®n vigente, de separaci¨®n entre el Estado y las iglesias por mandato de la Constituci¨®n de 1978, no avala esas pretensiones episcopales, pero la realidad es tozuda a?o tras a?o, conflicto tras conflicto. La Iglesia cat¨®lica es en Espa?a una poderos¨ªsima potencia econ¨®mica, cultural, educativa e, incluso, inmobiliaria, por delante, con creces, de cualquier otra organizaci¨®n, si exceptuamos, como es l¨®gico, al Estado.
La fuerza del catolicismo espa?ol, medida en fieles, curas y monjas, obispos y otras jerarqu¨ªas; en dinero, o en patrimonio inmobiliario; y en servicios educativos, sociales y de caridad, no tiene parang¨®n porque se nutre de complicados y, a veces, inescrutables mecanismos de ingresos privados y de financiaciones y subvenciones p¨²blicas. Los obispos suelen decir que la dotaci¨®n estatal no alcanza el 10% del presupuesto de la Iglesia cat¨®lica. Aluden s¨®lo a la financiaci¨®n directa fijada cada a?o en los Presupuestos Generales del Estado -144 millones de euros en 2006-, e ingresada por el Ministerio de Hacienda en una cuenta de la Conferencia Episcopal, que ¨¦sta destina al pago de sueldos de los obispos (120) y los sacerdotes incardinados en las di¨®cesis (menos de 20.000). Hacienda recauda una parte de esos 144 millones a trav¨¦s del IRPF de los declarantes cat¨®licos, muy escasos sobre el total de declaraciones -apenas un 35%-. Este sistema data de 1988 y deb¨ªa ser transitorio mientras los obispos y el Gobierno encontraban en tres a?os un mecanismo de financiaci¨®n definitivo. El llamativo fracaso de lo que entonces se llam¨® el impuesto religioso paraliz¨® m¨¢s tarde cualquier negociaci¨®n, a la vista de lo que el historiador William J. Callahan llama "la tradicional taca?er¨ªa del cat¨®lico espa?ol".
Complicados mecanismos
Pero esa taca?er¨ªa es muy relativa cuando se refiere al Estado, es decir, al conjunto de los espa?oles, sean religiosos o ateos, cat¨®licos, protestantes, jud¨ªos, musulmanes o budistas. As¨ª, trav¨¦s de sus administraciones central, auton¨®mica y municipal, el Estado aporta cada a?o otros 3.500 millones a la Iglesia cat¨®lica en sus numeros¨ªsimas manifestaciones, m¨¢s las cifras de ahorro por el para¨ªso fiscal en que se desarrollan la pr¨¢ctica totalidad de las actividades eclesiales. Se trata de un dinero que sale de las arcas de varios ministerios -Educaci¨®n, Cultura, Defensa, Sanidad, Trabajo y Asuntos Sociales- y de las consejer¨ªas equivalentes de los Gobiernos auton¨®micos.
Es en el campo de la asistencia social y de la caridad -donde C¨¢ritas es el buque insignia, con una labor imponente en recursos humanos y econ¨®micos- y en el sector de la ense?anza donde las organizaciones cat¨®licas reciben m¨¢s dinero del Estado. Por ejemplo, en sueldos para pagar a los aproximadamente 30.000 profesores de catolicismo -los datos del Estado y la Iglesia nunca coinciden-, de los que unos 15.000 imparten doctrina en los colegios p¨²blicos, o para pagar el sistema de conciertos con las congregaciones eclesiales. En estos conciertos se incluyen las subvenciones por m¨®dulo y las n¨®minas de los docentes, adem¨¢s de una partida para administraci¨®n de los centros. Total, 3.017 millones de euros, seg¨²n dijo el Gobierno en v¨ªsperas de la manifestaci¨®n contra la reforma educativa del d¨ªa 11.
La actividad educativa de la Iglesia se resume en 45.240 aulas, 1.500.037 alumnos y 80.959 profesores en todos los niveles. Diferentes ¨®rdenes eclesi¨¢sticas son propietarias de siete universidades -la de Deusto, de los jesuitas; la de Navarra, del Opus; la de San Pablo-CEU, en Madrid, de la Asociaci¨®n Cat¨®lica de Propagandistas; las pontificias de Comillas y Salamanca; y las universidades cat¨®licas de Murcia y ?vila- y de 15 Facultades eclesi¨¢sticas, 41 centros teol¨®gicos, 11 colegios universitarios, 55 escuelas universitarias, y 72 institutos superiores.
Respecto a la actividad social y caritativa del catolicismo, fuertemente respaldada por sus fieles y por los presupuestos estatales, adem¨¢s de la gran diacon¨ªa C¨¢ritas Espa?ola, sus 67 delegaciones diocesanas y otras 10 C¨¢ritas auton¨®micas, destacan ONG como Manos Unidas, o entidades como las Hermanitas de los Ancianos Desamparados o las Hijas de la Caridad de San Vicente de Pa¨²l, galardonadas este a?o con el Premio Pr¨ªncipe de Asturias.
Fuentes de financiaci¨®n
Otra fuente de financiaci¨®n son los centros hospitalarios (107); los centros sociales como ambulatorios y dispensarios (128); casas de ancianos o discapacitados (876); orfanatos (937); guarder¨ªas (321); centros especiales de reeducaci¨®n (365) y "otros centros de caridad y sociales" (717). El Estado paga tambi¨¦n la n¨®mina de los capellanes hospitalarios (510 a tiempo completo y 297 a tiempo parcial), los penitenciarios (130), m¨¢s los sueldos de los capellanes castrenses, a cuyo frente est¨¢ un arzobispo con grado de general de divisi¨®n.
Cap¨ªtulo aparte, muy relevante, son las subvenciones o ayudas directas a la Iglesia para su ingente patrimonio art¨ªstico e inmobiliario: 280 museos, 103 catedrales o colegiatas con cabildo y casi mil monasterios. Para sostener ese patrimonio, las administraciones p¨²blicas han gastado en los ¨²ltimos 20 a?os miles de millones. Fue el caso de la Comunidad y el Ayuntamiento madrile?os, que, gobernados a¨²n por los socialistas, financiaron gran parte de la finalizaci¨®n de la catedral de La Almudena.
En cambio, por todos los conceptos, las dem¨¢s confesiones religiosas recibieron este a?o en Espa?a apenas tres millones de euros.
"El jard¨ªn de los domingos"
Los obispos sue?an con hacer santo al cardenal santanderino ?ngel Herrera Oria. Hasta su muerte en 1968, a los 82 a?os, hizo una carrera precoz, ajetreada y multifac¨¦tica. Antes de ordenarse sacerdote en 1941, a los 55 a?os, y de ser obispo de M¨¢laga en 1947, fue abogado del Estado, fundador de la Asociaci¨®n Cat¨®lica de Propagandistas y frustrado diputado de la II Rep¨²blica como candidato de Acci¨®n Popular, de cuya junta directiva era presidente. En 1936 marcha a Suiza a hacer la carrera eclesi¨¢stica, y no regresa hasta 1943. Brill¨® en el Concilio Vaticano II, en el sector m¨¢s conservador.
Lo que los obispos a?oran m¨¢s de Herrera Oria es su empuje como hombre de la comunicaci¨®n. Fue el fundador de peri¨®dicos nacionales y provinciales -El Debate, en primer lugar-, de una escuela de periodismo, de una agencia de noticias, de varias emisoras... El dictador Franco ten¨ªa a Herrera por el contrincante m¨¢s serio en el pulso que libr¨® de continuo con el sector cat¨®lico de su r¨¦gimen nacionalcat¨®lico. No par¨® hasta desviarlo al obispado de M¨¢laga, aunque no pudo impedir que el odiado (para los franquistas) Pablo VI le hiciera cardenal en 1965, a los 75 a?os.
Gran parte de la copiosa herencia de este cardenal en medios de comunicaci¨®n -el diario Ya, antiguo El Debate, la agencia Logos, toda la cadena de prensa regional- la despilfarr¨® la Conferencia Episcopal en los primeros a?os de la transici¨®n, suprimiendo todos esos medios o vendi¨¦ndolos al peor postor. La Iglesia qued¨® reducida as¨ª a lo que uno de sus mejores expertos, el obispo Jos¨¦ S¨¢nchez, de Sig¨¹enza-Guadalajara, llama "el jard¨ªn de los domingos": medio millar de hojas parroquiales y revistas sin apenas difusi¨®n fuera del c¨ªrculo estrictamente cat¨®lico.
Los obispos llevan a?os intentando remediar el desastre. Para ello, han fortalecido como cadena, con el nombre de Cope, sus radios Populares, sumando ya 163 emisoras; est¨¢n poniendo en marcha una ya copiosa cadena de televisi¨®n con el nombre de Popular TV, y varias congregaciones religiosas, los jesuitas y el Opus Dei a la cabeza, est¨¢n transformando sus muchas revistas en medios atractivos para todos los p¨²blicos.
El primero en hacerlo, con presencia ya en 20.000 quioscos, ha sido el pasado mes Reinado Social, fundada hace 87 a?os por los Sagrados Corazones y que cuenta de salida con 43.000 suscriptores. Ahora sale a los quioscos con nuevo nombre -21RS-, dise?o moderno y unos temas que para s¨ª quisieran muchas revistas de informaci¨®n general.
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