Un pasaporte en el iris del ojo
Las tecnolog¨ªas biom¨¦tricas de identificaci¨®n se ampl¨ªan a rasgos internos del cuerpo
Un individuo camina con prisa por el pasillo de un aeropuerto. Mientras avanza, una c¨¢mara sigue sus pasos y env¨ªa las im¨¢genes a un ordenador que determina un patr¨®n de movimiento de sus piernas para compararlo con los registrados en una base de datos. Antes de llegar al final del pasillo, el individuo es identificado y las puertas de acceso se abren, sin necesidad de mostrar documentaci¨®n alguna: Su credencial es su propio cuerpo. El an¨¢lisis del modo de caminar constituye uno de los ¨²ltimos sistemas biom¨¦tricos para el reconocimiento electr¨®nico de las personas, unas tecnolog¨ªas que no s¨®lo se espera que sean aplicadas en breve en las fronteras europeas, sino que pueden irrumpir pronto en muchos ¨¢mbitos de la vida cotidiana.
No existe una tecnolog¨ªa biom¨¦trica mejor que otra. Cada una tiene sus ventajas
El an¨¢lisis de la voz y del movimiento de los labios permitir¨ªa comprar por tel¨¦fono
As¨ª lo asegur¨® Jean Claude Burgelman, del Instituto de Prospectiva Tecnol¨®gica (IPTS) de Sevilla, en un reciente seminario organizado en Londres por el Joint Research Centre de la Comisi¨®n Europea. "La aplicaci¨®n de estos m¨¦todos supone una serie de ventajas y oportunidades, pero tambi¨¦n importantes desaf¨ªos, pues se corre el riesgo que la informaci¨®n de las bases de datos sea mal utilizada o que surjan nuevos tipos de delitos, como el secuestro de personas para suplantar su identidad", dijo.
La identificaci¨®n por el modo de caminar se puede efectuar a gran distancia, dado que basta con tomar unas im¨¢genes con suficiente resoluci¨®n como para distinguir el movimiento de las piernas y las articulaciones. Otra variante m¨¢s complicada es por medio de un tel¨¦fono m¨®vil, lo que permite deducir la secuencia de los pasos de una persona a partir del balanceo del aparato con el que habla.
Hoy en d¨ªa, las caracter¨ªsticas biom¨¦tricas m¨¢s empleadas para la identificaci¨®n siguen siendo las huellas dactilares y las facciones de la cara, dos elementos que los pa¨ªses de la UE deben de incorporar en los pr¨®ximos a?os de forma digitalizada en los pasaportes para poder verificarlos de forma electr¨®nica; como, por ejemplo, apoyando un dedo sobre un esc¨¢ner. Adem¨¢s, son conocidos otros sistemas de reconocimiento a trav¨¦s de la voz o de la estructura de la mano. Sin embargo, el crimen aprende r¨¢pido y se adapta pronto a las nuevas tecnolog¨ªas, por lo que resulta ya relativamente f¨¢cil copiar u ocultar estos rasgos f¨ªsicos. Se necesita desarrollar nuevos sistemas m¨¢s seguros.
Como precis¨® Ioannis Maghiros, investigador del IPTS que ha estudiado junto a Burgelman el posible impacto de los m¨¦todos biom¨¦tricos en la sociedad, una de las soluciones m¨¢s innovadoras inventadas en Jap¨®n consiste en mirar unos mil¨ªmetros bajo la piel con un esc¨¢ner fotogr¨¢fico y comprobar el dibujo de las venas de la mano. "Se ha empezado a trabajar en sistemas que miden rasgos internos del cuerpo, como la temperatura o el flujo de sangre habitual de una persona, y que pueden resultar mucho m¨¢s seguros", relat¨® Maghiros. "En el caso de las venas, se evita que un delincuente corte la mano a una persona para suplantar su personalidad, pues se aprecia si circula o no la sangre".
Otra forma de pon¨¦rselo m¨¢s dif¨ªcil a los falsificadores pasa por combinar distintos rasgos biom¨¦tricos, como la voz, la cara y la boca. Una posibilidad, en fase de investigaci¨®n en el laboratorio, consiste en modificar un tel¨¦fono m¨®vil para que tome im¨¢genes de la persona que habla y del movimiento de sus labios, a la vez que permite analizar la entonaci¨®n de la voz. De esta forma se podr¨ªan realizar muchos tr¨¢mites o cerrar acuerdos relevantes con una simple llamada. "No existen l¨ªmites para estas tecnolog¨ªas y por este motivo la legislaci¨®n que las regule debe prever la aparici¨®n continuada de nuevos m¨¦todos", recalc¨® Burgelman.
Las caracter¨ªsticas biom¨¦tricas son rasgos del cuerpo que se puedan medir, aunque esto no sea a veces f¨¢cil, y que distinguen de forma inequ¨ªvoca a cada persona. En el caso del iris, la parte coloreada del ojo que rodea la pupila, resulta realmente complicado encontrar dos iguales incluso en una misma persona. La probabilidad de que esto ocurra es de una entre 1078.
Por el contrario, no es tan raro toparse con dos gemelos id¨¦nticos que tengan el mismo ADN, ya que se da una posibilidad entre s¨®lo 250. Esto hace que una fotograf¨ªa del ojo captada con alta resoluci¨®n a unos 10 ¨® 20 cent¨ªmetros de distancia constituya uno de los m¨¦todos m¨¢s fiables de identificaci¨®n. Sin embargo, subray¨® Burgelman: "No existe una tecnolog¨ªa biom¨¦trica mejor que otra y cada cual tiene sus ventajas y desventajas para cada situaci¨®n".
En Emiratos ?rabes, los pasajeros deben de fotografiar su iris para cruzar la frontera, un sistema que se emplea para impedir que oculten su identidad los cerca de 420.000 inmigrantes que han sido expulsados anteriormente del pa¨ªs y de los que se guarda una imagen de sus ojos en una base de datos. En cambio, en el aeropuerto israel¨ª de Ben Gurion se utiliza la estructura de la mano como factor biom¨¦trico, pero para identificar de forma r¨¢pida a los viajeros frecuentes que, por ello, se benefician de diversos privilegios. El m¨¦todo de la mano empieza tambi¨¦n a ser muy usado para verificar la entrada y la salida de cada empleado en su puesto de trabajo, precisamente por su sencillez y eficacia.
A nadie se le escapa que todos estos m¨¦todos podr¨ªan perjudicar la intimidad y la libertad de las personas. En este punto, para Maghiros, "los problemas no llegar¨¢n tanto cuando se generalice el uso de estas tecnolog¨ªas en las fronteras o en los recintos de alta seguridad, como cuando una persona tenga que escanear su huella dactilar en una pantalla de ordenador para abrir sus archivos o para comprar unas entradas de cine". A¨²n as¨ª, los investigadores del IPTS -uno de los siete centros cient¨ªficos de referencia con los que cuenta la Comisi¨®n Europea-, llaman especialmente la atenci¨®n sobre las oportunidades para la sociedad y la industria que traer¨¢n estas nuevas tecnolog¨ªas biom¨¦tricas, siempre que se tomen las precauciones necesarias para garantizar los derechos de las ciudadanos. "Me preocupa casi m¨¢s que se conf¨ªe de forma excesiva en estos sistemas, pues ninguno es fiable al cien por cien", recalca Maghiros.
Las aplicaciones en la vida cotidiana son innumerables, en especial en una sociedad en la que cada vez se piden m¨¢s claves de acceso o documentos identificativos. Y, como apunta Burgelman, estas tecnolog¨ªas pueden incluso proteger la intimidad de las personas y contribuir a mantener su anonimato, dado que permiten comprobar si un individuo tiene permiso para estar en un lugar determinado sin necesidad de conocer su nombre o datos personales.
Pero, de cara al futuro: ?Qu¨¦ pasar¨¢ cuando estas tecnolog¨ªas biom¨¦tricas pongan al descubierto una informaci¨®n que no se esperaba encontrar? Esto puede ocurrir, por ejemplo, si la Polic¨ªa toma una imagen del iris de un conductor en una identificaci¨®n rutinaria llevada a cabo un control de carretera y descubre entonces por la dilataci¨®n de la pupila que ¨¦ste ha consumido drogas. Pero quiz¨¢ el caso m¨¢s controvertido sea el que concierne a la informaci¨®n contenida en el ADN. Para identificar a una persona a trav¨¦s de una prueba de ADN se debe analizar una peque?a porci¨®n de material gen¨¦tico equivalente al 10% del total de la informaci¨®n que, por lo que se conoce hasta ahora, no incluye datos de car¨¢cter confidencial. As¨ª pues, este examen no plantea en principio problemas ¨¦ticos que afecten a la intimidad de las personas. Ahora bien, si se empiezan a crear bancos de datos de caracter¨ªsticas biom¨¦tricas, esta situaci¨®n cambiar¨ªa si dentro de unos a?os se aprendiese a descifrar el resto de la informaci¨®n contenida en el ADN y ¨¦sta sirviese para conocer detalles esenciales de cada individuo que nada ten¨ªan que ver con el prop¨®sito de la identificaci¨®n.
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