Menos canteranos que nunca
Luxemburgo es el t¨¦cnico del Madrid que m¨¢s ignora a los jugadores de la cosecha propia en las ¨²ltimas temporadas
Siempre hubo un canterano providencial. El portero Casillas lo fue en la primavera de 2000; el media punta Guti, en el oto?o del mismo a?o; el defensa central Pav¨®n, en la primavera de 2002; el delantero Portillo, en el invierno de 2003. En el Madrid de los ¨²ltimos a?os, como en el de siempre, este proceso result¨® natural. Los j¨®venes que lo sacaban de las situaciones complicadas aparec¨ªan con la regularidad de las estaciones en los momentos de emergencia.
As¨ª pas¨® hasta que el lema de los zidanes y los pavones se impuso como una ley de hierro.
En la temporada 2003-2004 la aparici¨®n de los futbolistas de la cosecha propia empez¨® a decaer. Ocurri¨® parad¨®jicamente con el portugu¨¦s Carlos Queiroz en el banquillo. Queiroz, que hab¨ªa sido el segundo de Alex Ferguson en el Manchester United, fue un t¨¦cnico al que Florentino P¨¦rez, el presidente del club blanco, mand¨® a jugar con canteranos y estrellas. Pero el hombre vivi¨® amenazado por la censura cada vez que aline¨® a gente como los argentinos Solari o Cambiasso.
En este curso ocurre casi al rev¨¦s. El actual entrenador, el brasile?o Vanderlei Luxemburgo, es quien menos recurre a las categor¨ªas inferiores desde la ¨¦poca del gal¨¦s John Benjamin Toshack. Y sin embargo, al club ya no parece preocuparle.
El cambio de tendencia se revela con Soldado. Este jugador es, Ronaldo aparte, el ¨²nico delantero centro a disposici¨®n de Luxemburgo en un momento especialmente delicado: Ra¨²l se ha lesionado para largo, de menisco y ligamentos, y el cuadro necesita goles con urgencia. No obstante, el preparador no cuenta con ¨¦l. Soldado no ha disputado hasta ahora m¨¢s que 72 minutos, repartidos en tres partidos de la Liga. A pesar de marcar tantos en la pretemporada y a pesar de haber anotado el gol del triunfo (2-1) frente al Olympiakos, griego, en su debut en la Champions. As¨ª, vive condenado a mirar los encuentros desde la banda o sentado en el banquillo cuando es convocado. Porque, cuando Luxemburgo no le llama, se dedica a jugar con el cuadro filial en la Segunda Divisi¨®n, en la que es el m¨¢ximo anotador: nueve goles.
El mi¨¦rcoles pasado, durante el empate (1-1) contra el Olympique de Ly¨®n, cuando el Madrid necesitaba los tres puntos para quedar el primero de su grupo, Soldado se qued¨® sin jugar. Con Ronaldo y Ra¨²l de baja por lesi¨®n, la ausencia del canterano se hizo todav¨ªa m¨¢s extra?a. Tan rara que todo el estadio Bernab¨¦u mont¨® en c¨®lera como en los viejos tiempos de Lorenzo Sanz en el palco.
La presencia de un nueve en el equipo es un reclamo que Luxemburgo escucha en las gradas y en su propio vestuario. Los jugadores, los veteranos, quieren a Ronaldo sano y, en su defecto, a Soldado. El clamor crece con los d¨ªas. Ayer, Ronaldo sigui¨® sin saltar al campo a tocar el bal¨®n. En el club, como en el equipo de Segunda, los t¨¦cnicos y los responsables del f¨²tbol esperaban que Luxemburgo llamase a Soldado a entrenarse. Porque presumen que se lo llevar¨¢ a San Sebasti¨¢n para enfrentarse a la Real Sociedad el pr¨®ximo domingo. Si no lo hace, ?con qu¨¦ punta jugar¨¢ el Madrid? El entrenador del Castilla no esperaba, pues, a Soldado para el entrenamiento de ayer. Sin embargo, Soldado se present¨® y se puso a sus ¨®rdenes.
Mientras tanto, en la sesi¨®n preparatoria del primer equipo, Luxemburgo orden¨® un partido en campo reducido. En el ataque del te¨®rico once ideal se ejercitaron Robinho y Baptista. El ex sevillista admite que su rodilla no estaba bien para el gran cl¨¢sico contra el Barcelona, pero ha mejorado y ya est¨¢ a punto para esta jornada. Al parecer, Baptista, sobre el que Luxemburgo ha dicho que moldear¨¢ al "mejor medio centro del mundo", tiene m¨¢s cr¨¦dito como punta que Soldado, que sigue esperando ser llamado hoy al ¨²ltimo entrenamiento.
En Anoeta, donde Luxemburgo se jugar¨¢ su futuro como entrenador madridista, Soldado podr¨ªa ser el canterano providencial.
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