M¨¦xico y Venezuela: crisis de ayer y hoy
La crisis diplom¨¢tica entre M¨¦xico y Venezuela tiene como precedente el choque que se inici¨® en 1920 y sigui¨® durante 13 a?os. Seg¨²n el autor, las diferencias entre ambos procesos arrojan luz sobre el conflicto actual
La primera crisis diplom¨¢tica entre M¨¦xico y Venezuela ocurri¨® en 1920. M¨¦xico hab¨ªa dejado atr¨¢s la d¨¦cada violenta de la Revoluci¨®n y emprend¨ªa una etapa de reconstrucci¨®n sobre bases distintas al liberalismo econ¨®mico y social del siglo XIX. Una reforma agraria en beneficio de millones de campesinos, el ascenso de un sindicalismo poderoso, ligado al aparato estatal, una magna cruzada educativa, y el florecimiento de una cultura nacionalista que vindicaba las tradiciones populares, el arte y la historia de M¨¦xico, ser¨ªan los rasgos principales de aquella revoluci¨®n que hab¨ªa precedido por siete a?os a la Sovi¨¦tica. Como ¨¦sta, la mexicana tuvo un car¨¢cter expansivo, pero a diferencia de los bolcheviques los mexicanos no exportaban la ideolog¨ªa Marxista-Leninista ni buscaban la revoluci¨®n mundial: con toda inocencia, exportaban libertad.
Una novedad preocupante es que en M¨¦xico se elevan loas al nuevo "rehabilitador"
La Revoluci¨®n mexicana tuvo car¨¢cter expansivo, pero con toda inocencia exportaba libertad
Venezuela fue su teatro de operaciones. Desde 1908 padec¨ªa el r¨¦gimen tir¨¢nico de Juan Vicente G¨®mez. En el marco de las fiestas del 12 de octubre de 1920, el rector de la Universidad de M¨¦xico, Jos¨¦ Vasconcelos (l¨ªder de aquel renacimiento cultural) pronunci¨® unas palabras incendiarias: "Juan Vicente G¨®mez es un cerdo humano que deshonra nuestra raza y deshonra a la humanidad". La protesta venezolana no se hizo esperar. El Gobierno de G¨®mez exigi¨® excusas. En M¨¦xico, la prensa apoy¨® de manera un¨¢nime "el noble gesto de Vasconcelos". El Gobierno se deslind¨® del rector, pero no lo ces¨®. El optimismo del nuevo r¨¦gimen ten¨ªa un sustento poderoso: el crecimiento sin precedentes de la producci¨®n petrolera. En 1923, G¨®mez orden¨® la intercepci¨®n de un barco proveniente de M¨¦xico. El Presidente Obreg¨®n reprob¨® el "acto infame" y el 15 de octubre rompi¨® relaciones con Venezuela.
Durante los 10 a?os siguientes las relaciones permanecieron rotas y alcanzaron momentos de verdadera tensi¨®n debido al apoyo material y a¨²n militar que el r¨¦gimen de Plutarco El¨ªas Calles prest¨® a los opositores a G¨®mez. Uno de ellos, Rafael Sim¨®n Urbina, fragu¨® y emprendi¨® una invasi¨®n desde M¨¦xico. El embajador de Venezuela en Washington telegrafi¨® a su Gobierno: "(...) desde Veracruz, sali¨® vapor Superior con ciento cincuenta soldados mexicanos, rifles Thomson, tres ametralladoras... y un mill¨®n de cartuchos, juzgo complicidad del Gobierno mexicano". Los encuentros tuvieron lugar en el estado Falc¨®n, cuyo gobernador inform¨®: "zamuros (auras)... se desayunar¨¢n ma?ana con carne de M¨¦jico". D¨ªas m¨¢s tarde, el Gobierno de G¨®mez (llamado el "Rehabilitador") dobleg¨® a Urbina y se dio el lujo de indultar a los insurgentes mexicanos pase¨¢ndolos por Caracas "para que vean que no soy como me pintan mis enemigos". M¨¦xico cej¨® en su intento, y las relaciones se restablecieron el 23 de julio de 1933. Un d¨ªa antes los partidarios de G¨®mez lo hab¨ªan postulado para el Premio Nobel de la Paz. (Fuente: Seminario sobre Juan Vicente G¨®mez y la Revoluci¨®n Mexicana, dirigido por Mireya Sosa de Le¨®n, Universidad Central de Venezuela, 2000).
La segunda crisis diplom¨¢tica ha estallado en estos d¨ªas. Ahora es Venezuela la que vive su Revoluci¨®n Bolivariana, no s¨®lo distinta sino rabiosamente opuesta al liberalismo econ¨®mico (gracias al cual goza de un gigantesco auge petrolero, que el nuevo "rehabilitador" utiliza como su patrimonio privado y reparte con absoluta munificencia y discrecionalidad). Ahora los vej¨¢menes se pronuncian en las calles y las tribunas oficiales de Venezuela: "M¨¦xico es un lacayo del imperio" (tan "lacayo", que defendi¨® a Ch¨¢vez del golpe de estado y se neg¨® a apoyar la Guerra de Irak). Ahora es Venezuela la que exporta su Revoluci¨®n Bolivariana (extra?a distorsi¨®n tropical del republicanismo cl¨¢sico que fue la doctrina del libertador). Parece una cruel reversi¨®n de la historia, pero entre las dos Revoluciones hay diferencias esenciales que arrojan luz sobre el conflicto presente.
La Revoluci¨®n Mexicana, que comenz¨® con un ideal democr¨¢tico, desemboc¨® en un monopolio del poder pero no en un r¨¦gimen tir¨¢nico como el de G¨®mez ni un r¨¦gimen populista, como el de Ch¨¢vez. El poder se concentraba en la instituci¨®n del presidente, no en la persona del l¨ªder, lo cual garantizaba al menos una limitaci¨®n temporal de su ejercicio, limitaci¨®n que G¨®mez no tuvo ni Ch¨¢vez tendr¨¢, en el futuro cercano. Pero lo decisivo es el contraste actual entre ambos reg¨ªmenes: el gobierno de Fox es err¨¢tico, desordenado y lenguaraz, pero es democr¨¢tico y respeta las libertades c¨ªvicas y pol¨ªticas. M¨¢s cercano a Per¨®n que a G¨®mez, m¨¢s parecido a Mussolini que a Per¨®n, Ch¨¢vez intent¨® un golpe de Estado y, al fracasar, discurri¨® una forma menos gloriosa pero m¨¢s efectiva de apropiarse perennemente del poder: usar a la democracia para liquidar a la democracia.
El primer choque ocurri¨® entre una Revoluci¨®n nacionalista y un r¨¦gimen dictatorial. El segundo ocurre entre una Revoluci¨®n socialista y un r¨¦gimen republicano. La primera quiso exportar libertad; la segunda (subsidiaria y subsidiadora de la cubana y, por ello, embrionariamente totalitaria) exporta, con armas y recursos, el socialismo continental. Pero hay una novedad preocupante en el caso de M¨¦xico: Ch¨¢vez no necesita orquestar invasiones porque aqu¨ª cuenta con cuadros disciplinados, intelectuales, periodistas y militantes -abiertos enemigos de la sociedad abierta- que ya no repudian a los d¨¦spotas sino que los adoran. Y mientras la prensa liberal venezolana se deslinda del demagogo y recuerda la amistad entre los pueblos de M¨¦xico y Venezuela, la prensa mexicana de izquierda eleva loas al nuevo "rehabilitador" a quien gustosamente postular¨ªa para el Premio Nobel de la Paz.
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