"Los ministros salientes tendr¨¢n que devolver al Estado lo que es del Estado"
Hab¨ªa temor a que la proclamaci¨®n de los resultados definitivos de la segunda vuelta de las elecciones provocase incidentes. Las fuerzas de la ONU en Liberia (15.000 soldados) redoblaron la vigilancia y las autoridades declararon festivo el mi¨¦rcoles, d¨ªa en que la Comisi¨®n Electoral Nacional, que preside otra mujer, Frances Johnson Morris, se dispon¨ªa a anunciar la victoria por casi 20 puntos de Ellen Johnson-Sirleaf. Su rival, la superestrella futbol¨ªstica George Weah, que no aceptaba el escrutinio provisional al denunciar un fraude nunca probado, acat¨® el veredicto. Atr¨¢s quedaban los amenazadores gritos de sus seguidores en la calles de Monrovia: "O Weah o paz".
La Embajada de Estados Unidos, algo m¨¢s que un poder f¨¢ctico en un pa¨ªs creado por libertos norteamericanos, le hab¨ªa llamado a cap¨ªtulo. Y Weah, que tiene dinero invertido en aquel pa¨ªs, donde adem¨¢s viven su mujer e hijos, comprendi¨® r¨¢pido la situaci¨®n y endulz¨® sus declaraciones.
Con la vitola oficial de perdedor aceptada por todos, incluso por ¨¦l mismo, el chascarrillo puesto hace d¨ªas en circulaci¨®n por los seguidores de Mama Sirleaf, empez¨® a hacer fortuna en barrios pobr¨ªsimos como el de West Point, donde viven muchos de los ni?os ex guerrilleros que admiran al ex futbolista: "Ahora Weah podr¨¢ volver a la escuela, sacarse el t¨ªtulo e intentarlo de nuevo dentro de seis a?os. As¨ª estar¨¢ mejor preparado".
Cuando Ellen Johnson-Sirleaf tome posesi¨®n de su cargo el pr¨®ximo 16 de enero no va a encontrar mucho dentro de los ministerios, pues es costumbre en Liberia que el Ejecutivo saliente saquee en su propio inter¨¦s y en el de sus sucesores.
El periodo de transici¨®n reci¨¦n iniciado no escapa a la tradici¨®n y ya desaparecen ordenadores, sillas, mesas e incluso coches oficiales. El Gobierno de transici¨®n ha aprobado antes de cesar en sus funciones que los jeeps Cherokees comprados para la seguridad y el boato de sus titulares pasen a propiedad de los mismos a pesar de que ni siquiera est¨¢n pagados: a¨²n se deben dos millones de d¨®lares.
El caso ha abierto un gran debate, pues la corrupci¨®n es tal que ya ni siquiera disimula su existencia y se legaliza en p¨²blico sin impudicia ni mala conciencia. Mama Sirleaf fue rotunda en su entrevista con este peri¨®dico: "No se saldr¨¢n con la suya; cada ministro tendr¨¢ que devolver al Estado lo que es propiedad del Estado".
En el esc¨¢ndalo tambi¨¦n ha intervenido la Embajada de EE UU, que advirti¨® a los ministros de que si no devuelven los todoterrenos no habr¨¢ visados ni para ellos ni para sus familias. En este caso hubo menos suerte. S¨®lo el titular de la Juventud parece dispuesto a rectificar. Eso s¨ª, "si los j¨®venes me lo piden".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.