Cultura de supermercado
El art¨ªculo del se?or Az¨²a en EL PA?S del 10 de noviembre es un ejemplo de la libertad de opini¨®n que una democracia conlleva. Aunque ataque a nombres de la cultura como Sch?nberg, que son lo equivalente a Mies van der Rohe en la arquitectura, Joyce en la literatura o Kandinsky en la pintura. Es una muestra m¨¢s de la ignorancia, sobre todo musical, que nos rodea. Espa?a cuenta con una cultura musical tan m¨ªnima como inexistente pese al reciente crecimiento del n¨²mero de auditorios, orquestas, ¨®peras etc¨¦tera, muchas veces con m¨¢s pompa y c¨¢scara que con verdaderos contenidos. La formaci¨®n musical desde la infancia no existe, los conocimientos musicales posteriores son desastrosos, e incluso los estudios superiores de m¨²sica a¨²n no se rigen por un sistema universitario propio, como en todos los pa¨ªses avanzados culturalmente. La frase "yo de m¨²sica no entiendo" es el estigma que lleva casi todo espa?ol. No est¨¢ de m¨¢s se?alar que salvo unos pocos ejemplos (Gerardo Diego, Valente, etc¨¦tera), en Espa?a los intelectuales han estado de espaldas a la m¨²sica en los ¨²ltimos decenios, hasta un punto vergonzante si lo comparamos con escritores, poetas o fil¨®sofos de otros pa¨ªses (Adorno, Mann, Eco, Kundera, etc¨¦tera). Es normal que al se?or Az¨²a no le guste Sch?nberg; con ¨¦l estar¨¢ una inmensa mayor¨ªa de espa?oles que no han o¨ªdo ni su nombre ni su m¨²sica.
Reivindicar el arte de consumo de mayor¨ªas como indicador de lo que es bueno es tan banal que no merece ni respuesta. Todo arte exigente y excelente no es en principio para mayor¨ªas, siempre ha sido as¨ª. De aceptar las ideas de supermercado de Az¨²a habr¨ªa que excluir a Mallarm¨¦, a Joyce, a Mondrian, etc¨¦tera, porque sus propuestas son "dif¨ªciles" y no aceptadas o "comprendidas" en un inicio por las grandes masas: ofrecen algo que a la vez exige, y eso no cabe en las ofertas del supermercado.
Afortunadamente, siempre existir¨¢ un arte de creaci¨®n comprometido, dif¨ªcil -el arte es una forma de transmisi¨®n de conocimiento, no s¨®lo de diversi¨®n y espect¨¢culo, como parece creer Az¨²a-. No podr¨ªamos aprehender una cultura sin el rigor y compromiso de los creadores que han arriesgado y abierto nuevos caminos. "Ning¨²n arte, literatura o m¨²sica est¨²pidos perduran. La creaci¨®n est¨¦tica es inteligencia en sumo grado" (G. Steiner, Presencias reales). Beethoven fue acusado de hacer ruido, de ser incomprensible; Bach, de ir contra las leyes de la m¨²sica. ?D¨®nde estar¨ªan los Az¨²as de entonces? Sin duda, tambi¨¦n contra ellos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.