Francia endurece su modelo de inmigraci¨®n y propone limitar el reagrupamiento familiar
Villepin anuncia medidas restrictivas y mayor control sobre los matrimonios de conveniencia
El Gobierno franc¨¦s anunci¨® ayer una serie de medidas destinadas a reducir el flujo migratorio, especialmente en lo relativo al reagrupamiento familiar y a los matrimonios mixtos conocidos como "matrimonios blancos" o de conveniencia, realizados a cambio de dinero. Se trata justamente de estrechar las dos principales v¨ªas utilizadas por los inmigrantes para obtener la residencia legal y la nacionalidad francesa. "Quiero que nuestra pol¨ªtica de inmigraci¨®n sea una pol¨ªtica global, una pol¨ªtica escogida. Esa es la condici¨®n de su eficacia", dijo ayer el primer ministro, Dominique de Villepin.
Simult¨¢neamente, el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, anunci¨® el objetivo de expulsar, en 2006, a 25.000 inmigrantes en situaci¨®n ilegal. Varios diputados del partido en el Gobierno, la conservadora Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP), han atribuido parte de la culpa de la reciente rebeli¨®n de las barriadas a las consecuencias de la pol¨ªtica migratoria.
A diferencia de los procesos de regularizaci¨®n de extranjeros que han tenido lugar en Espa?a y otros pa¨ªses, relacionados con la existencia previa de un puesto de trabajo, el modelo franc¨¦s para acceder a la residencia o la nacionalidad deriva de la asimilaci¨®n por parte de alguien que ya tiene esta condici¨®n. De este modo, muchos de los que llegan a Francia acaban sum¨¢ndose a las listas del paro o a las listas de ciudadanos subvencionados por el Estado.
El reagrupamiento familiar permiti¨® en 2004 la entrada legal en Francia de 25.000 inmigrantes. Actualmente lo puede pedir cualquier persona que lleve tan solo un a?o residiendo legalmente en Francia. La nueva ley aumentar¨¢ hasta dos a?os el plazo necesario de residencia para solicitarlo.
La v¨ªa de entrada m¨¢s utilizada, sin embargo, es la del matrimonio con un ciudadano franc¨¦s, que en 2004 permiti¨® a 34.000 personas obtener la ciudadan¨ªa francesa, frente a los 13.000 de 1995. La nueva ley fijar¨¢ en cuatro a?os, frente a los dos que se exigen ahora, el tiempo de vida en com¨²n para obtener la nacionalidad si la pareja vive en Francia, y de cinco si vive en el extranjero.
De la laxitud del actual sistema da idea el hecho de que entre las medidas que establecer¨¢ la nueva ley figura el hecho de que para legalizar un matrimonio celebrado en el extranjero ser¨¢ condici¨®n indispensable que la pareja se presente ante el c¨®nsul franc¨¦s, quien podr¨¢ plantear sus eventuales reservas sobre la uni¨®n. La fiscal¨ªa que se encarga de legalizar las actas de los matrimonios en el extranjero -la de Nantes- podr¨¢ oponerse a la transcripci¨®n al Estado civil franc¨¦s de un enlace celebrado fuera del pa¨ªs si considera que hay posibilidad de fraude.
El Gobierno responde as¨ª a las numerosas denuncias de lo que se conoce como "matrimonios blancos", uniones legales de conveniencia a cambio de dinero o de otros beneficios por los que se accede a la nacionalidad. "La nacionalidad debe ser lo menos posible un derecho autom¨¢tico. Hay que luchar contra la tendencia que hace del matrimonio con un franc¨¦s algo con lo que comerciar", dijo un portavoz del Gobierno.
De Villepin se refiri¨® tambi¨¦n al problema de la poligamia, denunciado desde la UMP como uno de los elementos determinantes de la oleada de violencia vivida en las barriadas de las grandes ciudades. "Tenemos que ser capaces de verificar el respeto de la ley que proh¨ªbe la poligamia en nuestro pa¨ªs", dijo el primer ministro.
Muchos de los cambios exigen una revisi¨®n del C¨®digo Civil franc¨¦s, por lo que el Gobierno debe aprobar previamente un proyecto de ley que debe estar listo antes del pr¨®ximo verano. Algunas de las medidas chocan, de alg¨²n modo, con la tradici¨®n republicana y el propio Villepin lo admit¨ªa: "Es un derecho reconocido por la Constituci¨®n y no se trata de cuestionarlo, sino de organizarlo mejor para facilitar la integraci¨®n de las personas afectadas".
El Gobierno quiere aumentar el flujo de entrada de estudiantes de todo el mundo; facilitar el acceso a las universidades y grandes escuelas del pa¨ªs de los m¨¢s preparados y los de mayor talento, recuperando as¨ª el elemento meritocr¨¢tico que parece haberse desvanecido de la sociedad francesa. "Escogeremos a los mejores, a los m¨¢s motivados", dijo el primer ministro. Francia recibe m¨¢s de 50.000 estudiantes extranjeros al a?o.
Asimismo, al igual que est¨¢n haciendo numerosos pa¨ªses europeos, el Ejecutivo de Villepin quiere establecer alg¨²n tipo de se?al de voluntad de integraci¨®n para aquellos que deseen vivir en Francia. "La integraci¨®n en nuestra sociedad, especialmente el dominio de la lengua francesa, deber¨ªa ser una condici¨®n para poder traerse a la familia", dijo ayer.
[Ante el Senado, el ministro Sarkozy anunci¨® el objetivo del Gobierno de expulsar a 25.000 inmigrantes en situaci¨®n ilegal en 2006, frente a los 20.000 repatriados en 2005, informa France Presse. Seg¨²n Sarkozy, entre 80.000 y 100.000 extranjeros se instalan clandestinamente en Francia cada a?o, cifra muy superior a los 13.000 que se maneja habitualmente. En Espa?a, 13.311 inmigrantes sin papeles fueron expulsados por orden judicial en 2004.]
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