Hallada la huella f¨®sil en Escocia de un escorpi¨®n del tama?o de una persona

No era muy distinto de una gamba, pero med¨ªa 1,6 metros de largo por uno de ancho. Pertenec¨ªa a un g¨¦nero de escorpiones marinos, pero lo ¨²nico que ha quedado de ¨¦l es un torpe e interminable intento de salir del agua y caminar por la orilla. Y si lo consigui¨® no le sirvi¨® de nada, porque su estirpe se extingui¨® hace 300 millones de a?os. Pero hoy ha logrado salir en la revista Nature, gracias a la paciencia del paleont¨®logo Martin Whyte, de la Universidad de Sheffield (Reino Unido).

"Hasta donde alcanza mi conocimiento", escribe Whyte, "¨¦ste no es s¨®lo el mayor rastro terrestre de un artr¨®podo que se ha encontrado hasta la fecha, sino tambi¨¦n el primer registro de locomoci¨®n por tierra de una especie de Hibbertopterus". Los Hibbertopterus son un g¨¦nero extinto de escorpiones marinos, pero la huella descubierta por Whyte, un complejo rastro trazado por las seis patas y el abdomen de uno de ellos, demuestra que el gigantesco artr¨®podo "pod¨ªa sobrevivir fuera del agua", seg¨²n el paleont¨®logo.

Los escorpiones marinos estaban dejando de serlo en la misma ¨¦poca en que nuestros ancestros, los primeros tetr¨¢podos (o animales de cuatro patas) empezaban a conquistar la tierra firme.

Lo m¨¢s curioso del trabajo de Whyte es el ingenio que derrocha para reconstruir al animal a partir de la simple huella que dej¨® en la arena. Por ejemplo, del hecho de que el par de patas m¨¢s largo dejara unas marcas con forma de luna que solapaban en una serie de arcos, Whyte deduce que el animal "se arrastraba de manera extremadamente lenta".

Y de la inclinaci¨®n progresiva de las marcas, junto al arrastre de la parte posterior del abdomen, se infiere que "el animal no estaba flotando y que probablemente estaba saliendo del agua". As¨ª sea.