Cena 'relativa' con Einstein
Los f¨ªsicos catalanes rememoran la velada ofrecida al genio por el socialista Rafael Campalans en su casa en 1923
Ochenta y dos a?os m¨¢s tarde, el mi¨¦rcoles pasado 260 personas rememoraron la cena que ofreci¨® a Albert Einstein Rafael Campalans en su casa de Barcelona el 27 de febrero de 1923. Como no era cuesti¨®n de sentar a todo el mundo en un comedor familiar, se llev¨® el acto a la sala noble de la Escuela Industrial de Barcelona, la misma en la que el premio Nobel imparti¨® sus conferencias.
El men¨² ofrecido en el hogar de los Campalans tuvo mucho humor, complicidades y juegos de palabras. Impreso para la ocasi¨®n con los platos en lat¨ªn y repleto de gui?os a la f¨ªsica, ha sido descifrado por Emma Sallent y Antoni Roca, profesores de Historia de la F¨ªsica de la Universidad de Barcelona.
Oscar Teixid¨®, jefe de cocina de CETT Escuela de Hosteler¨ªa y Turismo, prepar¨® la cena cl¨®nica con ayuda de sus alumnos y con el asesoramiento de Pere Castells, director cient¨ªfico de la Fundaci¨®n Alicia, que combina alimentaci¨®n y ciencia. Por razones pr¨¢cticas y econ¨®micas (asistir costaba 30 euros), se descartaron el fais¨¢n y otros manjares de la docena de platos del fest¨ªn original.
Los comensales, una tercera parte aut¨¦nticos f¨ªsicos, se convirtieron en involuntarios conejillos de Indias de experimentos cient¨ªficos caseros. De aperitivo, pirul¨ª de galleta el¨¦ctrica con p¨¦talos de Sechuan Botton, un ingrediente picante que produc¨ªa la sensaci¨®n de una suave descarga el¨¦ctrica en el paladar; tambi¨¦n degustaron unos sorbetes de remolacha, chiriv¨ªa y apio, servidos en tubos de ensayo, cuyo contenido se deshac¨ªa en la boca. Alg¨²n matem¨¢tico ahorrador particip¨® en la carta con los canelones de pescado: dos platos en uno.
Plat¨®n defini¨® al hombre como un b¨ªpedo sin plumas; Di¨®genes se burl¨® de ¨¦l envi¨¢ndole un pollo emplumado. El ave ofrecida en 1923 bajo el extra?o nombre "hombre plat¨®nico a la Di¨®genes con salsa a la Michelson" se reconvirti¨® ahora en un s¨®lido sin cuarta dimensi¨®n fisionada: para un f¨ªsico, eso y estar muerto es lo mismo (como estaba el pollo a la catalana). Tambi¨¦n se degustaron los mismos vinos y cavas de entonces. De postres, no apareci¨® el helado continuo euclidiano, ni las quesadas que todav¨ªa elabora el Forn de Sant Jordi. En su lugar, casta?as rebozadas con liofilizado de fruta de la pasi¨®n, que es temporada. El bomb¨®n de Peta Z con sonoridad de contador Geiger no era otra cosa que chocolate con golosina efervescente.
F¨ªsicos y divertidos
El autor de la teor¨ªa de la relatividad estuvo en la capital catalana entre el 22 de febrero y el 1 de marzo de 1923, a iniciativa del cient¨ªfico Esteve Terradas. La Mancomunidad de Catalu?a le pag¨® 3.500 pesetas.
El inter¨¦s de Campalans por Einstein no era gratuito: era ingeniero industrial y pose¨ªa una cultura cient¨ªfica avanzada; tambi¨¦n fue dirigente de la nueva corriente socialista que combinaba la lucha por los derechos de los trabajadores y la igualdad social con el reconocimiento de la identidad nacional catalana, algo que le hac¨ªa coincidir con las ideas de justicia social de Einstein.
"Pretend¨ªamos organizar algo l¨²dico y divertido para que la sociedad civil comprobara que los f¨ªsicos podemos montar un acontecimiento que no tiene por qu¨¦ ser necesariamente aburrido", explica Luis Navarro, f¨ªsico de la Universidad de Barcelona y uno de los organizadores, con la Sociedad Catalana de F¨ªsica y la Sociedad Catalana de Historia de la Ciencia. Alicia (88 a?os) y Enriqueta Marlet (85 a?os), sobrinas de Rafael Campalans, no se perdieron la celebraci¨®n. No llegaron a conocer al eminente f¨ªsico, pero luego escucharon la historia a menudo. Siguen convencidas de que los canelones los prepar¨® su abuela, "que era una especialista" asegura orgullosa Enriqueta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.