Corrupci¨®n de ida y vuelta
Es posible que Francisco Camps no lo sepa, o que no quiera saberlo. O que, si lo sabe, haya determinadas circunstancias que le impidan actuar. El caso es que su actitud ante los casos de corrupci¨®n que est¨¢n surgiendo en el Pa¨ªs Valenciano puede que le sirva en el corto plazo para silbar y mirar al techo, como si no fuera con ¨¦l, pero se convertir¨¢ en un pesado boomerang que nos atizar¨¢ a toda la clase pol¨ªtica en la cabeza con efectos devastadores para la democracia. Es posible que, en el corto plazo, las fuerzas actualmente en la oposici¨®n podamos sacar ciertos r¨¦ditos electorales, como le pas¨® al propio Partido Popular en la ¨²ltima etapa de Felipe Gonz¨¢lez, pero el descr¨¦dito y el desprestigio que continuar¨¢ sufriendo la clase pol¨ªtica en su conjunto ser¨¢ un lastre demasiado pesado. Y eso es malo. Muy malo para todos. Pero especialmente para la sociedad valenciana y la vida democr¨¢tica.
Ante el aluvi¨®n de casos relacionados con el Ivex, Terra M¨ªtica, la Diputaci¨®n de Castell¨®n y determinados ayuntamientos del sur, y les aseguro que esto es s¨®lo el principio, el presidente de la Generalitat y su equipo se han dedicado a proteger y premiar a las personas bajo sospecha, han recurrido a la burda estrategia del "y t¨² m¨¢s" (eso en lo que respecta al PSOE; en lo que hace referencia a Esquerra Unida s¨®lo han podido recordar que los tribunales no nos dieron la raz¨®n en alguna denuncia, como si eso nos invalidara para el trabajo de oposici¨®n), han matado a diversos mensajeros y, finalmente, se han permitido el lujo de atacar y amenazar al fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) por su supuesta parcialidad a la hora de tratar la corrupci¨®n. De entrada, el n¨²cleo duro del presidente pensar¨¢ que no hay mejor defensa que un buen ataque, que lo que no aparece en Canal 9 casi no existe y que, en todo caso, la ciudadan¨ªa ya est¨¢ tan inmunizada ante los casos de corrupci¨®n y tan convencida del perverso e injusto "todos son iguales" que no hay nada que temer: a las barricadas, que son los nuestros. Hasta que escampe.
Pero Camps y los suyos se equivocan gravemente. Primero, por la sensaci¨®n de impunidad que se genera y que a su vez provoca que los comportamientos il¨ªcitos compensen cada vez a m¨¢s gente. Una espiral peligrosa: s¨®lo faltaba el reclamo de que, adem¨¢s de f¨¢cil, es gratis. Segundo, porque la ciudadan¨ªa puede que est¨¦ acostumbrada a determinados comportamientos de algunos pol¨ªticos, pero tolera muy mal el sistema de castas que protege los deslices de la clase pol¨ªtica muy por encima de la media. Adem¨¢s, mientras las cosas vayan razonablemente bien, o exista la ilusi¨®n de que van bien, las exigencias sociales hacia los pol¨ªticos puede que no sean acuciantes. Pero ahora que el modelo econ¨®mico y social del PP comienza a dar s¨ªntomas de agotamiento por los problemas en el empleo, la calidad de los servicios p¨²blicos o la falta de vivienda digna a precios razonables, llega la ¨¦poca de las rebajas y el momento en que los focos de la ciudadan¨ªa se dirigir¨¢n hacia los pol¨ªticos para exigir respuestas. Y cuando mira hacia Camps, lo que se est¨¢ encontrando la sociedad honesta que paga impuestos, que soporta la soga de la hipoteca, la inseguridad de un contrato por horas y la crispaci¨®n de un clima pol¨ªtico sectario, es un presidente autista y protector de los miembros de su partido bajo sospecha de corrupci¨®n. No ya porque sean del PP, sino porque, adem¨¢s, son los suyos, los que le apoyan org¨¢nicamente.
Personalmente, como ciudadana que ha dedicado casi toda su vida a la pol¨ªtica y a la militancia en diversas organizaciones sociales, me molesta profundamente esta especie de corporativismo obligado y que se asiente en la opini¨®n p¨²blica el estigma que nos iguala a todos. Me duele porque es incierto. Algunos/as dormimos con absoluta tranquilidad. De otros no estoy tan segura. Cuando Camps protege, ampara y disimula la corrupci¨®n puede que lo haga para difuminar los da?os electorales, y se est¨¢ equivocando, o puede que trate de ocultar bajo los ladrillos de la plaza de Manises hipotecas inconfensables. Mientras no act¨²e, estaremos legitimados a pensar esto ¨²ltimo.
Gl¨°ria Marcos i Mart¨ª es coordinadora de Esquerra Unida del Pa¨ªs Valenci¨¤.
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