Arte n¨®mada
El Circo Gran Fele se instala junto al Muvim para convertir los recuerdos infantiles en una gran muestra de arte
Una hilera de palmeras traza en Valencia una frontera imaginaria entre el arte n¨®mada de la troupe circense y el asentamiento cultural, urbano y estable que representa el Museu Valenci¨¤ de la Il.lustraci¨® i la Modernitat (Muvim). A un lado, la carpa blanca del Circo Gran Fele propondr¨¢ a los ciudadanos evocar entre el 12 de diciembre y el 8 de enero una parte importante de sus recuerdos infantiles, esa en la cual las narraciones -reales o imaginarias- permiten a los ni?os vivir "una historia m¨¢gica, que mezcla aromas, sonidos e im¨¢genes". Al otro lado, abandonando la explanada desierta que rodea el museo, los visitantes podr¨¢n disfrutar en el Muvim de una muestra de 150 piezas de juguetes de hojalata fabricados por Pay¨¤ en Ibi.
Las dos manifestaciones art¨ªsticas, la del juguete y la del circo, conforman en realidad un todo: la nostalgia de la infancia. Actualizada y puesta al d¨ªa en unas fiestas, las navide?as, en las que escapar del recuerdo resulta poco menos que imposible. Ayer, el jefe de pista del Circo Gran Fele, Rafael Pla, y el director del Muvim, Rom¨¢n de la Calle, presentaron el espect¨¢culo Xaloc que se representar¨¢ en la carpa ubicada junto al museo. El artista, con el evidente prop¨®sito de cambiar "el concepto cultural del circo". El gestor cultural para demostrar que el Muvim se autodefine "como un museo heterodoxo que est¨¢ abierto a toda clase de iniciativas y que plantea su funci¨®n como una reflexi¨®n sobre la cultura".
Como en la muestra sobre el juguete, que busca la complicidad con la memoria y la imaginaci¨®n del visitante, el espect¨¢culo Xaloc pretende hacer veros¨ªmil la historia de un hombre que pierde su propia sombra a causa del viento y que se lanza a un viaje que, finalmente, le llevar¨¢ a encontrarse consigo mismo. O lo que es lo mismo, el recuerdo, ese bucle que permite tomar conjuntamente o por separado las dos muestras art¨ªsticas planteadas por el Muvim y Gran Fele.
"Intento reivindicar el concepto del circo para sacarlo de esa imagen cutrecilla que tiene, y lograr que sea equiparable al teatro", argumenta Rafael Pla, que revisa el g¨¦nero conjugando "la magia del circo moderno con im¨¢genes del circo antiguo".
Para conseguir este objetivo, el Circo Gran Fele iniciar¨¢ su espect¨¢culo con un recorrido por su propia exposici¨®n -de nuevo otro nexo con el Muvim-. Antes de entrar en la carpa, un "cicerone" explicar¨¢ a los espectadores las maravillas del Gabinete de Curiosidades, un viejo carromato restaurado de ocho metros de longitud, en el que ser¨¢ posible observar una huella del Yeti, una escama del famoso monstruo del lago Ness y otros objetos raros como el f¨®sil de un ¨¢ngel o una cabeza parlante.
Antes o despu¨¦s de recorrer la exhibici¨®n de curiosidades, los visitantes descansar¨¢n en un espacio concebido como una antesala de la carpa, donde podr¨¢n tomar un refresco y pasar la espera escuchando la m¨²sica de un organillo antiguo. All¨ª, de acuerdo con una de las costumbres n¨®madas, una cabra de colores (y de fibra de vidrio) con un pozalito en la boca invitar¨¢ a los espectadores a depositar su ¨®bolo.
A partir de ese momento y con el calentamiento ya hecho, los espectadores se introducir¨¢n en la carpa para participar en un espect¨¢culo propiamente circense que aspira a emocionar y sensibilizar al "p¨²blico menos infantilizado", en palabras de Rafael Pla.
Bajo la carpa, la troupe -que cuenta con un escapista, malabaristas, forzudos y contorsionistas entre otros especialistas del ramo- hilvanar¨¢ una historia y mostrar¨¢ su arte n¨®mada. Un arte que, como el juguete, transita por un mundo en el que no hay fronteras.
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