El colof¨®n
Hoy se inicia en Madrid el declive de la Crispaci¨®n. Cascas, el gran augur griego que ingeni¨® el caballo de Troya, fracas¨® en Colof¨®n. El colof¨®n del crispar ser¨¢ Madrid. Porque siendo cierto que en Madrid, por su condici¨®n de centro pol¨ªtico, se localizan importantes factor¨ªas de crispaci¨®n, no menos cierto es que en Madrid la industria que al final prevalece es la laboriosa artesan¨ªa del sentido com¨²n. En el Madrid oficial se nota la crispaci¨®n, en el pueblo de Madrid cunde el hast¨ªo ante tanto crispar. La idea m¨¢s nefasta ha sido el intento de azuzar al pueblo de Madrid contra otra comunidad. Convertir a Madrid en parte, colocarla en un extremo, cuando el lugar de Madrid es, en lo simb¨®lico y lo real, lo conc¨¦ntrico, el espacio del encuentro. Madrid tiene que estar preservada del esp¨ªritu de facci¨®n y especializarse, en plan gran capital federal, en desatar nudos. No hablo de una ciudad ut¨®pica habitada por millones de guardias de tr¨¢fico, dedicados a atender todas las reclamaciones menos las suyas. Tampoco es dram¨¢tico que en Madrid se re¨²nan los manifestantes que sean para expresar su disgusto por un proyecto de Estatuto catal¨¢n que piensan, o sienten, que "rompe Espa?a", es decir, su idea de entender Espa?a. Lo anormal del acto de hoy es que quienes lo convocan gobiernan las instituciones madrile?as y aspiran a regir otra vez Espa?a. Se pretende desactivar la v¨ªa parlamentaria mientras se activa un populismo sesgado. Se desvalija el Madrid com¨²n, el Madrid que puede unir, para satisfacer una pol¨ªtica de facci¨®n y de ficci¨®n. Porque lo que diferencia a un partido democr¨¢tico de la facci¨®n es que ¨¦sta confunde los intereses de grupo con los generales y atribuye al resto, por mayoritarios que sean, la condici¨®n de sospechosos. Y ¨¦se es el eje b¨¢sico de la estrategia de crispaci¨®n. Mantener un estado permanente de sospecha. Hemos pasado de un modelo de transici¨®n a un modelo de crispaci¨®n. Hacer oposici¨®n es diferente del crispar. La derecha ha interiorizado la idea de que lo pr¨¢ctico para recuperar el poder es el crispar. As¨ª que hoy tenemos en Espa?a malos opositores, pero buenos crispadores. Dir¨¢n las enciclopedias: Fulano de Tal fue un magn¨ªfico crispador. Mantuvo el pa¨ªs en vilo durante una d¨¦cada. Declin¨® en Colof¨®n.
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