La fiebre hispana recorre los pa¨ªses n¨®rdicos
La llegada de un mill¨®n de turistas suecos al a?o a Espa?a y la presencia de cerca de 200.000 latinoamericanos en Escandinavia favorecen el inter¨¦s por el idioma espa?ol y su cultura
La m¨²sica latina suena con frecuencia en las emisoras de radio, miles de personas abarrotan los locales de samba o de tango durante los fines de semana, la cartelera de cine incluye con regularidad las pel¨ªculas de Pedro Almod¨®var o de Julio Medem y se escucha, cada dos por tres, hablar en espa?ol por las calles. Pero no nos encontramos en M¨¦xico, Buenos Aires, Lima o Madrid, sino en Estocolmo, que la pr¨®xima semana acoger¨¢ las celebraciones de entrega del Premio Nobel de Literatura 2005 al dramaturgo brit¨¢nico Harold Pinter.
La fiebre por la cultura hispana ha aumentado sin parar en Escandinavia durante los ¨²ltimos a?os, hasta el punto de que 45.000 personas estudian espa?ol en Suecia -cerca de 85.000 en el total de los pa¨ªses n¨®rdicos-, seg¨²n coment¨® el secretario de Estado de Asuntos Exteriores sueco, Hans Dahlgren, cuando se inaugur¨® el Instituto Cervantes de Estocolmo el pasado 19 de abril. La apertura de este centro, el primero que funciona en Escandinavia y que fue inaugurado por los pr¨ªncipes de Asturias, pretende servir de est¨ªmulo a este auge del espa?ol. Para comprender la expansi¨®n del espa?ol en Suecia bastar¨¢ decir que en el curso 1997-1998 apenas un 9% de alumnos de secundaria lo eleg¨ªa como idioma moderno, mientras que en 2002-2003 el porcentaje alcanzaba el 22%.
La apertura del Cervantes el pasado abril ha impulsado el inter¨¦s por Espa?a
Los suecos se decantan cada vez m¨¢s por el espa?ol frente al alem¨¢n y al franc¨¦s
El madrile?o Fernando ?lvarez Montalb¨¢n, residente en Estocolmo desde hace dos d¨¦cadas y coautor junto con Laura Albanesi de un estudio sobre la ense?anza del espa?ol en Suecia, resume las causas de este creciente inter¨¦s. "En primer lugar", comenta, "hay que recordar que alrededor de un mill¨®n de suecos visita nuestro pa¨ªs cada a?o. Esta afluencia, que abarca las costas del Mediterr¨¢neo y Canarias, pero tambi¨¦n las grandes ciudades, genera una fascinaci¨®n por Espa?a que hereda esa antigua atracci¨®n de los n¨®rdicos por el Sur. Por otra parte, miles de latinoamericanos, especialmente chilenos y argentinos que huyeron de las dictaduras de los a?os setenta y ochenta, obtuvieron asilo pol¨ªtico en Suecia. Muchos de ellos, cerca de 200.000 en la regi¨®n, se han emparejado aqu¨ª y han tenido hijos que tienen una cultura biling¨¹e. Ese fen¨®meno, adem¨¢s, discurri¨® en paralelo al boom de la literatura latinoamericana hasta el punto de que autores como Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, Mario Vargas Llosa, Isabel Allende y Carlos Fuentes tienen traducida al sueco la mayor¨ªa de su obra".
Junto a estas claves de la historia reciente, tanto Fernando ?lvarez como el director del Cervantes en Estocolmo, Gaspar Cano, subrayan la importancia de una orden del Ministerio de Educaci¨®n sueco en 1994 que inclu¨ªa el espa?ol como idioma extranjero en la ense?anza secundaria en competencia con el alem¨¢n y el franc¨¦s. Con poco m¨¢s de nueve millones de hablantes, Suecia cuenta con una lengua minoritaria de tal modo que el ingl¨¦s aparece como un segundo idioma que los suecos estudian en todos sus niveles educativos. "Por eso", se?ala Gaspar Cano, "la competencia del espa?ol es feroz con el alem¨¢n y con el franc¨¦s para ganar espacios en los institutos, en las academias y en los centros culturales. De todos modos, los suecos se decantan cada vez m¨¢s por el castellano, una lengua hablada por 400 millones de habitantes en el mundo que les abre unas perspectivas m¨¢s favorables para sus viajes y sus trabajos".
El periodista y escritor Ulf Eriksson aprendi¨® castellano, cuando era joven, para poder leer literatura en espa?ol. Hoy no tiene dudas de que "el espa?ol ser¨¢ la segunda lengua universal, detr¨¢s del ingl¨¦s, dentro de medio siglo". Anders Forsberg, un traductor del sueco al espa?ol que vivi¨® durante a?os en Barcelona, destaca que los principales novelistas contempor¨¢neos espa?oles cuentan con obras traducidas. "No s¨®lo los cl¨¢sicos, como Cervantes o Calder¨®n, cuentan con versiones en sueco", afirma Forsberg, "sino tambi¨¦n escritores de hoy como Antonio Mu?oz Molina, Javier Mar¨ªas, Julio Llamazares, Luis Landero o Enrique Vila-Matas. Este atractivo por lo espa?ol se ve tambi¨¦n favorecido por la generosa pol¨ªtica de ayudas oficiales a las traducciones que tiene en consideraci¨®n que el sueco es un idioma minoritario".
Ahora bien, Gaspar Cano es consciente de que la implantaci¨®n del espa?ol en los pa¨ªses n¨®rdicos no pasa s¨®lo por el idioma y la literatura. Formado en el teatro, el director del Cervantes en Estocolmo estudi¨® a escritores suecos con una beca en el Dramaten, una de las escuelas teatrales m¨¢s prestigiosas de Europa. Desde el pasado mes de abril, la oferta cultural del Cervantes en Suecia comprende sesiones de cine espa?ol, as¨ª como representaciones teatrales, conferencias o exposiciones.
Desde Estocolmo, ¨²nico Cervantes en la zona, la acci¨®n cultural se extiende al resto de los pa¨ªses n¨®rdicos.En un reciente informe, Ana Almansa, consejera de Educaci¨®n de Espa?a para Alemania, Dinamarca, Noruega y Suecia, indica que "la distancia geogr¨¢fica y las reducidas cifras de poblaci¨®n de los pa¨ªses n¨®rdicos (24,5 millones de habitantes en total) influyen a veces negativamente en la visi¨®n que se tiene de su inter¨¦s como mercado cultural". "Pero dos factores", agrega Ana Almansa, "de la tradici¨®n educativa y de los usos sociales de estos pa¨ªses los convierten en particularmente atractivos para la inversi¨®n cultural. Se trata de la importancia que conceden al estudio de las lenguas extranjeras y del extraordinario desarrollo del ¨¢rea de la educaci¨®n de adultos".
Tan lejos y tan distantes en muchos aspectos, no cabe duda de que las nuevas generaciones de escandinavos se han enamorado de la cultura en espa?ol. De otro modo no se explicar¨ªa que Suecia y Dinamarca ocupen, respectivamente, el tercer y el quinto puesto entre los pa¨ªses con mayor n¨²mero de alumnos de espa?ol en la ense?anza secundaria. "Hay una cierta nostalgia de la diferencia", relata Ana Almansa, "o una b¨²squeda del sur".
De la reina Cristina a Mankell
El inter¨¦s de los espa?oles por Suecia, en particular, y los pa¨ªses n¨®rdicos, en general, deja mucho que desear, pese a que su reina m¨¢s famosa, Cristina, mantuviera un apasionado idilio a mediados del siglo XVII con el conde de Pimentel, embajador en Estocolmo. Esta relaci¨®n amorosa, que desde entonces ha sido explicada en t¨¦rminos que basculan entre la historia real y la leyenda, se halla para algunos en el origen de la conversi¨®n de la reina sueca al catolicismo. La mitoman¨ªa por esta monarca ilustrada y librepensadora, que vivi¨® entre 1626 y 1689, aument¨® tras el rodaje de la pel¨ªcula La reina Cristina de Suecia,
dirigida en 1933 por Rouben Mamoulian e interpretada por Greta Garbo, en uno de sus mejores papeles, y John Gilbert. Aquella reina tan atrevida para la ¨¦poca, que abdic¨® al rechazar casarse y tener hijos, cuenta incluso con una biograf¨ªa traducida al espa?ol, Cristina de Suecia, la reina enigm¨¢tica, escrita por Verena von der Heyden-Rynsch y publicada por Tusquets en 2001.
Precisamente esta editorial descubri¨® al novelista Henning Mankell (Estocolmo, 1948) que es en la actualidad el escritor sueco m¨¢s conocido por el p¨²blico espa?ol. Autor de populares novelas policiacas, Mankell ha convertido el personaje del depresivo inspector Kurt Wallander en una figura literaria de car¨¢cter universal. Junto a Mankell otro sueco que ha visto traducida su obra al espa?ol, es el cineasta, hombre de teatro y autor Ingmar Bergman (Uppsala, 1918). La obra de este director, que film¨® pel¨ªculas de culto como El s¨¦ptimo sello, Gritos y susurros o Fanny y Alexander,
ha sido siempre proyectada en nuestro pa¨ªs y Bergman fue, durante d¨¦cadas, uno de los intelectuales europeos m¨¢s admirados en Espa?a.
Pero aqu¨ª se acaba pr¨¢cticamente la cultura y comienzan la pol¨ªtica y la sociolog¨ªa, como se?alan los hispanistas Ulf Eriksson y Anders Forsberg. "Existen m¨¢s paralelismos de los que parecen entre Espa?a y Suecia, desde su condici¨®n de antiguos imperios europeos hasta su situaci¨®n perif¨¦rica en el continente", manifiestan. "Ahora bien", a?aden, "los lazos recientes hay que buscarlos m¨¢s en la faceta de la pol¨ªtica a partir del atractivo que el Estado del bienestar sueco y nuestras pol¨ªticas socialdem¨®cratas han suscitado siempre en Espa?a. En el otro sentido, la transici¨®n democr¨¢tica espa?ola y la ebullici¨®n de la movida de los a?os ochenta generaron muchas simpat¨ªas en el norte de Europa. Baste recordar que el primer ministro socialdem¨®crata Olof Palme recogi¨® dinero para los presos pol¨ªticos espa?oles en las calles de Estocolmo".
Hasta aqu¨ª las claves hist¨®ricas porque en tiempos recientes las relaciones se basan, sobre todo, en las vacaciones y en las segundas residencias que muchos suecos tienen en el litoral espa?ol, especialmente en la Costa del Sol malague?a y en las islas Canarias. "Muchos jubilados sue?an con pasar sus ¨²ltimos a?os en Espa?a, es decir, que la fascinaci¨®n por el Sur sigue pesando entre nuestros compatriotas", indican Eriksson y Forsberg, ambos con largas temporadas de estancia en nuestro pa¨ªs a sus espaldas.
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