El 'sheriff' de Nottingham
El presidente de turno de la Uni¨®n Europea (UE), Tony Blair, presentar¨¢ hoy su propuesta para la discusi¨®n que los d¨ªas 15 y 16 tendr¨¢n los m¨¢ximos mandatarios de la zona sobre los presupuestos a medio plazo de la misma. Adem¨¢s de las tensiones acumuladas, la reuni¨®n del Consejo Europeo arrancar¨¢ con otra nueva: la que enfrenta al presidente de la Comisi¨®n Europea, el portugu¨¦s Dur?o Barroso, con el presidente del Consejo, el brit¨¢nico Blair.
Desde un punto de vista europeo, el semestre en el que Blair ha estado al frente de la UE no ha podido ser m¨¢s desastroso. Noqueado por los atentados terroristas de Londres, el l¨ªder laborista no ha sabido elevarse sobre los intereses nacionales de su pa¨ªs, y sacar a la UE del marasmo institucional que supusieron los noes de los franceses y holandeses a la Constituci¨®n, y el fracaso de la presidencia luxemburguesa para sacar adelante las Perspectivas Financieras 2007-2013. La incomodidad de Dur?o Barroso con las pr¨¢cticas elusivas y minimalistas de Blair no puede ser m¨¢s evidente. Entre las declaraciones que Dur?o ha hecho en los ¨²ltimos d¨ªas sobre Blair destacan dos llenas de sentido: la primera, cuando pide a este ¨²ltimo "que se sit¨²e m¨¢s en la perspectiva de la presidencia de la UE que en la meramente nacional", que es como decirle que defienda menos el cheque brit¨¢nico (la devoluci¨®n al Reino Unido de dos tercios de su saldo con la UE, por su menor participaci¨®n en la agricultura europea) y trabaje m¨¢s por el presupuesto conjunto de los 25 pa¨ªses; y la segunda, que no act¨²e como el sheriff de Nottingham, que esquilmaba a los pobres haci¨¦ndoles pagar impuestos exagerados para luego d¨¢rselos a los ricos. El sheriff de Nottingham es uno de los personajes secundarios de la maravillosa pel¨ªcula de Michael Curtiz Robin de los bosques, interpretada por Errol Flynn y Olivia de Havilland; en ella, el sheriff act¨²a por encargo de Juan Sin Tierra, que ha usurpado el trono a Ricardo Coraz¨®n de Le¨®n. La paradoja ideol¨®gica se produce cuando Dur?o, miembro de la derecha europea (militante del Partido Popular), acusa al laborista Blair de practicar una distribuci¨®n al rev¨¦s con su propuesta presupuestaria.
Hace unos d¨ªas, un analista del diario italiano Corriere della Sera pon¨ªa en contexto pol¨ªtico lo que s¨®lo aparentemente es un debate sobre la intendencia de las cuentas europeas: "Europa no logra curar su mal de democracia", dec¨ªa. Y se preguntaba cu¨¢l es el m¨¦todo de evitar esa contradicci¨®n, cada vez m¨¢s frecuente, entre el consenso democr¨¢tico (la opini¨®n de los ciudadanos europeos, que se manifiestan siempre como partidarios de la econom¨ªa de mercado, acompa?ada de un fuerte modelo social) y la competitividad econ¨®mica (incluida en la Agenda de Lisboa, sobre la sociedad del conocimiento).
Hasta donde se sabe, Blair pretende recortar el presupuesto europeo en alrededor de 25.000 millones de euros. Para ello pone un se?uelo: reducir¨¢ entre un 12% y un 15% el monto del cheque brit¨¢nico, que ser¨¢n las cantidades que dejar¨¢n de pagar a Gran Breta?a los 10 pa¨ªses de la ¨²ltima ampliaci¨®n; pero a cambio, esos pa¨ªses aceptar¨¢n las ayudas a la baja -en forma de fondos estructurales y de cohesi¨®n- de la UE. El otro elemento brit¨¢nico para desatascar los presupuestos ser¨¢ olvidarse de la reforma de la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n (PAC), que pondr¨ªa a Francia en pie de guerra. Al conjunto de esta propuesta adelgazante es a lo que Dur?o Barroso denomina actuar "como el sheriff de Nottingham".
Espa?a entrar¨¢ en la reuni¨®n del Consejo Europeo en una posici¨®n inc¨®moda, pues ha de defender una transici¨®n suave desde sus actuales posiciones de receptor de fondos a devenir en contribuyente neto, por el efecto estad¨ªstico de la ampliaci¨®n a 25 miembros. Ya no es un pa¨ªs pobre entre ricos, sino un pa¨ªs rico entre naciones m¨¢s pobres que nosotros. Para ello, ha de convencer a sus ciudadanos a trav¨¦s de la pedagog¨ªa pol¨ªtica. Pero ?qu¨¦ pedagog¨ªa puede hacerse si cualquier p¨¦rdida de fondos ser¨¢ utilizada por el PP para la batalla pol¨ªtica cotidiana? El tiempo de negociaci¨®n ya es muy escaso.
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