Ignorancia y desprecio
No amaina mi indignaci¨®n ante la mendaz campa?a, separatista y franquista, del PP contra la propuesta estatutaria catalana, dentro de la panoplia de ataques de todo signo para que caiga el Gobierno espa?ol y torne a mandarnos el impresentable tr¨ªo aznarista que perdi¨® las elecciones pasadas. Pero a¨²n me indigna m¨¢s la actitud de unos presuntos simpatizantes de la izquierda democr¨¢tica a los que no pido que apoyen la propuesta, sino que no la ataquen en los t¨¦rminos que lo hacen: sin haberla le¨ªdo con seriedad, conocimiento t¨¦cnico y comprensi¨®n democr¨¢tica, llevados de una cerril obsesi¨®n nacionalista y una maliciosa suspicacia anticatalana que dice poco de su cultura liberal. No puedo comprender que comentaristas prestigiosos, viejos amigos m¨ªos, sean m¨¢s viscerales que justos y afines en sus juicios y en sus ataques a la derecha m¨¢s reaccionaria.
Tampoco entiendo la incultura constitucional que demuestran algunos colegas de c¨¢tedra cuando hablan de unos supuestos vicios radicales del proyecto catal¨¢n a diferencia del informe de los constitucionalistas que asesoraron el discurso del presidente del Gobierno, claro, objetivo y sensato, en defensa de la aceptaci¨®n para debate de la propuesta de nuestro Parlament. En ¨¦l se distingue, con inteligente y responsable criterio, lo que es correcto y aceptable constitucionalmente (e incluso elogiable) de ciertos errores de redacci¨®n y algunas propuestas de los partidos nacionalistas que ¨¦stos sab¨ªan desde el principio que no podr¨ªan aceptarse. Este informe tira por tierra el 90% de las cr¨ªticas constantes de los comentaristas period¨ªsticos, de ciertos pol¨ªticos del PSOE y de los constitucionalistas invitados por la prensa madrile?a a pronunciarse contra el proyecto catal¨¢n.
La consecuencia de esta campa?a "progresista", paralela y coincidente con la del PP, la extrae la reciente encuesta sobre intenci¨®n de voto del Instituto Opina para este diario con la interesada conclusi¨®n de que si el PSOE pierde apoyos se debe a que su l¨ªder promueve el nuevo estatuto de Catalu?a y que por eso es castigado por sus propios votantes. El efecto que parece buscarse es que el partido presione en sentido negativo sobre la decisi¨®n de Zapatero si no quiere perder las futuras elecciones. Eso mismo hace la campa?a intelectual y period¨ªstica que denuncio. A las mentiras del PP se suma la frivolidad y la visceralidad de una ¨¦lite irresponsable, que me recuerda a ese sector de votantes de izquierda que s¨®lo apoy¨® a Zapatero tras la matanza de Atocha y su manipulaci¨®n indecente por los se?ores Aznar, Acebes y compa?¨ªa. ?Son necesarios cientos de muertos para que dejen hoy de hacerle el juego a la derecha m¨¢s reaccionaria de Europa con la excusa de defender la Constituci¨®n y la unidad de Espa?a, que nadie ataca como no sean ellos, unos y otros, de forma diversa?
La encuesta citada insiste en "la alt¨ªsima fidelidad electoral" en el PP, "claramente superior a la del electorado socialista". Pero a ¨¦ste no lo moviliza el PSOE como lo hace con el suyo la derecha porque no parece convencido de las virtudes pol¨ªticas de Zapatero y se siente m¨¢s pr¨®ximo visceralmente a la bronca belicosidad con que todav¨ªa los espa?oles tienden a concebir la pol¨ªtica: la autoridad es mano dura, el debate es "dar ca?a". Les gusta m¨¢s la dureza sard¨®nica e insultante de Rajoy que la firme suavidad razonante y dialogante del presidente. Prefieren el enfrentamiento al consenso. En Catalu?a, qu¨¦ casualidad, Zapatero tiene proporcionalmente m¨¢s admiradores que en el resto de Espa?a. Por algo ser¨¢.Y no por ser cul¨¦, sino por ser pol¨ªtico y no guerrero, por hablar con independentistas y con neofascistas, por buscar la unidad de los ciudadanos del Estado en su pluralidad y no su enfrentamiento y separaci¨®n. Es parad¨®jico que a un pol¨ªtico tan pac¨ªfico se le acuse de atacar a Estados Unidos, a la Iglesia, a las familias cat¨®licas o a la unidad de la patria simplemente porque no cede a las presiones ileg¨ªtimas de la extrema derecha Bush-Ratzinger-Aznar. No ha tenido el PSOE un pol¨ªtico tan valiente como prudente. El fen¨®meno Zapatero es tan excepcional que muchos de los suyos no pueden entenderle. Resulta revolucionario y subversivo respecto a unos talantes ¨ªberos amantes de "dar ca?a" y al mismo tiempo cobardes a la hora de defender sus presuntos ideales democr¨¢ticos. Pero ¨¦l sabe, por dolor familiar, que en este pa¨ªs las "ca?as se vuelven lanzas cuando menos se espera. Los lanzazos que ¨¦l recibe de sus enemigos y de sus amigos m¨¢s hip¨®critas, los que se abonan a todo con tal de quitarle de en medio, se clavan en el propio pa¨ªs. ?l, en cambio, est¨¢ lanzado a que se imponga la raz¨®n frente a la violencia cainita de la Espa?a, esa, seg¨²n Machado, "Espa?a inferior que embiste cuando se digna a usar de la cabeza", la que "desprecia cuanto ignora".
La conspiraci¨®n conjunta del PP y ciertos progresistas de ficci¨®n en lo que ata?e a la propuesta estatutaria catalana es un caso de ignorancia y de desprecio. Ignorar su verdadero contenido y su finalidad aut¨¦ntica es ya una forma de despreciar uno y otra. Divulgar una err¨®nea y falsa imagen de algo que es positivo para toda Espa?a acus¨¢ndolo de negativo y contraproducente es, como m¨ªnimo, una irresponsabilidad tan fr¨ªvola como peligrosa. Presionar para que el Gobierno no pueda cumplir una valerosa misi¨®n al servicio ¨²ltimo de la democracia espa?ola, la futura paz del Pa¨ªs Vasco y una pol¨ªtica social que, entre otras cosas importantes, pretende integrar a una immigraci¨®n que, bajo el poder de la derecha, podr¨ªa acabar como la francesa, es colaborar de hecho con las poderosas fuerzas conservadoras, ego¨ªstas y antipatri¨®ticas de este pa¨ªs. ?Volveremos a las aznaradas?, ?nos echar¨¢n de Espa?a a unos catalanes m¨¢s espa?oles que ellos?
J. A. Gonz¨¢lez Casanova es profesor de Derecho Constitucional de la UB.
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