Aclaraci¨®n

Le¨ª con atenci¨®n el editorial del s¨¢bado pasado, Mar gruesa en Brasil. Creo que es justo destacar que todo el desenvolvimiento de la situaci¨®n pol¨ªtica en mi pa¨ªs ha mostrado con claridad una serie de aspectos positivos, entre los cuales destaco: la estabilidad institucional de nuestra estructura pol¨ªtica democr¨¢tica, que cuenta con el respaldo de toda la naci¨®n; la efectiva punibilidad de aquellos que se considera que han cometido errores; la persistencia de un clima de total respeto al orden jur¨ªdico y a la actuaci¨®n independiente y armoniosa entre los poderes.

Creo ser igualmente justo subrayar que la l¨ªnea en que se conduce la pol¨ªtica econ¨®mica tambi¨¦n sigue contando con el respaldo de toda la clase pol¨ªtica y de la sociedad civil, lo que reafirma, una vez m¨¢s, la estabilidad jur¨ªdica que caracteriza la actuaci¨®n gubernamental en ese campo, no s¨®lo ahora, sino tambi¨¦n en el futuro previsible.

Deseo mencionar tambi¨¦n otro aspecto relativo a la edici¨®n del s¨¢bado de EL PA?S. En el art¨ªculo publicado en las p¨¢ginas 3 y 4, sobre la aplicaci¨®n de la pena de muerte en EE UU y otros pa¨ªses, Brasil aparece entre aquellos en los que la pena de muerte ser¨ªa"practicada en forma excepcional para algunos delitos". Eso no corresponde a la realidad. En Brasil, bajo el orden jur¨ªdico establecido por la Constituci¨®n de 1988, la pena de muerte no ha sido practicada nunca, una vez que la ¨²nica circunstancia bajo la cual eso podr¨ªa ocurrir, el caso de una guerra declarada contra otro pa¨ªs, no s¨®lo no se ha dado, como tambi¨¦n -y eso lo saben todos los brasile?os- no hay ninguna perspectiva de que venga a darse.