14 kil¨®metros en bicicleta
Una l¨ªnea f¨¦rrea que fue construida a toda prisa en la Guerra Civil invita hoy a pedalear de Caraba?a a Estremera
Estamos tan acostumbrados a que las obras de los trenes de alta velocidad avancen a paso de tortuga cruzada con cangrejo -dos a?os y medio ha tardado en despegar el AVE a Toledo, cuya v¨ªa no es m¨¢s que un ramal de 20 kil¨®metros derivado de la que une Madrid con Sevilla-, que la idea de que una l¨ªnea f¨¦rrea de 140 kil¨®metros est¨¦ lista en 40 d¨ªas nos suena a ciencia-ficci¨®n, cuando se trata de una historia real y muy vieja, de 1937 para ser exactos.
En febrero de aquel a?o, al librarse la batalla del Jarama, las tropas leales a la Rep¨²blica, que defend¨ªan la capital, perdieron el control del ferrocarril Madrid-Alicante, del que depend¨ªa el abastecimiento de la ciudad sitiada por los rebeldes. Y all¨ª fue que, para restablecer ese enlace vital, el Gobierno democr¨¢tico decidi¨® construir un nuevo tren que, partiendo de la l¨ªnea de Barcelona, en Torrej¨®n de Ardoz, conectase con el tramo a¨²n en su poder de la de Alicante, all¨¢ en Villaca?as (Toledo). Ello supon¨ªa dar un rodeo por las vegas del Taju?a y del Tajo realmente largo y extra?o, pero m¨¢s raro es que el trazado de un AVE se decida en funci¨®n del pueblo donde ha nacido el gobernante de turno y nadie dice ni p¨ªo.
A mano derecha divisaremos Valdaracete, pueblo que debe su nombre a los olivares
Con las prisas que se hizo, el Tren de los 40 D¨ªas no pod¨ªa dejar de tener alg¨²n defectillo: los ra¨ªles eran chatarra recuperada de v¨ªas muertas; los t¨²neles, angostos y sin ventilaci¨®n, obligaban a pasar a toda marcha, so pena de que los maquinistas pereciesen intoxicados, y los desniveles tan fuertes, que los convoyes casi se paraban en cada cuesta, pese a que los pasajeros aliviaban su carga de naranjas valencianas. Claro, que tampoco las l¨ªneas del AVE quedan siempre bien a la primera, ni dan para correr todo lo que se espera.
Aunque la v¨ªa se desmantel¨® al acabar la guerra, a¨²n hoy existe la oportunidad de recorrer en bici un tramo bien conservado de 14 kil¨®metros que, para m¨¢s comodidad, ha sido acondicionado con asfalto pintado de rojo -un color muy apropiado, hist¨®ricamente hablando-.
Pedaleando desde Caraba?a, en la vega del Taju?a, hasta Estremera, ya en la vertiente del Tajo, reconoceremos el m¨¦rito de aquella obra fulgurante y la belleza de unos paisajes agr¨ªcolas que apenas han variado desde el final de la contienda, como si el sureste de Madrid hubiese firmado paces perpetuas con el progreso.
En Caraba?a, pues, comenzaremos nuestra jornada, y lo haremos rindiendo visita a la blanca ermita de Santa Luc¨ªa, que, seg¨²n reza un letrero, fue levantada en el siglo XVI sobre los restos de un templo consagrado a Diana. Muy cerca, emboscado en la alameda del r¨ªo Taju?a, descubriremos un puente neocl¨¢sico de cinco ojos, edificado con los sillares de otro romano, no m¨¢s cruzar el cual, nos desviaremos a la izquierda, por la pista colorada que enfila rectil¨ªnea hacia el sureste, pegada a la carretera de Estremera.
Pronto llegaremos a una bifurcaci¨®n de la v¨ªa, donde deberemos tirar a la derecha para, superando un repecho, seguir el rastro asaz evidente de nuestro tren: una serie de profundas trincheras en las que aflora la p¨¢lida osamenta del p¨¢ramo yes¨ªfero. Estos primeros kil¨®metros, que son cuesta arriba, discurren por la ladera de un vallecico lleno de aradas y carrizales, entre espartos, fragantes romeros y bandadas de perdices que se levantan al paso del veloc¨ªpedo como si hubieran visto una de las resoplantes m¨¢quinas de anta?o.
A los cuatro kil¨®metros divisaremos a mano derecha Valdaracete, pueblo que debe su nombre (Val-Dar-az-z¨¢it, valle de la casa del aceite) a los olivares que veremos en lo sucesivo. Cerca del kil¨®metro 9 nos toparemos con la ca?ada real Soriana Oriental.
Y, acto seguido, alcanzaremos la divisoria de aguas, de modo que los cinco kil¨®metros restantes, hasta Estremera, los haremos casi sin dar una pedalada, surcando montes de olivos, almendros y viejas encinas, ¨¢rboles seculares a los que nuestra vida debe de parecerles un suspiro, y no digamos ya un tren construido en 40 d¨ªas.
Gachas y asados en horno de le?a
- C¨®mo ir. Caraba?a se halla en el sureste de Madrid, a 50 kil¨®metros de la capital yendo por la autov¨ªa del Este (A-3) y desvi¨¢ndose, nada m¨¢s pasar Perales de Taju?a, por la M-204, direcci¨®n Tielmes.
- Datos de la ruta. Duraci¨®n: tres horas. Longitud: 28 kil¨®metros (incluida la vuelta). Desnivel: 280 metros. Dificultad: media-baja. Camino: v¨ªa desmantelada, afirmada con asfalto y se?alizada con hitos kilom¨¦tricos. Cartograf¨ªa: hojas 20-23 (Arganda) y 21-23 (Mond¨¦jar) del Servicio Geogr¨¢fico del Ej¨¦rcito, a escala 1:50.000.
- Alrededores. La ruta puede combinarse con la v¨ªa verde del Taju?a, que pasa tambi¨¦n por Caraba?a. R¨ªo arriba, hasta Ambite, hay 14 kil¨®metros de recorrido. R¨ªo abajo, hasta Morata, hay 20.
- Comer. El Rinc¨®n de Higuerlop (Estremera; tel.: 918 72 16 56): gachas, fabada, callos a la madrile?a y cordero asado; men¨² de festivos, 15 euros. Mariblanca (Caraba?a; tel.: 918 72 32 59): migas, gachas y cabrito asado al estilo de Pe?afiel; precio medio, 25 euros. Casa Fundi (Caraba?a; tel.: 685 97 20 22): champi?¨®n gratinado, queso frito con confitura de naranja y carne roja a la piedra; 30 euros. La Ochava (Valdilecha; tel.: 918 73 81 80): asados, calamares a la Ochava y solomillo de buey relleno de foie con salsa de boletus; 30 euros. Molino de Cantarranas (Tielmes; 918 73 77 20): cordero y cochinillo asados en horno de le?a; 35 euros.
- Dormir. Molino de Cantarranas (Tielmes; tel.: 918 73 77 20): antiguo molino harinero rehabilitado como hotel-museo, con amplio jard¨ªn y 13 habitaciones asomadas a la vega del Taju?a; doble, 60 euros. Palacete de la Ochava (Valdilecha; tel.: 918 76 10 20): hotel rural inspirado en los palacios del siglo XVII; 67 euros.
- M¨¢s informaci¨®n. Ayuntamiento de Caraba?a (plaza de Espa?a, 1; tel.: 918 72 30 01). Ayuntamiento de Estremera (plaza de Juan Carlos I, n¨²mero 1; tel.: 918 72 13 88). En Internet: www.viasverdes.com.
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