Iberia y Barcelona

Ante los anuncios de la probable retirada de Iberia de El Prat se ha reaccionado con preocupaci¨®n y hasta con indignaci¨®n. Como empresa, la aerol¨ªnea ha tenido aciertos y desaciertos, y siempre ha sido criticada, pero hoy por hoy la cr¨ªtica sin m¨¢s es un intento bald¨ªo de conseguir que la aerol¨ªnea reconsidere su estrategia en Barcelona. En el plan de infraestructuras de la Generalitat hasta 2026 no se dedica ni una l¨ªnea al transporte a¨¦reo; por otro lado, ninguna empresa catalana ha entrado en el accionariado de Iberia y se le est¨¢n exigiendo rutas y presencia sin contrapartida alguna, cuando es una empresa que puede dar un valor a?adido a los enlaces desde Barcelona, ya que con la tendencia actual de punto a punto (y con esto no critico la presencia o existencia de nuevas aerol¨ªneas, bienvenidas sean en su mercado) se incrementa a¨²n m¨¢s la dependencia de aeropuertos de escala cuando el vuelo es a otro continente, algo totalmente in¨¦dito en un aeropuerto con m¨¢s de 25 millones de pasajeros anuales. El enfrentamiento entre empresas o entre ¨¦stas y los gobiernos evidencia desinter¨¦s porque las cosas salgan bien. Y si los vuelos intercontinentales siguen siendo con escala en Par¨ªs, M¨²nich, Amsterdam o Londres, la situaci¨®n seguir¨¢ siendo la misma que en Madrid, pero en otros escenarios. En resumen: lleguen a un buen acuerdo para que desde Barcelona tambi¨¦n se pueda volar a todas partes. No es el momento de quejas o lamentos, es el de definir, de una vez, si nuestro aeropuerto va camino de convertirse en un gran centro a¨¦reo o bien de ser finalmente un mero receptor y emisor de pasajeros punto a punto y a bajo precio, algo positivo, pero insuficiente.