?Qu¨¦ piden las multinacionales?
LOS FLUJOS de inversi¨®n extranjera directa (IDE) son la mejor forma de financiar los d¨¦ficit de la balanza de pagos por cuenta corriente. Estar¨ªa m¨¢s que justificado incurrir en tales desequilibrios exteriores si fueran fundamentalmente la contrapartida del atractivo que encuentran las empresas multinacionales para localizar sus inversiones. Son ¨¦stas las que canalizan esos movimientos de capital cuya principal diferencia frente a los restantes no es otra que la pretensi¨®n de permanencia (no indefinida, desde luego, como observamos en la deslocalizaci¨®n que sufren algunas econom¨ªas) en el pa¨ªs al que se dirigen. La expansi¨®n de esos flujos es, adem¨¢s de una muy buena se?al para el que los recibe, un exponente de asentamiento del proceso de integraci¨®n econ¨®mica y financiera internacional: de esa tendencia cada vez m¨¢s expl¨ªcita a la configuraci¨®n de una factor¨ªa global. A mediados de los ochenta, esos flujos representaban algo menos del 5% del PIB mundial, mientras que hoy rozan el 20%.
EE UU es el primer receptor de IDE del mundo, mientras que Espa?a lleva varios a?os perdiendo atractivo localizador; China e India no han dejado de reforzar su capacidad de atracci¨®n de inversiones directas
De la posici¨®n de la UE en esa din¨¢mica da cuenta el ¨²ltimo n¨²mero de European Economy. Acierta al convertir la capacidad de atracci¨®n de esas inversiones en el principal reto de las econom¨ªas de la Uni¨®n, no s¨®lo aqu¨¦llas reci¨¦n incorporadas que ya est¨¢n demostrando su atractivo para localizar inversiones en sectores tales como el autom¨®vil, sino igualmente en las econom¨ªas consideradas grandes o maduras, Espa?a de forma destacada.
Cuando, en ocasiones, se asimilan los perfiles de la situaci¨®n actual de la econom¨ªa espa?ola a la de EE UU, ambos con el mayor d¨¦ficit exterior del mundo, se pasa por alto que una parte importante de las entradas de capital en este ¨²ltimo son precisamente inversiones directas del resto del mundo. Estados Unidos es desde hace a?os el primer receptor de IDE del mundo, mientras que Espa?a lleva varios a?os perdiendo atractivo localizador. Junto a EE UU, China e India no han dejado de reforzar su capacidad de atracci¨®n de inversiones directas, pero ya no s¨®lo de aquellas materializadas en manufacturas de escaso valor a?adido, sino de aquellas m¨¢s expresivas de la actual econom¨ªa del conocimiento.
Tambi¨¦n esta semana hemos conocido la decisi¨®n de Intel de invertir en India m¨¢s de 1.000 millones de d¨®lares. Responsable del 80% de los semiconductores que se fabrican en el mundo, ha confirmado que 250 millones ir¨¢n destinados a un fondo de capital riesgo espec¨ªfico para financiar proyectos en empresas reci¨¦n nacidas productoras de software. Otros 800 millones engrosar¨¢n la inversi¨®n que la propia empresa tiene en el centro de I+D de Bangalore (con m¨¢s de 2.800 empleos), as¨ª como a apoyar programas de educaci¨®n profesional en ese pa¨ªs. El anuncio tiene lugar unos d¨ªas despu¨¦s de que el principal competidor de Intel, Advanced Micro Devices (AMD), licenciara su tecnolog¨ªa para constituir una planta de fabricaci¨®n en India, con una inversi¨®n que superar¨¢ los 3.000 millones de d¨®lares.
Las razones aducidas en ambos casos son en gran medida comunes a las que se destacan en el informe de European Economy: no destacan de forma prioritaria las de naturaleza fiscal, ni los costes laborales, sino el potencial del capital humano de ese pa¨ªs, en particular el vinculado al sector de las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y de la comunicaci¨®n (TIC), as¨ª como la facilidad para la canalizaci¨®n de esas energ¨ªas hacia el nacimiento de empresas intensivas en investigaci¨®n. Tras los anuncios de esos dos gigantes, nadie duda del efecto multiplicador sobre la inversi¨®n de otras empresas extranjeras de menor tama?o, pero no menos ¨²tiles en la modernizaci¨®n y fortalecimiento competitivo de aquella econom¨ªa.
Si, adem¨¢s de la sana envidia, cabe asumir alguna lecci¨®n para una econom¨ªa como la espa?ola, desplazada de la liga de campeones de la econom¨ªa del conocimiento y amenazada a partir de 2007 con menores transferencias comunitarias, ¨¦sta no puede ser otra que la urgente recuperaci¨®n del tiempo perdido en el fortalecimiento de la base de capital, tecnol¨®gico y humano, que hasta India acert¨® a anticipar hace m¨¢s de diez a?os.
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