Putin da trabajo a Schr?der
El ex canciller asume un alto cargo en el gasoducto que ¨¦l impuls¨® desde el Gobierno
No es ilegal, pero apesta. As¨ª ha sido acogida por la pol¨ªtica alemana la noticia de que el ex canciller Gerhard Schr?der asumir¨¢ la presidencia del consejo de vigilancia (un ¨®rgano que en Espa?a no tiene equivalente y cuya misi¨®n es asesorar y controlar a la junta directiva de la empresa) de la Compa?¨ªa del Gasoducto Noreuropeo (NEGP), un proyecto que ¨¦l impuls¨® con su empe?o personal y que fue posible gracias a su amistad con el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin. Desde la semana pasada, Schr?der est¨¢ en Gales, realizando un curso intensivo de ingl¨¦s en una exclusiva academia. Aunque su ingl¨¦s le bastaba para entenderse cuando era canciller, recurr¨ªa al int¨¦rprete en las negociaciones dif¨ªciles. "Quiero arregl¨¢rmelas en la escena internacional sin necesidad de int¨¦rpretes", explic¨®. El idioma le va a hacer falta ahora para presidir las reuniones del consejo, cuya funci¨®n es representar y defender los intereses de los accionistas de la empresa.
Pol¨ªticos de todas las tendencias acusan a Schr?der de beneficiarse de su amistad con Putin
El gasoducto noreuropeo, que se empez¨® a construir el pasado viernes, transportar¨¢ a partir de 2010 por el fondo del Mar B¨¢ltico suficiente gas para atender a un tercio de la demanda alemana. Su principal accionista es la empresa rusa Gazprom, controlada en la pr¨¢ctica por Putin, con un 51%. Las alemanas BASF y E.ON mantienen un 24,5% cada una, con lo que queda el 49% en manos alemanas. Desde San Petersburgo hasta Greifswald, 27.500 millones de metros c¨²bicos de gas al a?o recorrer¨¢n 1.200 kil¨®metros evitando Polonia y Ucrania, pa¨ªses por los que discurr¨ªa hasta ahora y que cobraban ping¨¹es derechos por el paso. El gasoducto costar¨¢ 4.000 millones.
"Esto apesta", declar¨® el presidente del partido alem¨¢n Los Verdes, Reinhard B¨¹tikofer. Gazprom pertenece al n¨²cleo de la nueva nomenklatura rusa en la que se apoya el cada vez m¨¢s autoritario Gobierno de Putin. Que Schr?der se ofrezca ahora como estandarte es remarcable", a?adi¨® B¨¹tikofer. La diputada liberal y ex ministra de Justicia Sabine Leutheusser-Schnarrenberger critic¨® el "estilo" del ex canciller y se?al¨® que muchos de los acuerdos que Schr?der alcanz¨® con Putin "adquieren ahora un cariz diferente". "Da la impresi¨®n de que va a ganar dinero a trav¨¦s de su actividad pol¨ªtica anterior", declar¨® al diario de Colonia K?lner Stadtanzeiger. Stephan Hilsberg, diputado del partido socialdem¨®crata, SPD, en el que Schr?der milita desde hace casi cuarenta a?os. "Esto es a todas luces una recompensa por su vieja amistad con Putin", apreci¨® el ex ministro de Econom¨ªa y presidente de honor del partido liberal FDP, Otto Graf Lambsdorf. No habr¨ªa levantado tantas suspicacias si Schr?der hubiese esperado unos meses para entrar en la sociedad del gasoducto. El mismo Lambsdorff es miembro del consejo de administraci¨®n de Lufthansa y el antecesor de Schr?der, Helmut Kohl, tiene un puesto en el de la compa?¨ªa de seguros AMB Generali. Helmut Schmidt, canciller entre 1974 y 1982, pas¨® de la pol¨ªtica al periodismo, y conserv¨® parte de su influencia sobre la vida p¨²blica desde su puesto de editor del prestigioso semanario Die Zeit. Lo que sorprende no es que un ex canciller pase a la empresa privada -nadie obliga a los ex pol¨ªticos a jubilarse dando conferencias y escribiendo sus memorias-, sino la velocidad pasmosa con la ha pasado de dirigir una de las mayores potencias del mundo occidental a enriquecerse gracias a una empresa que ¨¦l mismo impuls¨® como canciller.
Primero acept¨® un puesto de asesor en la editorial suiza Ringier, editora del diario popular Blick, por el que se estima que cobrar¨¢ entre medio mill¨®n y 750.000 euros al a?o. Tampoco hay informaci¨®n fiable sobre lo que ganar¨¢ Schr?der en su nueva ocupaci¨®n en el sector energ¨¦tico. El diario popular Bild calcula hasta 700.000 euros anuales. Nada que ver con los 14.893 euros y 25 c¨¦ntimos mensuales que se cobran como canciller, seg¨²n el semanario Der Spiegel. A partir de ahora, apuntaba ayer un editorial del S¨¹ddeutsche Zeitung, la presi¨®n y la responsabilidad ser¨¢n mucho menores y el salario infinitamente mayor. "De abuso s¨®lo se podr¨ªa hablar si Schr?der recibiera unos honorarios exorbitantes", opina el presidente de la secci¨®n alemana de Transparencia Internacional, Hansj?rg Elshorst. Sobre ese "detalle" se pronunciar¨¢ el ex canciller m¨¢s adelante, se comunic¨® el viernes desde su oficina.
Muy criticada fue en Alemania la amistad entre Schr?der y el presidente de Rusia, un pa¨ªs donde la democracia y el respeto a los derechos humanos son a¨²n una ilusi¨®n. El nuevo gasoducto corona esta amistad y contribuye al envenenamiento de las relaciones entre Alemania y sus vecinos del Este, que se sintieron marginados por el eje Berl¨ªn-Mosc¨². Rusia podr¨¢ ejercer ahora, con ayuda de Schr?der, un mayor control estrat¨¦gico sobre el abastecimiento energ¨¦tico de la antigua ¨¢rea de influencia sovi¨¦tica.
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