El dif¨ªcil camino de la normalizaci¨®n laboral
Hace ya m¨¢s de un siglo, en 1903, en El Socialista, Pablo Iglesias lanzaba el siguiente reproche a su gente: "Excitar al proletariado a que dirija su actividad y su energ¨ªa contra los clericales antes que contra los patronos es el error m¨¢s grave de que pueden ser v¨ªctimas los que aspiran a terminar con la explotaci¨®n humana".
Recojo esta cita, llena de realismo, sabidur¨ªa, laicidad y sentido de clase, como reconocimiento a la contribuci¨®n del pensamiento laico en la construcci¨®n de una sociedad tolerante, pluralista, libre y abierta, por su aportaci¨®n al concepto moderno de ciudadan¨ªa pol¨ªtica. Las propuestas ideol¨®gicas de dicha cultura laica son el mejor ant¨ªdoto a la ofensiva conservadora y confesional que en la actualidad ha aflorada en la sociedad espa?ola. Es muy ¨²til interiorizar esta cita en un momento en el que el frente pol¨ªtico-religioso-conservador formado por una parte de la escuela privada, el PP y la jerarqu¨ªa de la Iglesia intenta institucionalizar sus privilegios.
La LOE debe tener un eje estrat¨¦gico: la equidad. Tambi¨¦n en los derechos laborales de los profesores de religi¨®n
Pueden llevar 15, 20 o m¨¢s a?os dando clase y quedarse en la calle al curso siguiente porque as¨ª lo decide el delegado de la di¨®cesis, sin m¨¢s
Nuestra Constituci¨®n supuso formalmente la superaci¨®n del enfrentamiento entre las concepciones laicistas y las cat¨®lico-profesionales del Estado en general y del modelo educativo en concreto. He dicho formalmente, ya que por la puerta de atr¨¢s se colaron los Acuerdos entre el Estado y la Santa Sede apenas un mes despu¨¦s de aprobada la Constituci¨®n, que en la actualidad est¨¢n impidiendo el desarrollo de un Estado aconfesional tal como determina nuestra Constituci¨®n. Entre otras cosas, se prolonga el Concordato del 53 que incorpora la religi¨®n cat¨®lica como asignatura fundamental en los planes de estudios del Estado, con el privilegio a?adido de poder "gravar" a quienes no sigan las clases de religi¨®n con actividades obligatorias alternativas. Y, como resultado pr¨¢ctico en el terreno econ¨®mico de nuestro modelo educativo, el Estado subvenciona con casi 4.000 millones de euros a 3.949 colegios concertados. De ellos, 1.860 colegios pertenecen a ¨®rdenes religiosas cat¨®licas y aglutinan al 65% del alumnado de la privada concertada, recibiendo por tanto unos 2.600 millones de euros. As¨ª mismo, el Estado abona su sueldo a 15.000 profesores de religi¨®n (11.000 en la escuela p¨²blica y 4.000 en la privada). El coste por este concepto es de 517 millones de euros al a?o. As¨ª es de generosa nuestra democracia.
La tramitaci¨®n de la LOE ha puesto bajo los focos al profesorado de religi¨®n. C¨ªclicamente se vuelve a debatir si debe impartirse la religi¨®n en los centros educativos p¨²blicos. Detr¨¢s de las leyes y abundantes reformas educativas, seis planes de estudios en 25 a?os, est¨¢n personas y situaciones concretas. Esto es lo que pretendo analizar y clarificar. Los profesores de religi¨®n son, ante todo y sobre todo, trabajadores. ?Y c¨®mo estan sus derechos laborales? Los contrata la Administraci¨®n y los gestiona la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica. Son una expresi¨®n laboral "indecente", utilizando terminolog¨ªa de la OIT. Es una anormalidad laboral preconstitucional que representa un neofeudalismo empresarial. Son un colectivo plural y sus simpat¨ªas pol¨ªticas y sindicales est¨¢n tan repartidas como en el resto de la sociedad. No son curas, est¨¢n o no casados y ven con mucha preocupaci¨®n su futuro laboral. Sus contratos son anuales, se pueden renovar al curso siguiente si tienen alunmos suficientes y el delegado diocesano de educaci¨®n les renueva la missio o permiso para seguir ejerciendo (concepto del Derecho Can¨®nico cuya objetivizaci¨®n vienen reivindicando estos trabajadores). Pueden llevar 15, 20 o m¨¢s a?os dando clase y quedarse en la calle al curso siguiente porque as¨ª lo decide el delegado de la di¨®cesis, sin m¨¢s. No hace falta que se hayan ido de copas o con un compa?ero de claustro, como a veces nos informan los peri¨®dicos. No dan catequesis; esto queda para las parroquias, el curr¨ªculum de su asignatura es p¨²blico y aprobado por las autoridades. Contribuyen a la educaci¨®n integral de sus alumnos insert¨¢ndose cr¨ªticamente en la sociedad y comprometi¨¦ndose ¨¦ticamente en la vida. Para ello, asumen los m¨¦todos propios de la instituci¨®n escolar y suelen estar disponibles cuando hay que echar una mano en actividades extraescolares. No deja de llamar la atenci¨®n que aquellas ¨®rdenes religiosas que nacieron para atender a la infancia m¨¢s desvalida, han dado el relevo de tal admirable labor a los centro p¨²blicos. Temen tener que acoger a integrados y a inmigrantes en sus aulas. Esto es sencillamente clasismo y un peligro de dualizaci¨®n del sistema educativo. Por ello, la LOE debe tener un eje estrat¨¦gico: la equidad. Tambi¨¦n en los derechos laborales de los profesores de religi¨®n.
La situaci¨®n de estos trabajadores no es ajena a las reivindicaciones de los sindicatos de clase. Hay un trabajo continuado por conseguir una normalizaci¨®n laboral que destierre la actual situaci¨®n cuasi preconstitucional. As¨ª, hemos tenido en Euskadi, hace tres a?os, el primer convenio laboral de profesores de religi¨®n, firmado entre el Gobierno vasco y los sindicatos CCOO, ELA y FETE-UGT. Ha sido un ejemplo pr¨¢ctico de posibilidad de entendimiento entre las diferentes partes. El concepto de "fijaci¨®n diferente" supuso un peque?o avance para atemperar la inestabilidad y precariedad. Conozco el trabajo realizado con los diferentes grupos pol¨ªticos por los representantes de los principales sindicatos y plataformas de profesores de religi¨®n, que comparten que su situaci¨®n laboral es insostenible, siempre con contrato de duraci¨®n determinada, aunque lleven m¨¢s tiempo que las tizas en sus institutos y con un marco laboral arbitrario y alegal, que han trabajado para que la LOE les garantice unos derechos m¨ªnimos laborales.
?Cu¨¢l es el resultado hasta la fecha de la LOE? Partiendo de la situaci¨®n actual, los avances son importantes. Se accedera al destino mediante criterios objetivos de igualdad, m¨¦rito y capacidad, vieja reivindicaci¨®n de estos docentes. La relaci¨®n laboral de este colectivo con la Administraci¨®n y su r¨¦gimen de contrataci¨®n debe hacerse de conformidad con el Estatuto de los Trabajadores. En principio, esto debe suponer el acceso al contrato de relevo, siempre que cumplan los requisitos pertinentes en igualdad de derechos. Estos profesores percibir¨¢n retribuciones que correspondan con el respectivo nivel educativo de los profesores interinos. Tal como contempla la enmienda aprobada en la tramitaci¨®n parlamentaria, "la propuesta para la docencia corresponder¨¢ a las entidades religiosas y se renovar¨¢ autom¨¢ticamente cada a?o. La determinaci¨®n del contrato, a tiempo completo o a tiempo parcial, seg¨²n los requieran las entidades de los centros, corresponder¨¢ a las administraciones competentes. La remoci¨®n, en su caso, se ajustar¨¢ a derecho". Esto significa dos cosas: una de cal ya que en caso de "remoci¨®n", deber¨¢ justificarse y ajustarse a derecho, evitando situaciones de libre arbitrio, y otra de arena, ya que corresponde a las autoridades religiosas la propuesta de este profesorado, con fecha de caducidad a un a?o e inestabilidad laboral estructural.
Hay que a?adir que en el proyecto de ley aprobado en comisi¨®n se contempla que los profesores que impartan la ense?anza de las religiones deber¨¢n cumplir los requisitos de titulaci¨®n establecidos para las distintas ense?anzas reguladas en la presente ley, as¨ª como los establecidos en los acuerdos suscritos entre el Estado espa?ol y las diferentes confesiones religiosas. Aqu¨ª esta el cors¨¦ que impide una estabilidad laboral de los profesores de religi¨®n. El avance es importante, ellos est¨¢n expectantes. Su lucha laboral y sindical debe continuar. La revisi¨®n de la ense?anza de la religi¨®n y de las religiones en los centros p¨²blicos es una reflexi¨®n complementaria y necesaria para otra oportunidad.
Carlos Trevilla es representante de UGT en el CES vasco.
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