La Domus Aurea vuelve a la sombra

La historia no ha sido piadosa con el emperador Ner¨®n. Queda de ¨¦l la imagen cinematogr¨¢fica de un pir¨®mano que toca el arpa y entona ripios mientras arde Roma. Sin embargo, sab¨ªa vivir. Ofrec¨ªa fiestas espl¨¦ndidas, las mejores de todos los tiempos, seg¨²n el arque¨®logo Andrew Wallace-Hadrill, y, despu¨¦s del incendio del a?o 64, se hizo construir la Domus Aurea, una residencia de 2,5 kil¨®metros cuadrados con 300 habitaciones. Si la leyenda es cierta, Ner¨®n pronunci¨® una frase memorable cuando se traslad¨® al nuevo palacio: "?Por fin podr¨¦ vivir como un ser humano!".

La Domus Aurea fue hasta ayer una de las grandes atracciones tur¨ªsticas de Roma. Hoy recupera la condici¨®n de tesoro oculto. El edificio se hunde, no hay fondos para mantenerlo y no es posible garantizar la seguridad de los visitantes. Estar¨¢ cerrado al p¨²blico durante un par de a?os en el mejor de los casos.

El edificio se hunde, no hay fondos para mantenerlo y no se garantiza la seguridad de los visitantes

El cierre de la Domus Aurea fue anunciado por el ministro de Bienes Culturales, Rocco Buttiglione. El ministro indic¨® que para acometer los trabajos m¨¢s urgentes en el palacio de Ner¨®n hac¨ªan falta cinco millones de euros y dos a?os de trabajo, y vaticin¨® un futuro sombr¨ªo para las antig¨¹edades romanas. "Hemos tenido ya un hundimiento en el Palatino, y observamos tambi¨¦n problemas graves en las Termas de Caracalla, donde ha sido necesario restringir las visitas", explic¨®. "La cuesti¨®n", a?adi¨®, "es pol¨ªtica: Italia debe decidir si quiere hacerse cargo de sus bienes culturales".

La iniciativa de Buttiglione ten¨ªa un claro objetivo pol¨ªtico. El Ministerio de Bienes Culturales ha sido uno de los m¨¢s afectados por las estrecheces del presupuesto italiano, y en 2006 contar¨¢ con 48 millones de euros menos que en 2005. Era de esperar que en la recta final de las negociaciones presupuestarias Buttiglione amenazara a sus compa?eros de Gobierno con las consecuencias de los recortes. Despu¨¦s de desvelar el estado ruinoso de las finanzas de los teatros oper¨ªsticos y de la producci¨®n cinematogr¨¢fica, el ministro quiso recordar a Silvio Berlusconi que uno de los grandes patrimonios del pa¨ªs, el arqueol¨®gico, estaba cay¨¦ndose a pedazos.

Las intensas lluvias de las ¨²ltimas semanas han causado da?os en muchos de los vestigios de la antigua Roma. En el caso de la Domus Aurea, las filtraciones de agua han empapado los muros y pueden provocar la ca¨ªda del yeso cubierto de frescos. "No podemos arriesgarnos a que un pedazo de yeso caiga sobre un visitante o sobre un empleado; el cierre preventivo era forzoso", dijo Buttiglione.

La Domus Aurea ha luchado contra el tiempo desde que, a finales del siglo XV, un paseante cayera por una grieta del Palatino y se rompiera una pierna. El hombre qued¨® cojo, pero descubri¨® unas "grutas" fascinantes, llenas de pinturas y colores. La pasi¨®n por las "grutas" contagi¨® de inmediato a los principales artistas y tuvo un potente impacto sobre la est¨¦tica renacentista: Rafael, Miguel ?ngel y Pinturicchio fueron algunos de los que se descolgaron con cuerdas para observar la decoraci¨®n neroniana y para dejar, como buenos turistas, su firma. En los siglos siguientes prosiguieron las incursiones y los aut¨®grafos: Giacomo Casanova y el marqu¨¦s de Sade inscribieron sus nombres en la misma pared, a pocos cent¨ªmetros uno del otro. Pero con la gente entr¨® el aire, y con ¨¦l, la oxidaci¨®n y el deterioro de los frescos.

El palacio de Ner¨®n estuvo cerrado casi 20 a?os hasta 1999, cuando fue reabierto con gran pompa. Ahora peligran todos los restos de la zona. Seg¨²n Buttiglione, la Domus Aurea y otros edificios se perder¨¢n poco a poco si no se pone en marcha un programa que costar¨¢ al menos 130 millones de euros y una d¨¦cada de obras. Con cinco millones podr¨ªan reabrirse en un par de a?os algunas de las habitaciones neronianas. "Hago un llamamiento al ministro de Econom¨ªa, al Ayuntamiento, a la Regi¨®n y a las empresas privadas para que aporten al menos esos cinco millones", dijo Buttiglione.