Subvenciones

En la Comisi¨®n de las Cortes Valencianas que estudia las enmiendas a la Ley de Presupuestos de la Generalitat Valenciana salt¨® ayer la noticia de que el PP hab¨ªa rechazado con su mayor¨ªa la admisi¨®n de una enmienda del PSPV-PSOE, consistente en que las entidades privadas que pretendan acogerse al r¨¦gimen de subvenciones de la Generalitat para el fomento del valenciano deben desarrollar su actividad de acuerdo con la normativa que emana de la AVL, es decir, dirigida a evitar que se beneficien de los fondos presupuestados entidades abiertamente contrarias a la instituci¨®n oficial que ostenta la competencia sobre el valenciano por acuerdo de las CC VV y como fruto de un amplio consenso pol¨ªtico, social y cultural de los valencianos.

Teniendo en cuenta que en la reforma en proceso de aprobaci¨®n del nuevo EACV, el punto 8. del nuevo art. 7 dice que "La AVL es la instituci¨®n normativa del idioma valenciano", y que en la ley que cre¨® la instituci¨®n ya dice que (art.4) "es la instituci¨®n que tiene por funci¨®n determinar y elaborar, en su caso, la normativa ling¨¹¨ªstica del idioma"; y que "las decisiones de la AVL en el ejercicio de las funciones que le corresponden, tendr¨¢n que ser observadas por todas las Instituciones de la Generalitat, por los Poderes P¨²blicos, por el resto de las Administraciones P¨²blicas, el sistema educativo, y los medios de comunicaci¨®n, las entidades, los organismos y empresas, de titularidad p¨²blica o que cuenten con financiaci¨®n p¨²blica" (art. 5), el rechazo de la enmienda de que hablamos s¨®lo tiene dos lecturas posibles.

O bien se trata de no consignar expresamente en el presupuesto una precauci¨®n que la ley ya exige, por redundante, o bien, se trata de un lapsus que enfrenta deliberadamente la ley de presupuestos todav¨ªa por aprobar con la ley ya aprobada que despliega con detalle y contundencia la competencia en materia de lengua propia de la Generalitat Valenciana.

Quiero pensar que se trata de lo primero, es decir, de algo que sin necesidad de explicitarse va de suyo, y que de ning¨²n modo puede implicar otorgar discrecionalidad al gobierno valenciano para conculcar la ley que desarrolla la competencia exclusiva en materia de lengua que le corresponde a la Generalitat y que apodera, a la vez, a un cuerpo colegiado la capacidad para dictar la normativa, y, con ella, claro est¨¢, una gram¨¢tica, un diccionario y cuantas precisiones deban considerarse adosadas a la competencia principal.

El pacto que cre¨® la AVL y el abanico de sus competencias llevan directamente a la circunstancia de que ninguna entidad privada o p¨²blica, ni particular, ni Administraci¨®n (no necesariamente s¨®lo auton¨®mica) pueden hurtarse a la normativa de la AVL, y, desde luego, que la propia ley de la Academia recoja expresamente que nadie puede recibir fondos p¨²blicos para desarrollar tareas que impliquen la utilizaci¨®n de coin¨¦s diferentes a las aprobadas por la AVL, o, simplemente, el fomento de normas alternativas a las generadas por la instituci¨®n es un correlato obligado del papel que la ley le ha encomendado.

Y voy un poco m¨¢s lejos: incluso sin esperar al nuevo EACV, la AVL ya habr¨ªa podido utilizar su competencia para fiscalizar la pol¨ªtica de subvenciones de las Administraciones (valencianas o estatales) a entidades abiertamente contrarias a la normativa oficial -y ¨²nica legal-, a utilizar en las Administraciones y por las entidades o personas que reciban subvenciones para el fomento del valenciano.

Vicent.franch@eresmas.net