Un nuevo reto para la Uni¨®n Europea
La negociaci¨®n del presupuesto comunitario para el periodo 2007- 2013 sit¨²a a la Uni¨®n Europea ante un momento decisivo para el propio proceso de integraci¨®n comunitaria. La ampliaci¨®n a 10 nuevos pa¨ªses, culminada en mayo del a?o pasado, supuso un aumento considerable de las disparidades regionales en la Uni¨®n y ahora es preciso lograr un acuerdo presupuestario que nos dote de los recursos suficientes para integrar a los nuevos Estados miembros en las pol¨ªticas de solidaridad europeas. Al mismo tiempo, el nuevo marco financiero que se va a discutir estos d¨ªas en el Consejo Europeo debe garantizar un reparto equitativo del esfuerzo financiero asociado al proceso de ampliaci¨®n.
Para Espa?a, la negociaci¨®n ha venido condicionada por dos decisiones que se adoptaron durante la anterior legislatura. La primera fue aprobar la ampliaci¨®n de la Uni¨®n sin una cl¨¢usula de salvaguardia que asegurase a nuestro pa¨ªs un escenario financiero razonable una vez que los pa¨ªses del centro y el este de Europa se convirtieran en Estados miembros de pleno derecho. La segunda fue aceptar en el a?o 1999, cuando se negociaron las Perspectivas Financieras hoy en vigor, un aumento muy considerable de la contribuci¨®n espa?ola al denominado cheque brit¨¢nico, en un momento en que pa¨ªses como Alemania, Pa¨ªses Bajos, Suecia o Austria reduc¨ªan la suya considerablemente.
Como era de esperar con estos antecedentes, la propuesta inicial de la Comisi¨®n, presentada en febrero de 2004, no result¨® precisamente favorable para los intereses espa?oles, toda vez que inclu¨ªa una ca¨ªda demasiado r¨¢pida y pronunciada de los recursos procedentes de Europa. Se trataba de una propuesta que exig¨ªa de nuestro pa¨ªs un esfuerzo excesivo a la hora de colaborar a la financiaci¨®n de la ampliaci¨®n.
?De d¨®nde surg¨ªan las dificultades para nuestro pa¨ªs? Fundamentalmente, de dos fuentes. La primera, el no reconocimiento del denominado "efecto estad¨ªstico" en el ¨¢mbito nacional. Pese a que Espa?a continuaba estando por debajo del 90% de la renta per c¨¢pita de la UE de los Quince, la incorporaci¨®n de nuevos pa¨ªses con niveles reducidos de bienestar hac¨ªa que nuestro pa¨ªs superase artificialmente esa cifra, con la consiguiente p¨¦rdida del Fondo de Cohesi¨®n.
La segunda fuente del problema era el mantenimiento del cheque brit¨¢nico tal y como qued¨® configurado en 2000. Dado que el cheque cubre una parte del saldo negativo del Reino Unido con el presupuesto comunitario y que este saldo negativo aumenta como consecuencia de la ampliaci¨®n, el resultado de la incorporaci¨®n de 10 nuevos pa¨ªses a la Uni¨®n es un aumento considerable de la cuant¨ªa de ese cheque, circunstancia que perjudica especialmente a nuestro pa¨ªs en la medida en que financiamos una parte excesiva de esa compensaci¨®n al Reino Unido.
Teniendo en cuenta las circunstancias anteriores, el Gobierno ha construido su posici¨®n negociadora sobre dos pilares esenciales. Nuestro pa¨ªs defiende una pol¨ªtica estructural fuerte, como elemento clave para asegurar un nivel suficiente de cohesi¨®n econ¨®mica y social en la Uni¨®n Europea. Al mismo tiempo, este objetivo tiene que ser compatible con un reparto equilibrado de la mayor carga financiera que inevitablemente surge como consecuencia de la incorporaci¨®n de nuevos pa¨ªses al proceso de integraci¨®n comunitaria.
Espa?a es consciente de que su situaci¨®n econ¨®mica relativa es hoy mucho mejor que en el a?o 2000 y que esta circunstancia debe reflejarse en una disminuci¨®n sensible de nuestro saldo con el presupuesto comunitario. No nos encontramos ante un fen¨®meno nuevo: la diferencia entre lo que recibimos y aportamos al presupuesto de la Uni¨®n viene ya estrech¨¢ndose de manera muy importante desde 2003. Lo que no es equilibrado es que el deterioro del saldo se produzca de forma demasiado abrupta y que nuestro pa¨ªs soporte una parte no equitativa del esfuerzo financiero asociado al proceso de ampliaci¨®n de la Uni¨®n Europea.
Deb¨ªamos pues avanzar en los dos elementos que ya se han mencionado y que eran los que estaban detr¨¢s de lo que en Europa pas¨® a conocerse como problema espa?ol. El objetivo del Gobierno fue intentar mantener el Fondo de Cohesi¨®n durante un periodo adicional y conseguir alg¨²n resultado positivo en relaci¨®n con el cheque brit¨¢nico.
Fruto de intensas negociaciones, Espa?a logr¨® que la ¨²ltima propuesta presentada por la Presidencia luxemburguesa en el Consejo Europeo de junio de este a?o reflejara resultados importantes para nuestro pa¨ªs, que mejoraban la propuesta inicial de la Comisi¨®n. Nuestro pa¨ªs consigui¨® por primera vez que la Uni¨®n reconociera el efecto estad¨ªstico en el ¨¢mbito nacional, garantizando as¨ª que Espa?a continuar¨ªa recibiendo recursos del Fondo de Cohesi¨®n durante varios a?os despu¨¦s de 2007. En un contexto complicado por las presiones de los pa¨ªses m¨¢s ricos, se mantuvieron adem¨¢s los reg¨ªmenes transitorios para nuestras regiones y se garantiz¨®, asimismo, que la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n no sufrir¨ªa modificaciones de importancia durante el periodo 2007-2013.
Fueron logros significativos, sin duda, pero todav¨ªa insuficientes para resolver completamente el problema espa?ol. Por esta raz¨®n Espa?a no acept¨® la propuesta de la Presidencia luxemburguesa y considera claramente mejorable el ¨²ltimo documento presentado por la actual Presidencia brit¨¢nica, a pesar de que incluye una extensi¨®n del periodo transitorio del Fondo de Cohesi¨®n hasta el final de las pr¨®ximas Perspectivas Financieras.
Espa?a est¨¢ convencida de la necesidad de llegar a un acuerdo que fortalezca a Europa y que permita extender la solidaridad a los nuevos Estados miembros. Pero estamos tambi¨¦n plenamente legitimados para exigir un acuerdo equitativo, que asegure que nuestro pa¨ªs va a seguir siendo receptor neto de fondos durante las pr¨®ximas Perspectivas Financieras.
Si se logra un acuerdo razonable en relaci¨®n con el cheque brit¨¢nico, el resultado final de la negociaci¨®n ser¨¢ positivo para Espa?a. Y, a diferencia de lo que ocurri¨® en el a?o 2000, estaremos ante un acuerdo que no s¨®lo ser¨¢ bueno para nuestros intereses durante el periodo 2007-2013 sino que nos situar¨¢ en una posici¨®n favorable cuando tengamos que negociar las siguientes Perspectivas Financieras a partir del a?o 2014.
En primer lugar, porque se reducir¨¢ la cuant¨ªa del cheque y, con ello, se controlar¨¢n las aportaciones a realizar por Espa?a al presupuesto comunitario. En segundo lugar, porque el peso que se da en estas Perspectivas Financieras a todo lo relacionado con la innovaci¨®n tecnol¨®gica es completamente coherente con la necesidad que tiene nuestro pa¨ªs de reducir nuestro retraso en este campo.
Pedro Solbes es vicepresidente econ¨®mico del Gobierno.
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