La paradoja de V¨¢zquez
El Celta, en su retorno a Primera, juega bien y figura en los puestos de arriba, pero la hinchada no cesa de cuestionar al t¨¦cnico
El debate en la junta anual de accionistas del Celta, el lunes, no gir¨® alrededor de la deuda del club ni de los efectos econ¨®micos del pasado descenso a Segunda. Tampoco las dimisiones en el consejo de administraci¨®n o el proyecto del nuevo estadio suscitaron la atenci¨®n. Lo que de verdad preocupaba era el entrenador, Fernando V¨¢zquez, y cuestiones como si supo mover el banquillo frente al Betis o si la suplencia de Gustavo L¨®pez est¨¢ justificada. Trece de las 16 intervenciones tuvieron que ver con el t¨¦cnico, ocho de ellas en tono muy cr¨ªtico. El orden del d¨ªa se ventil¨® en 13 minutos. El an¨¢lisis sobre V¨¢zquez, en ruegos y preguntas, una hora larga.
Reci¨¦n ascendido a Primera, el Celta suma 26 puntos en 15 jornadas y es el s¨¦ptimo, empatado con el cuarto. En la tarde del Betis se aupaba a la tercera plaza, lo que supuso el mejor registro de un novato en la categor¨ªa en los ¨²ltimos 40 a?os. Dio igual: el equipo hab¨ªa sufrido hasta el suspiro final y un relevante sector de la grada se lo reproch¨® con silbidos a V¨¢zques, quien, camino del vestuario, arroj¨® el abrigo al suelo y tuvo palabras poco cari?osas hacia esos aficionados que la televisi¨®n gallega descifr¨®. Hasta tal punto lleg¨® el pleito que los capitanes convocaron una rueda de prensa para defenderle. Con esos precedentes, la asamblea se convirti¨® en una radiograf¨ªa del enrarecido estado de ¨¢nimo del celtismo en la semana del derby con el Deportivo, ma?ana.
Las ¨²ltimas ri?as con la hinchada han acentuado el aire taciturno de V¨¢zquez en Vigo. Los hechos hablan de un preparador que recompuso un cuadro hecho a?icos por el descenso, que ech¨® mano del filial como hac¨ªa decenios que no se hab¨ªa visto y que confirm¨® el ascenso no una vez, sino dos, por un desliz administrativo del club que le rest¨® tres puntos. Y en Primera, con 14 jugadores reci¨¦n incorporados y con galones para los canteranos, venci¨® a domicilio al Madrid y el Villarreal y en casa s¨®lo ha perdido los tres puntos del choque con el Racing. Por momentos, ha jugado un buen f¨²tbol. Para algunos, como Manuel Pellegrini, el ¨²nico, aparte de su Villarreal y del Barcelona, que lo ha logrado. As¨ª, se podr¨ªa pensar en una luna de miel entre V¨¢zquez y la hinchada, pero se trata m¨¢s bien de un divorcio.
A V¨¢zquez se le afean asuntos como su nerviosismo en el banquillo; su demora, y frecuente desacierto, con los cambios o su impotencia para poner fin al reiterado sufrimiento del equipo en las segundas partes. Su desapego hacia Gustavo L¨®pez, un h¨¦roe local, tampoco contribuye a mejorar las relaciones. Pero todo eso, que con cualquier otro preparador no habr¨ªa pasado de discusi¨®n de tasca, crece domingo a domingo hasta convertirse en una amenaza para la paz del club. No hay qu¨ªmica entre un amplio sector de la afici¨®n y V¨¢zquez, lo que tal vez guarde relaci¨®n con su torpeza en la sala de prensa. All¨ª donde otros, con dotes de seducci¨®n, basan su carrera V¨¢zquez fracasa con su papel de chico incomprendido, como si estuviera empe?ado en buscar una vez m¨¢s la puerta de atr¨¢s de otro club en el que los resultados no le han ido nada mal.
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