Dos d¨¦cadas de lucha antidroga

Han pasado 20 a?os desde que el Congreso aprob¨® con el apoyo de todos los grupos el Plan Nacional sobre Drogas. El entonces ministro de Sanidad, el socialista Ernest Lluch, asesinado por ETA en 2000, cit¨® "la firmeza, la serenidad, el gusto por la vida, la promoci¨®n de la salud, el realismo sin dramatizaci¨®n y el esfuerzo colectivo y solidario" como algunas de las virtudes que deb¨ªan guiar la acci¨®n institucional y social en materia de drogodependencias.

Dos d¨¦cadas despu¨¦s esas palabras siguen siendo v¨¢lidas, con independencia del cambio que se ha registrado en los h¨¢bitos y las sustancias de consumo. Eso opinan, al menos, la actual delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Carmen Moya, y el consejero de Asuntos Sociales, Javier Madrazo, quienes inauguraron ayer en San Sebasti¨¢n unas jornadas para conmemorar la creaci¨®n del plan, en las que adem¨¢s se homenaje¨® a Lluch.

"No se puede banalizar el consumo de estas sustancias porque se d¨¦ en un marco festivo"

Moya insisti¨® en la necesidad de un trabajo conjunto entre las instituciones y la sociedad y apost¨® por impulsar m¨¢s las tareas de prevenci¨®n y de sensibilizaci¨®n social, toda vez que en los ¨²ltimos a?os "ha bajado mucho" la percepci¨®n de riesgo que tienen tanto los consumidores como la ciudadan¨ªa en general en torno a las drogas.

Hace 20 a?os, el consumidor de droga era adicto sobre todo a la hero¨ªna y, en muchas ocasiones, ca¨ªa en "la marginaci¨®n y la delincuencia", apunt¨® Moya en su intervenci¨®n. Eran tiempos en los que las drogas figuraban en todas las encuestas como una de las principales preocupaciones de la sociedad, junto al terrorismo y el paro.

Ahora, en cambio, son habituales los "policonsumos", sobre todo de cannabis, coca¨ªna, alcohol y sustancias de s¨ªntesis, a edades cada vez m¨¢s tempranas y ligados a la diversi¨®n de los fines de semana. De hecho, Espa?a se sit¨²a en los primeros puestos de la Uni¨®n Europea en consumo de cannabis y coca¨ªna junto con el Reino Unido, seg¨²n se?al¨® Moya. "No se pueden banalizar este tipo de sustancias y su consumo porque muchas de ellas se utilicen en un marco festivo, de fines de semana, porque las consecuencias no son balad¨ªes en ning¨²n caso", asegur¨®.

De hecho, el consumo juvenil de alcohol es ahora una de las m¨¢ximas preocupaciones del Gobierno, que encuentra en el "arraigo cultural" de esta sustancia uno de los mayores escollos para combatir su excesiva ingesta, advirti¨® Madrazo. La Direcci¨®n de Drogodependencias vasca tiene previsto presentar el pr¨®ximo enero una gu¨ªa para abordar el consumo abusivo de alcohol en la calle dirigida a t¨¦cnicos y cuya elaboraci¨®n se ha basado, entre otros datos, en las experiencias piloto desarrolladas en Berango y en Ir¨²n.

Esa gu¨ªa plantear¨¢ la forma de actuar en la comunidad, formando "estructuras estables de relaci¨®n, donde los vecinos, los comerciantes, los profesionales de los centros de salud, los educadores, los padres, los j¨®venes,... juntos o por separado, vayan definiendo el problema y dando prioridad a soluciones". "El problema no es homog¨¦neo y cada pueblo o ciudad tiene unas caracter¨ªsticas concretas", detall¨® la directora de Drogodependencias, Bel¨¦n Bilbao.

Esta direcci¨®n tambi¨¦n tiene entre sus prioridades atender a quienes son drogodependientes desde hace ya tiempo, personas que, en muchos casos, no han tenido ¨¦xito con programas terap¨¦uticos como el de la metadona. En este sentido, seguir¨¢ "batallando" con Instituciones Penitenciarias para poder poner en marcha un programa de dispensaci¨®n terap¨¦utica de hero¨ªna en la c¨¢rcel de Nanclares de la Oca, donde cada vez se est¨¢n apreciando m¨¢s casos de hero¨ªna adulterada. Lo que descarta es abrir una segunda narcosala en Euskadi como la que ya existe en Bilbao desde 2003. Salvo en la capital vizca¨ªna, "no hay otro n¨²cleo de personas inyect¨¢ndose tan importante como para justificar un recurso de ese tipo", dijo Bilbao.