Un hospital suizo permitir¨¢ el suicidio asistido por m¨¦dicos
El hospital universitario de Lausana autorizar¨¢ desde el 1 de enero la asistencia al suicidio. La medida fue anunciada el pasado fin de semana e implica que la intervenci¨®n de un m¨¦dico o de un ayudante voluntario ser¨¢ posible cuando el paciente ya no pueda ser llevado a casa. Es la primera vez que una instituci¨®n de estas caracter¨ªsticas se abre a servicios externos para llevar a cabo el suicidio asistido, legal en Suiza. Seg¨²n el art¨ªculo 115 del C¨®digo Penal, "si no hay motivos ego¨ªstas, la aplicaci¨®n del suicidio asistido es legal", incluso administrado por personas que no pertenecen a la profesi¨®n m¨¦dica. La eutanasia activa sigue prohibida.
Hay en el pa¨ªs dos asociaciones que ofrecen asistencia al suicidio. Una es Dignitas, de Z¨²rich, y la otra es Exit, con base en Ginebra.
Jer?me Sobel, presidente y fundador de Exit, comenta a este diario: "Morir en casa es la situaci¨®n ideal, pero en los casos donde la persona ya no puede ser desplazada, actuamos nosotros. La decisi¨®n del Hospital de Lausana es un gran ¨¦xito para nuestra causa, y resultado de una profunda reflexi¨®n de los responsables del centro del centro sanitario".
Cl¨¢usula de conciencia
Carlo Foppa, director del Comit¨¦ de ?tica Cl¨ªnica del hospital y miembro del Comit¨¦ Suizo de ?tica, se?ala que "los m¨¦dicos del centro no est¨¢n obligados a participar ni a ser testigos del proceso", y destaca que "la cl¨¢usula de conciencia est¨¢ garantizada a todo el personal". Los m¨¦dicos s¨®lo ejercen la asistencia al suicidio fuera de horario laboral.
Sobel explica el procedimiento: "Los m¨¦dicos verifican que el paciente tiene pleno discernimiento y recibe el mejor tratamiento posible. Si sigue queriendo morir, el m¨¦dico de cabecera se retira y nos facilita el acceso". La posibilidad de cuidados paliativos deber¨¢ ser ofrecida como alternativa. Sobel cree positivo que esa asistencia forme parte de un servicio externo al hospital, dado que "eso evita el infundado temor de ciertos pacientes a que los propios m¨¦dicos del hospital sean los que los maten". El compuesto qu¨ªmico necesario es fabricado por personal de Exit y debe ser ingerido por el propio paciente, sin ayuda externa.
Foppa aclara: "La postura del centro al que represento es 'No al suicidio asistido', pero hemos decidido que puede haber excepciones. Es mucho peor no dar ninguna respuesta que dar ¨¦sta. El cuerpo m¨¦dico es en general m¨¢s bien refractario a estas pr¨¢cticas, que plantean serios problemas deontol¨®gicos y representan una compleja contradicci¨®n del juramento hipocr¨¢tico". Pese a todo ello, ve la medida como "una soluci¨®n positiva para todo el mundo".
"Un elemento muy importante", prosigue Floppa, "es que el Comit¨¦ de Etica del Gobierno ha publicado un informe muy concreto, y a partir de eso nuestro hospital puede abrir las puertas al procedimiento. Muchos hospitales van a seguir el ejemplo".
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