Egipto descubre sus tesoros y secretos en una gran exposici¨®n en Madrid
120 piezas y un v¨ªdeo sobre las momias forman 'Fara¨®n', que recrea la civilizaci¨®n egipcia
Un viaje por el antiguo Egipto sin salir de Madrid. Esto es lo que podr¨¢n experimentar quienes visiten Fara¨®n, una ambiciosa exposici¨®n que desde hoy y hasta el 14 de mayo de 2006 acoge el centro de arte del Canal de Isabel II (www.cyii.es), situado en los antiguos dep¨®sitos de agua de la plaza de Castilla. Una gran pir¨¢mide de 18 metros de altura, donde se exhibe un v¨ªdeo sobre los secretos de las momias, es la puerta de entrada a una aventura por la historia, alimentada por 120 piezas milenarias y nombres evocadores como Tutankam¨®n, Rams¨¦s II o Akenat¨®n.
Una estatua colosal de Tutankam¨®n recibe a los viajeros que se introducen en la atm¨®sfera de Fara¨®n. Despiden el trayecto con una impresionante m¨¢scara funeraria de oro de Psusenes I, que supera en conservaci¨®n a la famosa m¨¢scara del fara¨®n ni?o, seg¨²n destac¨® ayer en Madrid Wafaa El Saddik, directora del Museo de El Cairo, entidad que ha colaborado en la organizaci¨®n de la exposici¨®n, que anteriormente ha estado en Par¨ªs, aunque el montaje no es igual.
Entre ambos polos monumentales, la ruta discurre por siete espacios o ¨¢mbitos, en los que se evoca la vida en el antiguo Egipto. Uno se adentra en el pensamiento egipcio y la organizaci¨®n temporal establecida por las 31 dinast¨ªas (con unos 350 faraones); otro repasa el vocabulario iconogr¨¢fico de las im¨¢genes reales; el tercero estudia el papel del fara¨®n como intermediario entre los individuos y los dioses; el cuarto le muestra como guardi¨¢n del equilibrio del universo; el quinto aborda su responsabilidad en la prosperidad de Egipto; el sexto ¨¢mbito se refiere a la casa fara¨®nica, el palacio, y el ¨²ltimo se sumerge en el ritual de la muerte, que preparaba el cuerpo como templo del regreso eterno del esp¨ªritu.
Textos y paneles detallan datos sobre la historia, la pol¨ªtica, las ceremonias, los palacios, la organizaci¨®n social... Pero nada como las figuras, desde las gigantescas hasta las diminutas, para ilustrar la vida cotidiana y la cultura de una civilizaci¨®n tan atractiva y tan enigm¨¢tica. En la observaci¨®n de los contenidos de Fara¨®n (que en la zona de invidentes se pueden tocar), se puede perder la noci¨®n del tiempo mientras se evoca lo que har¨ªan o vivir¨ªan Rams¨¦s, Tutankam¨®n, Akenat¨®n, Quefr¨¦n, Psusenes, Sesonquis, la reina Hatshepsut o las princesas de Amarna.
Envueltos en un pasillo de inmensas columnas, r¨¦plicas de las del templo de Karnak, los espectadores contemplan un sinf¨ªn de objetos: bustos y esculturas hechas en basalto, cuarzo, caliza o marfil para representar a los reyes, las reinas y su corte; adornos funerarios (desde la barca del viaje al m¨¢s all¨¢ de Tutankam¨®n hasta los jarros de las v¨ªsceras o el sarc¨®fago de la gatita del pr¨ªncipe Tutmosis); joyas de oro y piedras preciosas, tarritos de maquillaje... y algo m¨¢s prosaico, como una letrina de caliza.
El lecho de madera de Tutankam¨®n es una de las piezas m¨¢s preciadas de esta exposici¨®n madrile?a, como tambi¨¦n lo son la bella m¨¢scara de Psusenes I o la estatua de basalto del rey Quefr¨¦n, con 4.500 a?os de antig¨¹edad y que ha salido por primera vez del Museo de El Cairo. De aqu¨ª proceden las 120 obras, que tras su escala en Par¨ªs y Madrid visitar¨¢n un pa¨ªs africano el pr¨®ximo a?o antes de volver a Egipto, seg¨²n adelant¨® Waffaa el Saddik.
Como complemento a la exposici¨®n, junto a la entrada del recinto se yergue una pir¨¢mide de 18 metros que esconde un anfiteatro donde se proyecta un documental producido por el Museo Brit¨¢nico de Londres y la empresa Silicon Graphics, que traslada al p¨²blico en realidad virtual los descubrimientos cient¨ªficos de los egipt¨®logos. Es el resultado del esc¨¢ner al que fue sometida una momia en un hospital londinense.
Pertrechados de unas gafas para ver im¨¢genes en 3D, los espectadores destapan los vendajes de la momia y recorren su interior. Tambi¨¦n conocen su nombre, Nesperennub, y sus actividades como un influyente sacerdote, hace 3.000 a?os. Hasta se enteran de que hubo un fallo al embalsamarle.
Con esta exposici¨®n, los responsables del Canal de Isabel II y de la Comunidad de Madrid pretenden recoger el testigo del ¨¦xito alcanzado el pasado a?o con la exhibici¨®n de los guerreros de Xian, que se inaugur¨® tambi¨¦n en fechas navide?as. La muestra de las enormes figuras chinas de terracota conquist¨® a casi medio mill¨®n de personas a lo largo de tres meses.
Babelia
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