Europa necesita una estrategia para no perder la carrera de las nanotecnolog¨ªas
A la vez que la Universidad Complutense de Madrid cerraba recientemente el A?o Internacional de la F¨ªsica con un encuentro dedicado a la nanociencia, un estudio de dos a?os sobre este ¨¢rea de investigaci¨®n, realizado por la Fundaci¨®n Europea de la Ciencia, daba una seria advertencia: Europa necesita una estrategia de coordinaci¨®n y fondos si no quiere perder los beneficios que pueden aportar las nanotecnolog¨ªas en el diagn¨®stico y tratamiento de enfermedades.
"Lo cierto es que, si bien no existen diferencias en cuanto a la calidad de la nanociencia entre Europa y Estados Unidos, all¨ª s¨ª que se percibe un mayor esfuerzo de coordinaci¨®n", apunt¨® en el acto de la Complutense el f¨ªsico Emilio M¨¦ndez, que desde 1995 es catedr¨¢tico de la Universidad del Estado de Nueva York. "En Europa, la descoordinaci¨®n resulta mucho m¨¢s notoria y esto es muy relevante en un fen¨®meno tan interdisciplinar como la nanociencia".
Un estudio resalta la importancia de resolver los problemas ambientales
En especial, fueron varias las voces que en el Aula Magna de la facultad de los f¨ªsicos reclamaron una mayor colaboraci¨®n con un sector tradicionalmente algo alejado, el de los qu¨ªmicos. "En Europa, y en Espa?a, la nanociencia depende m¨¢s de los f¨ªsicos, pero ¨¦sta tiene que ser tambi¨¦n una ciencia qu¨ªmica", se?al¨® Eugenio Coronado, director del Instituto de Materiales Moleculares de la Universidad de Valencia.
Aunque todav¨ªa falta mucho por conocer de este mundo a escala de un nan¨®metro -una medida mil veces m¨¢s peque?a que el grosor de un cabello-, el informe de la Fundaci¨®n Europea de la Ciencia habla ya de la inminente aparici¨®n de un nuevo modelo sanitario en el que las enfermedades se diagnostiquen antes de que aparezcan, en el que se administren f¨¢rmacos dirigidos a objetivos concretos en el organismo y en el que se compruebe la efectividad del tratamiento con t¨¦cnicas no invasivas.
No obstante, para que Europa no se quede atr¨¢s en esta carrera de investigaci¨®n, tanto en el campo de la medicina como en el de materiales o la electr¨®nica, el estudio llama la atenci¨®n sobre la necesidad de seguir algunas recomendaciones, como preparar suficientes especialistas para evitar la fuga de cerebros, fomentar las colaboraciones entre los investigadores y la industria, y adoptar enfoques estrat¨¦gicos para las enfermedades principales.
"Se suele apoyar sobre todo la ciencia b¨¢sica y no tanto el desarrollo tecnol¨®gico, que es lo que m¨¢s falta hace", subray¨® Fernando Briones, investigador del Instituto de Microelectr¨®nica de Madrid y ganador este a?o del Premio Rey Jaime I de Nuevas Tecnolog¨ªas, que recalc¨® que "esta no es una ciencia del futuro, sino del presente".
Jean-Marie Lehn, premio Nobel de Qu¨ªmica 1987 y profesor del Coll¨¨ge de France en Par¨ªs, que describi¨® ante los estudiantes de F¨ªsicas un sorprendente mundo de estructuras moleculares que se autoensamblan y autoreplican, se mostr¨® muy cr¨ªtico con los pol¨ªticos: "Los que se ocupan de la pol¨ªtica de la ciencia hacen m¨¢s por entorpecerla que por impulsarla, ellos tienen que liberar la financiaci¨®n y dejar a los laboratorios que decidan lo que tienen que investigar".
El estudio de la Fundaci¨®n Europea de la Ciencia tambi¨¦n resalta la importancia de resolver los problemas ambientales o de seguridad que puedan derivarse de estas tecnolog¨ªas, as¨ª como de informar sobre sus ventajas y sus inconvenientes a la sociedad.
En este punto, Rodolfo Miranda, director del Instituto de Ciencias Materiales Nicol¨¢s Cabrera, de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, incidi¨® en que, "de forma paralela a la investigaci¨®n, se deben tener en cuenta todas las implicaciones ¨¦ticas y legales, y analizar todos los efectos en la salud y el medio ambiente". "Hay que analizar bien qu¨¦ va a pasar cuando las mol¨¦culas se repliquen ellas solas o cuando unas nanopart¨ªculas entren en un organismo humano para atacar c¨¦lulas cancerosas", reflexion¨®.
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