Bajarse los humos
Jos¨¦ Luis Garci ha clausurado el programa ?Qu¨¦ grande es el cine! tras diez a?os de buenas pel¨ªculas (aunque dobladas, para desesperaci¨®n de tantos cin¨¦filos). Con Garci se nos va el ¨²ltimo gran fumador televisivo, un tipo al que le importa un bledo la feroz campa?a contra el tabaquismo que ya nos tiene hasta el gorro. De ni?o, Garci ve¨ªa las pel¨ªculas dobladas, y seguramente admiraba la magia y naturalidad con que manejaban el cigarrillo sus actores preferidos. Ha permanecido fiel a sus iconos llenando la peque?a pantalla con el humo dorado del mejor cine de otros tiempos. Por su parte, los paladines de la salud siguen rebuscando las veces que se fuma en el cine, qui¨¦nes lo hacen, d¨®nde se camufla la sutil propaganda del tabaco, y han convencido a medio Hollywood para que si alguien fuma sea el malo de la pel¨ªcula o se muera, como antes los indios o los negros.
Han hecho un estudio sobre 88 pel¨ªculas recientes en las que aparecen fumadores, y las han denunciado porque a ninguno de ellos le pasa nada malo. S¨®lo en dos ocasiones han comprobado que el tabaco se muestra como algo peligroso: cuando un cigarrillo hace explotar la bomba de un coche, y cuando otro atrae a un misil sensible al calor. Por si fuera poco, el comisario europeo de Sanidad y Protecci¨®n al Consumidor, David Byrne, asegura que "una estrella del cine con un cigarro en la mano es como un rev¨®lver apuntando a un joven de 12 o 14 a?os". Sorpresa. Uno cre¨ªa que m¨¢s inmediatamente peligroso es un rev¨®lver que un cigarro.
Las pel¨ªculas americanas que vienen ser¨¢n, pues, sin humo. Contendr¨¢n asesinatos, guerras patri¨®ticas, condenados a muerte, explosiones, palizas, carreras a tiros, h¨¦roes violentos... La salud p¨²blica estar¨¢ a salvo. Sin embargo, puede aparecer gente recalcitrante: Amparo Soler Leal ha tenido la osad¨ªa de declarar p¨²blicamente que "conforme han ido prohibi¨¦ndolo, m¨¢s me est¨¢ gustando fumar", y Candela Pe?a de re¨ªrse de que "en EE UU no se pueda fumar, pero s¨ª tener pistolas, y claro, llegas a casa loca del monazo y te l¨ªas a tiros".
?Los c¨®micos rebeldes! Un articulista reprochaba a los actores de Hollywood que no aparezcan esta navidad por Irak para saludar a sus soldados, como hac¨ªa Bob Hope cant¨¢ndoles el hoola-hoola. Los actores contin¨²an contra la guerra. Y muchos de ellos fuman.
Como el ex futbolista Alfredo di St¨¦fano, gran fumador de 80 a?os, reci¨¦n operado del coraz¨®n. Fue ocasional actor de cine, como se recuerda en un magn¨ªfico libro, F¨²tbol y cine (8 y 1/2), de Carlos Mara?¨®n, exhaustivo y preciso en la informaci¨®n, generoso en ilustraciones.
El futbolista Di St¨¦fano aparece en su plenitud en Los h¨¦roes del domingo, de Mario Camerini, y Saeta rubia, de Javier Set¨®, pel¨ªculas a¨²n localizables en v¨ªdeo, que pueden verse sin necesidad de fumar. Como leer este recomendable libro. Se acabaron los humos del cine. A partir del 2006 podremos morirnos de otras cosas. De un tiro, por ejemplo. Felicidades.
Babelia
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